Lisa estaba acostada en su cama. Un brazo atrapado entre la parte posterior de su cabeza y el otro sobre su estómago. No se había cambiado de ropa ni planeaba hacerlo pronto. No tenía ganas de moverse en absoluto. Las lágrimas y su tristeza eran demasiado para ella. Siempre fue una mujer fuerte, decidida y segura de si misma, pero en estos momentos era un desastre total. Su rostro estaba empapado de lágrimas y poco a poco su corazón se desgarraba. Había estado mirando el alto techo de su lujosa habitación durante muchas horas. Por primera vez la noción del tiempo se avía detenido y se había negado a salir de su habitación por días. Jennie se había ido llevándose a su hija. Las estuvo buscando por días sin tener ninguna suerte de dar con su paradero. La familia de Jennie se negó a darle alguna información a pesar de ver el dolor en sus ojos y en su rostro. Ellos simplemente le habían prometido a Jennie mantener su secreto. Los días pasaron y después de tanto llorar ya era tiempo de salir de su habitación. Su amiga Seulgi la había estado visitando por días hasta que pudo conseguir que retomara su vida habitual.Seulgi estuvo muy pendiente de ella y le prometió que le iba ayudar a encontrar a su familia. Ellas la habían encontrado en una ocasión y lo volverían hacer de nuevo. La partida de Jennie con su hija habían causado en la Tailandesa mucha tristeza y dolor. Ella había perdido mucho peso por falta de nutrición, su piel estaba muy pálida y sus ojeras cada día eran más notables. Lisa, cada día se concentró más y más en su trabajo como una distracción a su dolor. Los días pasaban, el mundo se movía a su alrededor, pero ella continuaba ahí. Ahí mismo sentada en su escritorio manejando a su empresa que cada día se estaba convirtiendo en un imperio y ella la dueña absoluta. Lisa era muy buena para los negocios y su intuición nunca le fallaba. Sus negocios se estaban expandiendo al este de Asia donde pronto pensaba comprar una empresa constructora y emerger su compañía con la de su madre ya que por razones de salud ella ya no podía continuar al mando. Emily siendo su mano derecha todavía le faltaba experiencia para poder manejar todo sola pero Lisa se convertiría en su mentora y le ayudaría como accionista y parte dueña de la empresa. Ya avían pasado 5 años desde la partida de Jennie. Todos en la oficina hablaban y rumoraban de la salida repentina de ella y nadie sabía las razones exactas.
Pero era muy fácil sacar sus propias conclusiones al observar la caída de ánimo de su Directora General y el repentino despido de su hermano Bambam sin ninguna explicación. Las visitas a la casa de Jennie se avían convertido más y más frecuentes. Cuando Jennie se fue, la Tailandesa después de cada día de trabajo manejaba y se sentaba en su porche esperando qué tal vez Jennie regresará de nuevo con su hija. El lugar se había convertido en su refugio, su lugar seguro, su escape y también su triste realidad. Cuando el mundo en el que se movía parecía cerrarse a su alrededor y era demasiado para ella. Siempre se encontraba ahí sentada hablando consigo misma. Explicándole al viento lo tonta que fue al aver dejado que su cobardía tomara una decisión tan simple como el amor que le tenía a su hija y a Jennie. Las palabras que dijo Jennie antes de irse fueron amenazantes y apuñalaban su corazón con solo recordarlas. En el momento en que vio sus ojos llenos de lágrimas y la expresión de su rostro mientras estaba parada en la puerta del ascensor, se arrepintió por averse frisado como una estatua. Los ojos de Jennie le dijeron que estaba rendida y cansada. Lisa estaba segura que Jennie le pudo haber perdonado cualquier cosa, pero no ocultarle que ella tenía el conocimiento de su hija y nunca hizo nada para poder acercarse a ellas dejándola sola criando a su hija.
Lisa sabía que debió de haberla seguido y lo quiso hacer, pero no le vio sentido en ese momento. El miedo y la tristeza se habían calmado siendo reemplazados por una inmensa culpa. Quería desesperadamente abrazar a su mujer, a esa mujer que ella adoraba, y poder hacerla olvidar el daño que había hecho. Ella quería sentir los latidos de su corazón contra su pecho y acariciar su hermoso cabello ondulado, mientras le aseguraba que todo estaría bien. Sabía que con el tiempo la perdonaría, porque ella era ese tipo de personas, que nunca guardaban rencor. Pero nada la haría olvidar el dolor que le había causado. Ella nunca se perdonaría haber lastimado a las personas que más amaba, pero estaba dispuesta a darlo todo para tenerlas de nuevo en su vida. Ella estaba decidida a encontrarlas y lo tenía que hacer. Está noche como muchas noches fue muy difícil para Lisa. Ella estaba nuevamente al punto de su ruptura durante su conferencia semanal que parecía durar una eternidad. Todos parecían tener algo que decir uno a la vez y luego todos a la vez. Lalisa Manoban la CEO de L&M Group, casi tuvo un colapso en medio de su discusión.

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El Fantasma De Mi Pasado (2) // JENLISA (G!P)
Fanfiction**Esta historia todavía no está editada por errores ** Las palabras que dijo Jennie antes de irse fueron amenazantes y apuñalaban su corazón con solo recordarlas. En el momento en que vio sus ojos llenos de lágrimas y la expresión de su rostro mient...