➼ Capítulo cuatro

129 19 16
                                    

Apenas la blanca aurora había dado lugaren aquel lindo vecindario con el ardor de sus calientes rayos, ya comenzaban a gorjear en los árboles los pajarillos, y en sus diversos y alegres cantos parecía que daban la norabuena saludando a la fresca m...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Apenas la blanca aurora había dado lugar
en aquel lindo vecindario con el ardor de sus calientes rayos, ya comenzaban a gorjear en los árboles los pajarillos, y en sus diversos y alegres cantos parecía que daban la norabuena saludando a la fresca mañana.

El omega no tardó en despertarse ante el
primer contacto de luz en su piel que se
colaba desde las cortinas de su ventana.
Esta vez el joven padre se aseguró de
despertar lo más temprano posible para
pasar por lo menos un pequeño tiempo al
lado de su amado hijo. Luego de dos meses completamente agotadores y llenos de pesado trabajo, tan siquiera quería desayunar con su bebé.

Rápidamente el omega se puso manos a la obra y preparó los famosos Hot Cakes en forma de ositos que tanto amaba comer su pequeño hijo. Sin olvidar su vaso con chocolate y algo de fruta picada en forma de dinosaurios que podía hacer gracias a los moldes de galletas que tenía en su cocina.

Satisfecho de su desayuno, se dirigió a la
habitación de su pequeño retoño. El omega pensaba en que su bebé iniciaría la escuela mañana, y sabía que tenía que hacer un truco de magia o algo parecido para que su jefe le diese el permiso de llegar unas horas más tarde y lograr llevar a Zayn a su primer día de escuela.

Alejó todo pensamiento en cuanto llegó
finalmente a la puerta de la habitación de su pequeño: "Zaynnie" que se leía en el pequeño letrero color amarillo con ositos pintados en la puerta. Entró y se dirigió hasta las cortinas, abriendolas para que la habitación se iluminara, con ello espero a que su hijo despertara pero sabía que era de sueño pesado.

— Zayn, mi vida despierta — Christopher
dijo dulcemente, mientras removia
suavemente el cuerpecito de su hijo.

Después de unos cuantos minutos intentando despertar al menor, finalmente logró hacerlo y el pequeño le sonrió dulcemente al verle.

— ¡Buenos días, papi! — el pequeño saltó a sus brazos, escondiendo su pequeño rostro en la curvatura de su cuello.

Amaba el aroma de su papá, siempre le
relajaba.

— Buenos días, mi cielo — saludó de vuelta
— Preparé los Hot Cakes que tanto te gustan, amor.

— ¡Gracias, papi! — Zayn le sonrió
mostrando sus dientitos y sonrió aún más
emocionado al recordar algo — ¡Tío Yoeeel me compró un estuche de osito! — contó
felizmente.

— ¿Si? — preguntó feliz y el menor asintió — Me alegra mucho, mi vida — Christopher  dejo un tierno beso en su regordeta mejilla — Mañana inicias la escuela... ¿Por qué creces tan rápido, mi cielo? — Christopher  puchereó.

— ¿Estás triste, papi? — Zayn le miró
con preocupación — Nunca te dejaré sólito!
¿Lo recuerdas? ¡Juntos por siempre, papi!

— Juntos por siempre, mi amor — Christopher sonrió intentando ocultar sus lágrimas — Lamento estar ausente en estos últimos meses... Pero... ¿Lo entiendes, mi cielo?

Stupid BossDonde viven las historias. Descúbrelo ahora