OBSESIONES QUE MARCAN [2°] [EN CURSO]

CAPITULO 10

NOTICIAS INCÓMODAS

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Antonella Rinaldi

Los días parecen una tortura diferente, usar una mascara de pendeja enamorada es cansado y más cuando debo usarla con el hombre que más odio en el mundo, noche tras noche debo soportar tenerlo encima y fingir placer que simplemente no siento; es agotador y ni siquiera parece que apenas ha pasado una semana desde que llegué aquí, cada día parece eterno y ni hablar de la noche.

Cómo de costumbre estamos desayunando en la terraza de la mansión, la comida pasaba por mi garganta con dificultad y debo usar el jugo para poder ingerir algo, Edmond no presta mucha atención pues disfruta sus alimentos como si nada; mientras que a mí con esfuerzo me cabe un plato de fruta.

—Mi reina, creo que ya es momento de que se anuncie tu regreso a la mafia.—comentó Edmond

—¿Eso crees?

—Si, pero antes de todo debo dejarte en claro algo.—sus ojos castaños me miran—. Necesito a Rusia de mi lado, entenderás que es un país fuerte y que mejor que una alianza más.

—¿Hay otro clan nuevo?—cuestioné mientras mordía el mango

—No, Fiodor Sakolev sigue siendo el único y con él quiero esa alianza.

La fruta se atora en mi garganta ante la sorpresa, debo beber agua y cuando me recupero miró fijamente a Edmond, sin entender porque haría algo así.

—Me niego.—dije

—Mi reina, no hay razón para hacerlo.—su mano aprieta la mía—. Porque si eres capaz de casarte conmigo, serás capaz de aceptar a Fiodor, así de simple.

—Edmond, según tengo entendido Fiodor ya no es lo que era antes, no me parece que sea una buena idea.

—Es una orden.—su fuerza me lastima—. No pregunte si te parecía o no, se lo que es mejor para mí clan y los rusos deben estar de mi lado, así que mejor vete acostumbrando.

Quiero negarme pero no tengo alternativa, no voy a echar por la borda lo que he avanzado, por ello me callo los comentarios y me hago a la idea de que así será, tendré que convivir con los asesinos de mi hermano. Aunque pensándolo mejor, sería bueno, así los tendría en la mira y llegado el momento los mataré a los dos.

—Tienes razón, Fiodor está mejor de nuestro lado.—sonreí

—Me da gusto que lo entiendas, no quiero empezar disputas tan pronto.—su fuerza disminuye y deja un beso en el dorso de mi mano—. Nos reuniremos hoy por la noche.

—Perfecto, tengo tiempo para salir un rato con Zara, quiero recorrer Marsella.

Me despedí de Edmond mientras me alejaba lo más rápido posible, reconozco a Zara en la entrada y me acercó a ella.

—Sabes, creo que fuí una mala amiga por no llevarte de compras ayer.—tome su mano—. Así que iremos hoy, necesitas ropa y el idiota de mi prometido me dió una tarjeta de crédito sin límite.

—Eso suena tan irreal.—su ilusión es notoria

—Venga, vamos a llenar tu armario de la mejor ropa de este mundo.—juntas salimos de la mansión

Hugo vuelve a llevarnos al centro comercial donde ahora solo cargan la ropa de Zara, yo solo me compré un hermoso reloj con pequeños diamantes incrustados y un anillo de serpiente de oro blanco.

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Al volver lo hacemos en medio de risas, Hugo deja todo cuando alguien lo llama, las empleadas se encargan de subir todo a la habitación de Zara y justo cuando estoy por seguirla note cómo los escoltas van de aquí para allá. Gerónimo está con Hugo quien le dice algo que hace palidecer por completo al francés, Zara nota que algo pasa así que me acercó a Gerónimo.