Capítulo 17: Caretas.

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Cristóbal.

Dos semanas pasaron desde que elegí las pruebas por sobre cualquier relación que pudiese tener con Ana, después de todo engañarme con un futuro juntos es algo que no me podía permitir. 

Las pruebas consolidaron lo que ya se sabía y con apoyo transversal de los políticos del Congreso se aplazo la fecha de las elecciones, eso no implica que Heim haya salido de la carrera presidencial. Siguen existiendo adeptos a su figura que lo mantienen todavía vigente como candidato a pesar de todo. La política es así, el fanatismo ciega. 

Heim por su parte huyo de inmediato, dejándonos en el punto que nos tiene ahora. ¿Dónde esta? Sabemos perfectamente que no mantiene contacto con ninguno de los miembros de su familia, incluida Ana porque su celular esta intervenido. 

Me he mantenido en el papel que más le acomoda a mi tío. Siendo un hombre frío y centrado en mi misión y ayudo mucho que Ana decidiera cortar cualquier lazo entre ambos. ¿Sirvió realmente?¿He dejado de pensar en ella o la he olvidado? La respuesta a todo es no. Mantiene una fuerte vigilancia muy discreta que me permite saber que hace cada día con actualizaciones de mi escolta más cercana. Después de todo ellos me rinden lealtad a mí, no a mi tío. 

Jamás dejaría sola a Ana aunque mi tío piense que todo el tiempo solo desempeñe un papel con ella. Es lo que ella debe creer también, por eso cuando me llama en medio de la reunión con el equipo de mi tío para ver donde podría estar escondido Heim finjo que no sé que es ella. 

Si elimine su número, pero me lo aprendí de memoria. 

—Peric— respondo sintiendo las miradas del equipo en mí, seria una estupidez irme a otra parte cuando también vigilan mis llamadas. Se demora en responder— ¿Aló?¿Con quién hablo?— repito. 

—Ana Heim— me dice igual de cortante— necesito que nos veamos— me lo exige como si no me hubiese dejado. 

—Ah, eres tú— finjo estar desinteresado— no tengo intenciones de juntarme contigo porque puede ser una trampa, después de todo tu misma dijiste que si me acercaba a ti podrías filtrar cosas sobre mí a la prensa, así que no gracias. 

No insistas, por favor mantente alejada de mí. 

—No te estoy preguntando, te estoy diciendo que nos veremos quieras o no— la decisión en su actitud no debería ponerme tan caliente, pero lo hace. 

Maldito enfermo Cristóbal. 

—¿Me esta amenazando señorita Heim?— finjo molestia por los presentes— Porque le recuerdo que su padre es un candidato prófugo de la justicia y no se verá nada bien que la hija de ese delincuente amenace a su adversario.

Mantengo los límites, quiero que entienda que ella y yo pertenecemos a diferentes lugares ahora. 

—¿Entonces eso quieres Cristóbal?— sus palabras son frías, calculadas— ¿O te digo Cameron?— la sorpresa es tan grande que me congela, trato de modificar mi cara para que mi tío no lo note, pero es muy tarde— ¿Qué nombre le gustaría más a la prensa?— sigue hincando el dedo en la herida— O puedes preguntarle a tu tío que nombre le gusta más. 

Para ella soy un títere de mi tío. Me odia y se escucha en su voz, sabe que le mentí. ¿Cómo?

—No sé de qué estas hablando— me recompongo y levanto la mano para que mi tío no entre en alerta. 

—Bien, no tengo nada que perder a diferencia de ti. Ten una buena vida, mentiroso— cuelga dándome la estocada final. 

Ana es más inteligente de lo que creímos, ella esta adelante en estos momentos y ha descubierto algo que solo un pequeño circulo sabe. Y por quien más temo es ella. 

Red de mentiras [+18] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora