Lágrimas

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Era una mañana tranquila, Tanjiro se había levantado muy temprano recordando los juegos y las cosas que le había prometido hacer a Muichiro cuando lo visitara de nuevo. Tenía ganas de ir otra vez, así que recolectó algo de fruta para llevarle además de unas cuantas flores de glicinas que habían florecido hace poco, le parecían muy bonitas y sintió ganas de llevárselas a los gemelos.

Se despidió de su mamá y sus hermanos, caminando primero hacia el hogar de esos niños para dejar el resto de la tarde su trabajo de vender carbón por el pueblo cuando regresara.

Solo que a diferencia de otros días, percibió un olor diferente cuando se iba acercando, un aroma que le hizo estremecerse mientras una ola de mal presentimiento le recorría el cuerpo.

Olía a miedo, a tristeza... a sangre.

Apresuró el paso notando el desastre que había en el patio, pero su cabeza estaba centrada en llegar a la casa de los gemelos como para prestarle atención a su alrededor. Solo para llegar y observar los cuerpos de ambos en el suelo, en un estado muy grave.

Pudo notar la sangre por todos lados y que le faltaba un brazo a Yuichiro, su propio cuerpo se paralizó en tal escena sin saber qué hacer.

Entrando a penas por la puerta se encontraba el cuerpo de Muichiro a sus pies, sintió una punzada en el pecho, pero sin entender del todo lo que ocurría, se apresuró a sujetarlo. Lo movió con mucho cuidado por temor a hacerle más daño, dándole la vuelta para poder verle el rostro y revisarlo.

Su cara estaba demacrada, tenía una expresión de tristeza y agotamiento, además que aún eran visibles los rastros que habían dejado sus propias lágrimas.

Tanjiro lo sujetó temiendo lo peor, pero para su sorpresa Muichiro se encontraba respirando, aunque con una gran temperatura, tenía mucha fiebre.

Además que ya habían gusanos recorriendo su cuerpo.

—¡M-Muichiro! ¡Escucha mi voz por favor, no te vayas! —exclamó una vez su garganta le permitió hablar.

Pudo notar que los ojitos del contrario se abrieron durante un momento, no fue nada y se cerraron casi enseguida, pero ese simple gesto le hizo reconfortarse mucho, le había escuchado. No esperó más y cargó en sus brazos a Muichiro para acostarlo en su cama y ahora revisar a Yuichiro. Aunque con él sus miedos se hicieron realidad, al momento de intentarlo mover con cuidado el olor a putrefacción lo invadió, ese pequeño cuerpo ya no tenía vida. 

Tanjiro no pudo soportarlo más, empezó a llorar abrazando a Yuichiro. Era la primera vez que se acercaba tanto a él y tenía la oportunidad de abrazarle, sin embargo, pensar en eso solo le hizo sentir mucha más tristeza.

—Lo siento tanto... —pronunció apretando los ojos. No tenía idea por qué lo decía, no era responsable de nada de eso pero aún así, no pudo evitar que esas palabras salieran de su boca.

::::::

Perdió la noción del tiempo, y aunque aún era temprano ya no estaba seguro cuanto rato llevaba ahí. Muichiro estaba aún sin despertar, lo había dejado en su cama con una manta y un paño con agua en la frente mientras él mismo estaba terminando de enterrar el cuerpo de Yuichiro a fuera en el patio. No sabe si hizo lo correcto, pero pensó era lo mejor. Odiaba la idea de mantener el cuerpo de Yuichiro a fuera de esa manera, y Muichiro en ese momento no tenía las fuerzas ni la voluntad como para encargarse de algo así.

Recuerdos (MuiTan/TanMui)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora