Capítulo 10 - Una Diosa Griega (M)

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Por primera vez ese día, Lisa se quedó atónita. ¿Jennie? Su nombre resonó en su cráneo repetidamente provocando escalofríos que recorrieron por su columna. Aun así, no se atrevía a creerlo. Sintió una mano en su hombro y se giró para ver a Marcus mirándola preocupado. "¿Estás bien?". Lisa estaba en un trance. ¿Cómo diablos se involucró Jennie en su negocio? Se preguntó, todavía incrédula. No había manera que ella supiera que estaba planeando hacer esa compra. Incluso si lo hubiera hecho, ¿Cómo diablos supo cómo sabotear su negocio de esa manera? Una multitud de preguntas pasaron por su mente, cada una de las cuales la dejó con un mal sabor de boca. ¿Me había investigado? ¿Tenía espías en su propia empresa? ¿Cómo diablos había conseguido esa información tan sensible y como supo usarla?. Más importante. ¿Era ésta la venganza sobre la que ella le había advertido?. Sólo había una manera de averiguarlo. Esforzándose por mantener la calma aunque la furia recorrió sus entrañas como un tornado. Lisa tomó su teléfono de su escritorio y le llamó a su piloto. "Keagan, prepara el avión. Necesito viajar a Corea Del Sur lo mas pronto posible". Lisa tomó su abrigo del perchero y se lo puso. "¿Supongo que vas a enfrentarte con la señora Kim?. ¿Verdad?". Preguntó Marcus, estudiándola atentamente. Lisa se dirigió hacia la puerta, sin mirarlo. "Ella tiene muchas explicaciones que darme".




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Jennie estudió al hombre sentado frente a su escritorio y reprimió un escalofrío de disgusto cuando el humo de un cigarro particularmente ofensivo se enroscó bajo sus fosas nasales. Su mirada se movió desde la parte superior de su cabeza gris, deteniéndose en un rostro curtido que mostraba cada arruga y ojos negros engañosamente astutos que la observaban con una mirada descarada. Bajó su mirada hacia los documentos sobre su escritorio. "Entonces, ¿Supongo que tenemos un trato, Sr. Beom Seok". Los finos labios del hombre se separaron para revelar una sonrisa con dientes blancos sorprendentemente inmaculados. Casi podía apostar que sus dentaduras eran postizas y falsas. "Ah, sí, por supuesto, señora Kim". Beom Seok, tenía el aire de un hombre acostumbrado a la buena vida. "No puedo agradecerle lo suficiente por la generosa oferta. A decir verdad, no podía creerlo cuando su abogado me contactó. Pensé que era un engaño". Jennie logró esbozar una pequeña sonrisa, aunque en su interior había una masa de emociones confusas. "Créame, no es ningún engaño". Le aseguró tamborileando sus dedos sobre el escritorio.

"Realmente creo que es posible sacar a su empresa de la ruina y es por eso que hice la oferta". Por supuesto que esa no fue la única razón. Se corrigió en silencio. Lo había hecho para demostrarle a Lisa que era muy capaz de vengarse de ella fríamente. Para darle una lección de humildad y también enseñarle que jugar con las emociones de una mujer, le costaría un precio muy caro. Había pasado una semana desde que la amenazó y en menos de una semana planeó sigilosamente su adquisición hostil. Ella necesitaría establecer un contrato con sus abogados y presentarle una oferta a prueba de rechazo. Una oferta que el Sr. Beom Seok no podría rechazar. Por supuesto que en el proceso de su venganza, había conseguido un lucritivo negocio. Beom Seok podría mantener a flote la empresa de construcción con los fondos que ella estaba dispuesta a inyectar y a cambio sería una socia silenciosa, vigilando atentamente el negocio. Jennie estaba orgullosa de sí misma. Matar dos demonios de un tiro. La idea la hizo reír. Ahora todo lo que tenía que hacer era esperar a Lisa.

No tenía dudas de que ella descubriría quién estaba detrás del fracaso de su preciada compra. ¡Dios! Pero casi disfrutaba la idea de clavarle un alfiler en su arrogante y bello trasero. Estaba tan lista para llevar a cabo la segunda parte de su plan. Jennie se puso de pie y tendió una mano para cerrar el trato. "Bueno, señor Beom Seok. Es un placer hacer negocios con usted. Espero que trabajemos bien juntos". Beom Seok se puso de pie y le tomó la mano. "Estoy seguro de que lo haremos, señora Kim. Gracias una vez más por venir al rescate". Cuando se fue. Jennie caminó y se sentó en una de sus sillas decorativas que estaban en una esquina de su oficina. Se sentó con cuidado para no arrugar su traje. Había elegido su atuendo con cuidado para esa junta y le hacía bien sentirse empoderada. Su traje negro en conjunto de una chaqueta y falda ajustada abrazaban su perfecta figura, mostrando sus piernas encerradas en un par de medias de seda. Los zapatos negros Prada complementaban su atuendo a la perfección, combinados con su cabello negro que lo había dejado suelto y estaba peinado a su perfección como siempre.

El Fantasma De Mi Pasado (2) // JENLISA (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora