Nostalgia

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Esa habitación en la Mansión de las mariposas estaba siendo mucho más ruidosa que cualquier otro día, pero a pesar de eso parece como si fuera imposible perturbar a Tanjiro, o siquiera llamar su atención.

El de la cicatriz deslizó sus manos sobre la sábana de su propia cama mientras la tendía, retirando las arrugas en el camino con lentitud. De hecho, con demasiada lentitud, como si su mente estuviera en otra parte.

Y vaya si lo estaba.

No podía sacar de su cabeza aquella imagen de Muichiro pronunciando su nombre, sentía algo cálido en su pecho cada vez que recordaba la voz de Muichiro llamándolo.

¿Qué fue lo que ocurrió? Estaba bastante confundido, y no es para menos cuando esa misma noche pasó por varias situaciones que casi lo derrumban. Especialmente lo ocurrido con Nezuko, eso lo desestabilizó enormemente.

Desde que ha estado guardando reposo en la Mansión Mariposa, no ha dejado de pensar en lo que pasó, pero especialmente en aquel chico de larga cabellera. 

Recuerda lo herido que parecía estar Muichiro después de haber desaparecido, en ese momento no lo sabía, pero más tarde se enteró que en la Aldea no se infiltró solo una Luna, sino dos de ellas. Y que de hecho, si ni Genya, Mitsuri o él mismo se encontraron con esa otra Luna superior, es porque Muichiro se enfrentó a ese demonio solo y consiguió acabar con él.

La variedad de sentimientos que Tanjiro sintió cuando se enteró de eso fue indescriptible, estuvieron todos juntos luchando contra un solo demonio, mientras que Muichiro tenía una batalla por su cuenta. 

Pero eso no fue lo único increíble para Tanjiro, sino que había algo diferente en Muichiro cuando se lo volvió a encontrar. En medio de la batalla no fue capaz de percibirlo, ni siquiera cuando todo había acabado y Nezuko lo tenía cargando en su espalda.

No está seguro si porque sus propias heridas y agotamiento nublaron su percepción, pero en ese momento fue incapaz de procesar correctamente el lenguaje corporal de Muichiro al hablarle, su tono de voz más cariñoso dirigido a él, el brillo en sus ojos...

Los entumecidos sentidos de Tanjiro gastaron la poca energía que les quedaban preocupándose por ver a Muichiro herido de esa manera, y sin querer ignoró lo demás.

Y ahora no para de darle vueltas al recordarlo.

"Tanjiro"

Tenía tantas ganas de hablar con Muichiro otra vez, de escucharlo llamar su nombre con ese mismo nostálgico tono de voz que le traía viejos recuerdos, y confirmar si durante el amanecer en la aldea realmente le vio mostrando una sutil sonrisa, o si solo fue su exhausta imaginación la que provocó que percibiera aquello como algo real.

"Tanjiro..." 

Suspiró sintiendo sus recuerdos más vivos que nunca, al mismo tiempo que sus manos seguían deslizándose sobre las sábanas de su cama en el mismo sitio. Esa zona ya no tiene ninguna sola arruga, y la cama estaba prácticamente tendida desde ya hace un rato.

Llevaba tanto tiempo en esa posición mirando el amanecer y los pajaritos fuera de la ventana, que no parecía ser consciente de todo el ruido que había a su alrededor.

—¡Tanjiro! —exclamó Zenitsu, a la vez que picaba la mejilla de Tanjiro para por fin llamar su atención— ¡Me estás ignorando, no puedo creerlo!

—¿Eh? No, lo siento —se disculpó encogiéndose de hombros con una pequeña sonrisa, enseguida de darle unas últimas palmaditas a la orilla de su cama y a las almohadas.

—¡Debes concentrarte, Monjiro! ¡Me haré mucho más fuerte que tú y no pienso esperarte más tiempo! —interrumpió Inosuke, subiéndose a otra de las camas de la habitación.

Recuerdos (MuiTan/TanMui)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora