tensión.

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Narra: Hablante Lírico.

Los cantos de los pajarón eran suaves y dulces, era un contraste completamente contrario a lo que sucedía... El miedo a morir a manos de unos caníbales hambrientos mientras duermes... No es el mejor de los consuelos, sin embargo, este pequeño grupo a logrado convivir con aquel miedo.

Levemente, unos ojos azules se dejaron en evidencia... Un rubio comenzaba a despertarse por los mismos cantos de los pájaros. Vio a una chica en su hombro, rápidamente reconoció a Claire. El ojiazul suspiro y con mucha suavidad tomo la cabeza de Claire para acostarla en otra parte, el ya sentía la necesidad de levantarse.

Su mirada rápidamente paso por el resto del grupo, asegurándose de que todos estuvieran bien y sanos. No pudo evitar mirar a la chica que dormia tan plácidamente... Sus ojos recorrían su hermoso rostro. El no pudo evitar sentir unas mariposas bastante grandes en su estómago...

El rubio se sentía tan devastado, saber que la mujer que tanto está enamorado... Y que se supone que era mutuo, lo aleja de esa manera tan desagradable...

El rápidamente sacudió su cabeza, tratando de quitarse todos esos pensamientos de su mente. No queria pensar en Renata, solo se concentraria en salvarlos y detener a estos caníbales.

Comenzó a alejarse del lugar, necesitaba tomar un poco de aire antes de seguir... ¿Cómo es posible que todo cambiará de manera tan repentina? El solo era un oficial novato en su primer día... Vaya suerte la de el.

Narra; Leon.

Estaba apoyado en el árbol a tan solo unos dos minutos de donde estaban los demás... Necesitaba limpiar mi mente y ordenar mis pensamientos. Di un largo suspiro para luego sentarme en el suelo y apoyarme en aquel árbol.

No sabía que hacer, mis pensamientos me estaban atormentando. Tanta gente que no pude salvar... Tantas personas que sufrieron y murieron de manera horrible, si tan solo fuera más fuerte, ¿podría haber salvado a mas personas? Esa pregunta me estaba matando.

Además, ahora soy responsable del grupo... Soy el oficial, ellos confían en mi fuerza e inteligencia para mantenerlos a todos a salvó, pero aquí estoy... Sin saber que hacer. Hay una niña pequeña que confía plenamente en mi, ¿y si no soy capaz de cuidarla y mantenerla sana? No sé que hacer.

Además, no es 100% seguro que saliendo de la ciudad podamos estar a salvó, ¿y si allí afuera también están estos mismos caníbales? Estaremos en territorio desconocido y más en cima con caníbales hambrientos.

Yo solo quiero mantenerlos a salvó, pero siento que me faltan fuerzas... No sé que hacer, ¡no sé hacer! Es tanta responsabilidad para un ser humano que esto me está matando por dentro. Mis manos tiemblan con tan solo pensar que alguno de ellos podría morir por tan solo no ser más fuerte.

Sin poder evitarlo, mis lágrimas comenzaban a caer por mis mejillas... Puedo sentir como humedecen mi rostro... Haciendo esto aún mas patético.

Pude sentir un toque en mi hombro, aceleradamente me levanto y me coloque en posición de defensa... ¿Otro canibal?

-¡Hey! Leon... Tranquilo, soy yo, Harry- Dijo el chico, mientras me miraba con miedo y se cubría su pecho.

-Dios, Harry, casi me das un infarto.- Hablé para luego calmarme, mi respiración aún era bastante agitada. -¿Aqui haces aquí?,  ¿Quien está cuidando el resto del grupo?- Agregué con preocupación.

-No te preocupes Leon, Renata ya estaba despierta y está despertando a las demás.- Respondió, para luego mirarme con algo de pena.

-Bueno... Leon, quería hablar contigo sobre algo.- Agrego el azabache, mirándome fijamente a los ojos. -Veraz... Te he visto, y esto está siendo muy agobiante para ti... ¿No?- Agrego, para luego mirarme con una ligera sonrisa...

-Mira, yo y Renata hablamos de esto... Lo procesamos muy bien y decidimos algo.- Se apoyo en el árbol, para luego seguir sonriendo.

-A través de una radio, escuchamos un leve código el cual nos manda hacia un lugar en específico... Así que Renata y yo decidimos ir a aquel lugar.- Sus palabras me sacaron de mi mente.

Lo mire helado... ¿Separarse del grupo? Eso es lo que estaba ofreciendo en simples palabras... No, no puedo permitir esto.

-¿De que demonios hablas?, ¿Me estás diciendo que quieren ir a un lugar completamente desconocido solo por qué una radio lo dijo?- Hablé incrédulo... No podía creer esto.

-¿De verdad crees que una radio que lo más probable solo haya Sido una falla, te diga la ubicación exacta de un sitio? Ustedes están dementes.-  Respondí con total enojo.

-Leon, es una oportunidad única. ¡Si Renata y yo vamos tal vez podríamos descubrir algún tipo de lugar protegido por los militares!- Nuevamente me sentí algo desafiado por sus palabras.

-¡Oh por un demonio, es el puto fin del mundo!, ¡No hay tal cosa como un búnker subterráneo completamente seguro y lleno de comida y agua!- No podía creer que de verdad ellos planeaban ir solos a una ubicación totalmente desconocida.

-¡Nunca lo sabremos si no vamos!, ¿¡O que propones tu!?, ¡Que nos vayamos a otra ciudad totalmente desconocida dónde miles de caníbales nos tratarán de matar!- ... Simplemente, iba a explotar.

-¿¡De que mierda me hablas!? Solo los quiero mantener a salvó y ustedes solo se quieren suicidar allí. ¡Vayanse a la mierda, no los necesito!, ¡Matense si quieren, pero a mí no me van a arrastrar con ustedes!- Grite con completo enojo, me sentía demasiado horrible...

-¡Vayanse a la mierda! ¡Así dejarán de ser un puto estorbo!- Finalmente grite, para luego escuchar unos pasos detrás de mi...

-¿Leon...?- Hablo esa suave voz... Esa voz que me volvía loco.

Narra; Claire.

Harry acaba de irse, dijo que iba a hablar con Leon unas cosas... Meh, cosas de hombres supongo. Renata estaba despierta ya y Sherry está bastante somnolienta. Por como luce el cielo, puedo estimar que son las 8 a.m. Estire un poco mis brazos y mire a Renata quien se levantaba.

-Claire, iré a lavarme la cara... Cuida a Sherry unos momentos porfavor, luego yo la cuido y tú vas.- Dijo Renata con una sonrisa en su rostro.

-¡Uh! Claro Renata, no te preocupes.- Le devolví la sonrisa, para luego mirar a Sherry quien bostezaba.

Nose que haría sin Renata... Es una amiga tan buena, siempre podemos conversar y me entiende... ¡La quiero tanto!

Vi como se alejaba, mientras Sherry se acurrucaba más en mi. Acaricie sus cabellos dorados con suavidad... Hasta que sentí un gruñido proveniente del estómago de Sherry, sus mejillas se tornaron rojizas por la vergüenza.

-¿Uh?, ¿Tienes hambre Sherry?- Pregunté, mientras la miraba con una sonrisa. Sus ojos reflejaban una inocencia que me hacía derretir.

-S-sí... Pero no te preocupes, coman ustedes.- Respondió y trato de restarle importancia a la situación.

-No Sherry, no te preocupes por nosotros.- Respondí, luego para revisar en mi bolso para ver si encontraba algo... Yy... ¡Wuala!

-Ten Sherry.- Dije con una sonrisa, para luego entregarle un pequeño paquete de galletas.

-Uh... ¿Pero ustedes?- Dijo, aceptando las galletas con algo de duda.

-No te preocupes, tu eres la prioridad.- Le sonreí con amabilidad. Pude notar como ella abría el paquete y comía sus galletas.

No dejaré que nada le pase.




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⏰ Última actualización: Mar 29 ⏰

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