10. Preliminar

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Después de aquel lío por la madrugada, el oso consiguió el sueño profundo, logro calmarse un poco después de todo.

Ahora sí. El día daba inicio a nuevas actividades.

El sol daba iluminación a la habitación, dando sus rayos al rostro del oso, provocando que fácilmente Rubius despertará (igual ni quería dormir más). Nuevamente se encontraba enrollado entre las sábanas junto con Spreen

El rubio lentamente fue abriendo sus ojos, el sol realmente lastima al momento de despertar.

A pocas ganas de querer despertar, poco a poco se fue levantando, tratando de sentarse para poder tomar una conciencia más clara. Solto un suspiro y pasó sus manos entre aquel cabello tan desordenado que tenía tratando de acomodarlo.

Giro vista hacia los lados, notando a Spreen tiernamente entre las sábanas, mientras que por otro lado Quackity se encontraba en la orilla de la cama perdido tontamente en sus sueños, un pequeño movimiento más y tiraba al pelinegro.

Lentamente rodeando y tratando de no tocar al pato, agarró su teléfono el cuál se encontraba en la mesita de noche que tenía Quackity a un lado de la cama.

Reviso la hora, notando que apenas eran las 7 am.

Bueno, aún era temprano, tenía que estar en el tribunal a las 12 pm, cinco horas antes del juicio.

-Ey, Quackity.- Entre cuidadosos movimientos torpes intento levantar al contrario. -Quackity!-

El pelinegro se fue entre quejas y balbuceos, se fue moviendo así casi tirándose de la cama, Rubius notando esto, rápidamente sostuvo al pato de los lados, en un movimiento rápido, lo movió llevándolo en el centro de la cama.

Entre tantas acciones en poco tiempo, el pato ni si quiera reaccionó, quedando igual de dormido.

-La puta madre, ¡Quackity!

-Aún es.. es temprano, shh.. - Aún adormilado, entre palabras a penas entendibles se digno a hablar. -Vas a despertar al niño, cabron..

-¿Qué coño contigo?

-Si, si.. - Se volvió a acomodar entre sus sábanas, quedándose completamente quieto y casi volviendo caer en sus sueños.

Después de unos minutos Quackity escuchó un terrible silencio en el cuarto, dudando un poco de lo que estaría haciendo Rubius, o sea, si quería el silencio para poder dormir nuevamente pero, ¿Rubius? ¿Acaso si lo dejara dormir? ¿¡De verdad lo dejaría volver a dormir sin algún insulto o golpe de por medio!?

Desesperado del silencio tan sospechoso, se quitó de las sábanas mientras que rápidamente se levantó.

-¿Rubiu-

Un golpe en la cara detendría su hablar para proceder a quejarse fuertemente y sobarse parte de su rostro.

Resultó que Rubius le había lanzado un tenis que se encontró por ahí.

-¡Ay, pinche pendejo!

-¡No te puedes tomar esas libertades tan perezosas teniendo un juicio en menos de cinco horas! ¡Animal!

-¡Pues si ya está todo listo, cabron! -Ya pasando un poco el dolor, dejo de sobarse, así dirigiendo su mirada al rubio. -Ya no hace falta hacer algo m-

Fue interrumpido nuevamente, siendo nuevamente golpeado.

-¡A ver pinche menso! Entiendo tu desesperación con todo ésto y está bien, ¡pero bájale dos rayitas pinche descontrolado!, literalmente ayer en la noche viste que ya está todo listo y ordenado, ya todo está preparado para el juicio.. -Se calmaron un poco, dando un corto silencio. -¿O qué? ¿Tan pinche desmadroso me ves que no me crees capaz de cumplir con mi trabajo como se debe?

¿En qué momento..?  |     RubckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora