Días efímeros (2da parte)

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—Entonces…—dijo Tanjiro, después de un rato. Al mismo tiempo que tenía abrazado a Muichiro contra su pecho—. ¿Vas a dormir aquí?

—Sí.

—¿Aunque te diga que deberías irte a tu habitación?

—Así es.

—Entiendo…

Ni siquiera es que Tanjiro realmente deseara que se fuera, y Muichiro no cuestionó sus preguntas después de eso. Pero es que, después de esa larga sesión de besos, Tanjiro se sintió abochornado, mucho más de lo que estaba originalmente cuando se encontraba solo.

Y no sentía del todo correcto dormir abrazado de Muichiro, aunque a este último no parecía importarle en absoluto. Estaba abrazado de Tanjiro con las manos alrededor de su cuello, jugueteando de vez en cuando con sus aretes, además que  no podían encontrarse más cerca de lo que ya estaban.

Pero a estas alturas, ¿quién era él para negarle algo a Muichiro? El mismo Tanjiro estaría mintiendo si negara sentirse terriblemente feliz y afortunado en estos momentos.

Muichiro se ha puesto tan cómodo, que incluso colocó una de sus piernas encima de Tanjiro. Este por supuesto no se quejó, simplemente continuó abrazando fuertemente a Muichiro y acariciando su cabello en el proceso.

—No dormiremos si nos quedamos así, ¿verdad? Escucho tu corazón muy acelerado —susurró Muichiro, frotando su mejilla contra el pecho de Tanjiro, el cual dio un brinco al escuchar lo directo que ha sido.

—Oye…no es mi culpa, aún estoy nervioso.

Muichiro sonrió al escucharlo y cerró los ojos.

—Yo igual —respondió y de pronto, sintió la manera tierna en la que Tanjiro comenzó a besar su cabeza.

—Intentemos dormir, hay que levantarnos temprano mañana.

—Sí, lo sé.

Fue difícil conciliar el sueño en esas circunstancias, tal vez en parte, abrazarse así era una excusa para no verse el rostro, pero no querían separarse ni un poco de cualquier manera.

Tanjiro intentó relajarse, se concentró en recargar su rostro muy cerca de la cabeza de Muichiro con la intención de arrullarse con el aroma que emanaba de este.

Sigue sorprendido de que, pese a las horribles situaciones por las que Muichiro ha pasado, el aroma de su esencia no se haya visto afectada ni un poco. Continúa conservando ese aroma dulce y tranquilizador que siempre le ha gustado, que además, justo ahora le parece aún más cautivador.

Aunque, tenerlo abrazado de esta forma le trajo un recuerdo de la primera noche que durmieron juntos, cuando tuvo que quedarse en casa de Muichiro y este desapareció al día siguiente.

La situación ahora es diferente, pero es extraño para él darse cuenta que lo mismo le ocurrió la última vez que durmieron juntos en la Mansión mariposa. Los recuerdos del pasado lo asaltaron, trayendo de vuelta esta extraña sensación de incertidumbre.

Tanjiro suspiró, se negaba a permitir que su cabeza continúe llevándolo hacia ese camino angustioso. No es el momento, no cuando tiene a Muichiro tan plácidamente entre sus brazos. Las circunstancias son diferentes ahora, cuando despierte Muichiro seguirá al lado suyo, igual que la última vez.

Así que, se obligó a tranquilizarse y concentrar sus sentidos en la arrulladora fragancia de Muichiro, la cual finalmente fue capaz de hacer que se quedara dormido.

Muichiro por su parte, no consiguió hacerlo, pero sí se dio cuenta de cuando Tanjiro lo hizo.

Lo notó cuando la respiración y ritmo cardíaco de este se apaciguaron, también cuando sintió que el agarre en su espalda se aflojó un poco y la cabeza de Tanjiro hizo un poco más de peso encima de la suya. Esto último lo enterneció mucho más, le hubiera gustado ver el rostro de Tanjiro en ese momento, pero desde su posición le era imposible y realmente no quería despertarlo.

Recuerdos (MuiTan/TanMui)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora