¡Déjame en paz!

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Narra; Hablante lírico.

Claire trataba de calmar a Renata con todas sus fuerzas, pero ella no parecía cálmarse.

-¡Ya! Renata tranquila, confía en Leon... El no va a morir- Susurro Claire, mientras se acercaba más a su rostro para que la pudiera escuchar de mejor manera.

Aún se escuchaban los fuertes gemidos y crujidos de los canibales de afuera, alertando mucho más a la pelirroja por su seguridad.

-Ven, vamos más adentro para que los canibales no nos puedan ver- Susurro nuevamente Claire.

Renata estaba destrozada, su cabeza comenzó a doler y no tenía la suficiente fuerza como para caminar sola.

'Wow... Si esto le pasa cuando Leon no esta cerca, no me imagino como la pasará cuando vayamos a buscar al responsable. Aún que también creo que es por qué Miles de canibales lo perseguían... Pero el no morirá, claro que no'. Pensaba Claire, en lo cual tenía razón.

La pelirroja ayudo a levantarse a Renata, y en mucho silencio se adentraron más al mall.

-Sigamos las palabras de Leon... Busquemos comida, ropa y medicina- Susurro Claire, secando las lágrimas de Renata con su dedo pulgar.

Renata solo pudo asentir, y respirar con pesadez.

Por otro lado... Leon.

Narra; Leon.

Genial, Miles de canibales comenzaron a correr detrás de mi... Tengo la mejor suerte de este mundo.

Ahora estaba escondido en unas de las tantas casas quemadas y destruidas de esta ciudad. Era algo aterrador, pues parecía como si un tornado hubiera pasado por aquí.

-Mierda... debo encontrar la manera de poder salir y volver con ellas- Susurré, mirando a mis alrededores en busca de algo útil o una salida.

Gatee hasta llegar a otra habitación, al abrirla con cuidado, entre en esta y comencé a buscar cosas.

¡Algo! ¡Debe aver algo! Veamos...

¿Que es esto?

Narra; Claire

Aun tenía a Renata junto a mi, ayudándola a caminar mientras ella se tranquilizaba. Todo era un desastre total, sangre por todas partes y Miles de cosas rotas y tiradas.

Comenzamos a buscar tiendas, la primera que vimos fue de ropa.

-Renata, saquemos cosas para el frío y para que puedas quitarte esas cosas puestas que tienes... ¿Si?- Susurré.

Ella solo asintió, estaba destrozada.

Entramos a la tienda, sacamos unos cuantos abrigos y Renata se colocó ropa nueva

Se colocó unos jeans de tiro bajo ajustados y una camisa, un tanto ajustada pero es cómoda según ella.

-Es lo único que encontré... Todo lo demás me queda muy pequeño- Dijo ella entre jadeos.

Claro, debe ser por qué las personas vinieron corriendo hacia aquí para robar y tener cosas en su casa...

También metimos algo para Leon, no sabemos bien que talla es, por lo cual le llevamos unos suéteres.

Salimos de esa tienda victoriosas, ya que es difícil en un apocalipsis encontrar ropa.

Cómo sea, ahora debemos buscar lo más importante, la comida y agua.

Miramos a todas partes, asegurándonos que no hubieran caníbales por allí y comenzamos a entrar a tiendas.

-¿Ustedes quienes son?- Dijo una voz desconocida.

Entre La Tierra Y El Infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora