Will siempre fue bueno manejando la ira, aprendió a ignorar las emociones negativas para evitar preguntas, enojo, tristeza, frustración, tapaba todas y cada una de ellas con una sonrisa y palabras amables. Nadie tenía la culpa de lo mucho que está decepcionado de si mismo, por lo que nadie debería de lidiar con el pobre y devastado niño humano.
Es patético.
Tanto que para no tener que ir a clases de gimnasia y enfrentar al entrenador Boomer y sus comentarios de sospecha sobre su lado lobo fue a la enfermería con la excusa de que se había rasguñado el brazo por accidente con los materiales de plata de la clase de armas y defensas que usan los humanos contras seres sobrenaturales.
—¿Ya se dio cuenta?
Le preguntó con la voz apagada a la enfermera, la señora solo se acomodó los lentes y le sonrió con simpatía, tratando de buscar las palabras correctas.
—Yo veo que todo está perfecto.
—Excepto porque soy normal, y no entiendo por qué.
—Seguro es un pequeño retraso, en hombres lobo es así, a primera vista parecen personas normales hasta que aparece la luna llena.
—¿Y si nunca me transformo? ¿Qué harán conmigo?
La anciana rebuscó por la habitación entre su escritorio una vasija con dulces hechos de insectos, tomó uno y se lo entregó a Will con la misma cálida sonrisa.
—Todos somos especiales de alguna u otra forma. A veces, en muy raros casos los hijos de ciertos monstruos no nacen con la mutación esperada, así que sus padres tratan de cambiar su naturaleza forzando la mutación. Sin embargo, no saben las consecuencias de algo forjado a nacido.
La mujer tomó asiento al lado de Will, no esperaba cambiar su punto de vista pues era un hecho que quizás no pertenecía al pueblo, pero no por eso pondrá en juego su salud tanto física como mental.
—¿Sabes cuál es la probabilidad de que cuando un vampiro muerda a un humano este se transforme?
—...No.
—El 65% acaba en la muerte y el 35% es la inmortalidad... ¿Sabes cuál es la probabilidad de que cuando un hombre lobo muerda a un humano este se transforme?
Will no quiso contestar a pesar de no saber la respuesta, aunque la enfermera no se cohibió en contestarle de todas maneras.
—75% acaba en muerte y el 25% en la transformación de la bestia.
El Stronghold tragó saliva y mira hacia abajo, ¿qué tan mal debía estar para que aquella idea no le importara? Prefería arriesgarse a la muerte para hacer que todos lo dejaran en paz, para que al fin se callaran.
—Nada es mas valioso que tu vida, Will.
Le dijo poniendo una mano en su hombro. Después de eso no tuvo el ánimo para asistir a ninguna otra clase, logró escabullirse hasta el enorme campo de football detrás de la escuela, era un sitio pacífico a estas horas, con un pasto verde marchito que hacía contraste con el cielo apagado. Se sentó en las gradas debajo de los árboles y llevó sus rodillas a su pecho para abrazar sus piernas. Y sintiéndose solo, empezó a llorar.
Quizás si dejaba salir esa pena interior lograría tranquilizarse por un tiempo, al menos hasta que vuelva a llenarse de dolor y el llanto ya no sea la medicina suficiente para mantenerlo a flote.
—Hola, Stronghold.
Dijo una voz tranquila y profunda. Will se asustó tragándose un chillido cuando miró hacia arriba. Había sido silencioso, estaba parado tan lejos de él como la distancia para escucharse entre sí se lo permitía, pero su parte frontal estaba en ángulo hacia Will. Su pelo estaba detrás de sus orejas peinando sin cuidado. Su cara era amigable, abierta, con una ligera sonrisa en sus labios impecables. Pero sus ojos estaban atentos.
ESTÁS LEYENDO
𝚃𝚑𝚎 𝙶𝚘𝚘 𝙶𝚘𝚘 𝙼𝚞𝚌𝚔
Fanfic-UA- Donde Will Stronghold, un chico aparentemente ordinario, se enfrenta a la presión de su padre, un feroz hombre lobo, para que finalmente despierte su herencia sobrenatural y se transforme en un ser de la noche. Sin embargo, a medida que Will se...