IV

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T/N

Después de desayunar Percy y yo nos encaminamos a inspeccionar las cabañas. En realidad era mi turno para la inspección. La tarea matinal de Percy era mirar los reportes para Quirón. Pero como ambos odiábamos nuestras tareas, decidimos hacerlas juntos para que no fueran tan fastidiosas.

Empezamos en la cabaña de Poseidón, que básicamente era solo Percy. Había hecho la cama esa mañana (bueno, algo así) y colgó el cuerno de Minotauro en la pared.

"Yo creo que esto es un merecido cuatro de cinco." dijo Percy.

Hice una mueca.

"Estás siendo generoso." dije señalando con el lápiz unos viejos shorts para ejercicio en el piso. 

Percy los recogió rápidamente.

"Eh, dame un respiro. No tengo a Tyson limpiando tras de mí este verano."

"3 de 5." decidí "Si te pongo más van a pensar que fue porque-" Paré de hablar antes de soltar una estupidez.

"¿Porque soy tu amigo?" continuó Percy.

"S-si. Eso."

 Continuamos como si nada.

Percy trataba de revisar los reportes de Quirón mientas caminábamos. Los leía en voz alta. Había mensajes de semidioses, espíritus de la naturaleza y sátiros de todo el país, escribiendo acerca de la reciente actividad monstruo. Eran muy deprimentes, y a nuestros cerebros con deficiencia de atención por hiperactividad no les gustaba concentrarse en cosas deprimentes.

Pequeñas batallas surgían por doquier. El reclutamiento del campamento había bajado a cero. Los sátiros tenían problemas para encontrar nuevos semidioses y traerlos a la colina mestiza porque muchos monstruos vagaban por el país. Nuestra amiga Thalia, que lideraba a las cazadoras de Artemisa no había sido vista en meses, y si Artemisa sabía que había sido de ellas no estaba compartiendo la información.

Visitamos la cabaña de Afrodita, que por supuesto obtuvo cinco sobre cinco. Las camas estaban perfectamente arregladas. La ropa en los armarios de cada uno estaba coordinada por colores. Flores frescas adornaban los alféizares de las ventanas. Percy quería sacarles un punto porque todo el lugar apestaba a perfume de diseñador, pero lo ignoré.

"Gran trabajo como siempre, Silena." dije.

Silena asintió decaída. El muro detrás de ella estaba decorado con fotos de Beckendorf. Se sentó con una caja de chocolates en su regazo, y recordé que su padre tenía una tienda de chocolates en la Villa, así fue como captó la atención de Afrodita.

"¿Quieren un bombón? Mi padre me los envió. Pensó que...que podrían animarme."

"¿Son buenos?" preguntó Percy.

Ella sacudió la cabeza.

"Saben a cartón."

Yo no tenía nada en contra del cartón, así que probé uno. Percy hizo lo mismo. Prometimos a Silena verla más tarde y seguimos adelante. Mientras cruzábamos el área común, una pelea empezó entre mi cabaña y la de Apolo. Unos campistas de Apolo armados con bombas de fuego volaban sobre mi cabaña en un carro tirado por 2 pegasos. 

Pronto, la cabaña de Ares ardía en llamas y náyades del lago de canoas corrían para traer agua. Entonces los campistas de Ares invocaron una maldición, y las flechas de los chicos de Apolo se volvieron de goma. Los hijos de Apolo continuaron disparándolas a los de mi cabaña, pero las flechas simplemente rebotaban. Dos arqueros corrían perseguidos por un furioso hijo de Ares que gritaba en verso: 

ᴘᴇʀᴄʏ ᴊᴀᴄᴋsᴏɴ: ʜᴇ́ʀᴏᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora