Atrapados

36 1 0
                                    

Narra; Leon

¡Ay dios! ¡Soy tan imbécil! Renata tiene todo el derecho a estar enojada ahora... ¡Casi la abandonó!

Me acerque más y tome a Claire, que por fin despierta.

-Uh... ¿¡Uh!? ¿Dónde estamos?- Hablo en un tono de voz confundido.

- ¡Hasta que despiertas! Tienes el sueño muy pesado...- Dijo Renata, con una leve sonrisa.

Me tranquilizó un poco esa pequeña sonrisa, tal vez no está tan enojada.

- ¡Perdón! Ya puedo caminar sola...- Respondió Claire.

La baje con cuidado y sonreí.


Narra; Claire

¡Uh! ¡Dios! ¿Cuánto dormí? Ah... Espero no haber sido tan molesta para ellos.

Aún me duele bastante el brazo, lo siento adormecido... Pero es mejor que tenerlo con un corte gigante. Como sea, si no mal recuerdo el de llamaba Leon... Y ella Renata.

- Muchas gracias por todo, me curaron y me protegieron... Muchas gracias- Hablé mirando a ambos.

Ya confío en ellos, osea, me curaron mi brazo ¡y me protegieron de muchos caníbales! Y este tipo es oficial.

Renata se acercó a mi, con una ligera sonrisa.

- ¿Como está tu brazo? ¿Te sientes mejor?- En su tono de voz se nota la preocupación por mi.

- ¡Ah! Si, esta mucho mejor... Muchas gracias Renata- Respondí mostrándole la herida.

-Bien... Me alegra que estés mejor... ¿Te llamabas Claire no? Ahora es mejor que busquemos un lugar para quedarnos... aquella casa abandonada no sirve mas- Hablo ese Rubio oficial.

- Sí sí, mi nombre es Claire, Claire redfield- suspire.


Narra; Leon

Me alegra mucho que está chica está mejor de aquella herida tan profunda que tenía... Por lo menos ya no tendremos que llevarla en los brazos.

Mire de Reojo a Renata, aún parecía algo... Decepcionada.

-Renata... ¿hablemos un poco?- Dije muy apenado.

-Luego, vamos a buscar un lugar seguro...- Susurro ella.

Narra; Renata

Me siento terrible, no entiendo tampoco el por qué... Si conozco a este tipo hace ¿1 día tal vez? Es que... ¡Ah! ¡No lo se! ¡Pero me molesta mucho!

Cómo sea, no tengo tiempo... Debemos buscar un lugar para quedarnos y refugiarnos de los canibales.

Mire a Leon, algo triste y suspire.

-Vamos- Susurré y comenzamos a caminar.

Narra; Hablante lírico.

Estaba relativamente tranquilo el lugar, ya que estaba amaneciendo y se podía ver con mejor claridad dónde estaban.

No sabían dónde ir, ni dónde podrían encontrar algo para protegerse de los canibales...

-Vamos a la estación de policía, tal vez allí hayan balas y armas- Dijo Renata, mirando a ambos.

Estos solo asintieron. Bajaron por un cerro, dónde tuvieron unos cuantos problemas, pero nada mayor.

Las calles de la ciudad alguna vez llamada Raccoon City, ahora eran un completo caos, Miles de autos volcados y en llamas, todas las ventanas rotas y Miles de casas quemadas y destruidas.

Simplemente, no se podía reconocer a Raccoon City. Esto para el grupo era muy doloroso, era la ciudad donde habían vivido y compartido miles de momentos... Ahora todo destruido.

Luego de unos minutos lograron llegar a la estación policial.


Narra; Leon

Yo... Siempre quise ser un honorable oficial, capaz de poder proteger a los inocentes y dar justicia... Pero justo en mi primer día un virus desconocido apareció... Matando a casi todas las personas de esta ciudad.

Ese pensamiento me atemorizaba, que tal vez un momento me convierta en... Un canibal y matar a mis seres queridos.

Entramos por unos vidrios rotos, era un total desastre, todos los papeles en el suelo y los muebles tirados por todas partes.

-Aqui es donde te conocí... Renata, ¡y fue hace tan solo un día! Pareciera que fue más...- Le hable, tratando de romper el silencio que nos rodeaba.

Ella solo asintió, debe seguir enojada con lo que pasó con aquella mujer, Ada...

-¿Mmh? ¿Aquí se conocieron?- Hablo Claire, mirando alrededor.

-Sí, la salve de unos caníbales- Respondí con orgullo.

-Soy secretaria de este lugar, o mejor dicho 'era'- Dijo Renata por fin.

-Osea... Si nada de esto hubiera pasado, ¿nos hubiéramos conocido igual?- Estaba algo desesperado por poder establecer una conversación con Renata.

Nada, solo asintió.


Narra; Renata

No quiero hablar con Leon aún... ¡Me molesta mucho aún lo que hizo!

Los tres estábamos examinando el lugar, en busca de algo útil. Además, también debía buscar algo de ropa... La mia está toda rasgada y llena de sangre.

Leon miraba el lugar... Como si estuviera pensando 'aqui hubiera trabajado...'

Entre a una oficina que era la del supervisor, pero adentro había un canibal.

Di un leve grito y me caí por la sorpresa. El infectado al darse cuenta de mi presencia comenzó a correr a mi.

Me desespere, ni Claire ni Leon estaban cerca. Mis ojos comenzaron a arder y mis músculos se tensaron. El canibal rápidamente se abalanzo a mi.

-AHHG! ¡ALEJATE!- Exclamé, forcejeando con el canibal.

Estoy desesperada, mis piernas se mueven de cualquier forma con tal de pegarle a esta cosa. Tenía mis manos en sus hombros, manteniendo lejos su boca de mi piel.

Era tan asqueroso, sus dientes podridos y su piel desgarrada. No tenía ojos.

Mi respiración era entre cortada, y estaba perdiendo fuerzas.

-¡NO NO NO! ¡LEON! ¡CLAIRE! ¡AYUDA! ¡AHG!- Grite, pero parecía que nadie me escuchaba.

Mis codos comenzaron a doblarse, y así su boca estaba a centímetros de mi mejilla. Estaba llorando desesperada.

Sin embargo, alguien quitó esa cosa arriba mío.

-¡LEON!- Dije entre llantos.

El solo me miró con preocupación.

-¡Callate! ¡No grites!-

El también se veía muy nervioso y asustado... ¡Ah! ¡Pero tiene su arma!

Narra; Leon

No tengo balas...

¡AHG! ¡Debí haber traído a Claire en vez de solo salir corriendo! ¡Soy tan idiota!

Cómo sea, debo proteger a Renata. Ahora no puedo pelear contra está cosa, me mordera de inmediato y se ve que es bastante rapido

Con mi miraba buscaba un escape efectivo, y... ¡Bingo! ¡Allí dentro!

Sin decir ninguna explicación, tome la mano de Renata y nos metimos a un tipo de cuarto pequeño dónde guardan las cosas de limpieza.

- Ahora... mantente callada- Susurré, mirandola.

Okay... Este lugar es muy pequeño, todo mi cuerpo está tocando el de Renata.

Tampoco es que me disguste...

Entre La Tierra Y El Infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora