Capítulo 17

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◆═════●Reunión de amigos●═════◆

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◆═════●Reunión de amigos●═════◆


Molly Weasley llegó a la cocina donde sus cuatro hijos Percy, Fred, George y Ron y el joven Harry Potter ya habían empezado a desayunar, y detrás de ella estaba Joe Scamander, a quién enseguida todos notaron.

—¡Joe! —exclamaron todos los jóvenes.

—¡Hola a todos! —saludó Joe con ánimo, y vio que Harry se puso de pie.

—¡Joe, me alegra verte!

Harry abrazó a Joseph mientras Molly observaba, y en eso el azabache le susurro al castaño:

—La señora Weasley nos atrapó, pero no dijimos nada de tí, así que finge que me ves después de mucho tiempo.

—¡Harry, por fin vuelvo a verte! —exclamó Joe, actuando con sorpresa y devolviendo el abrazó al Potter.

—Bueno, niños, ya siéntense, no pueden estar parados —dijo Molly Weasley.

Los chicos de cabello castaño y azabache se sentaron quedando Harry en medio de Joe y Ron. Harry continúo comiendo al igual que los jóvenes Weasley, y la madre de los pelirrojos le sirvió un poco de comida a Joe ya que se la ofreció, y mientras le servía salchichas fritas le decía a sus hijos en un murmullo: «como se les pudo ocurrir» o «nunca lo hubiera creído». Y en eso Harry le explicó a Joe como si no supiera lo que pasó, que los gemelos y Ron lo fueron a buscar a la casa de sus tíos.

—Tú no tienes la culpa, cielo —aseguró la señora Weasley a Harry— Arthur y yo también hemos estado muy preocupados por ti. Anoche mismo estuvimos comentando que si Ron seguía sin tener noticias tuyas el viernes, iríamos a buscarte para traerte aquí. Pero, cualquiera podría haberlos visto atravesar medio país volando en ese coche e infringiendo la ley.

Entonces, como si fuera lo más natural, dio un golpecito con la varita mágica en el montón de platos sucios del fregadero, y éstos comenzaron a lavarse solos, produciendo un suave tintineo.

—¡Estaba nublado, mamá! —dijo Fred.

—¡No hables mientras comes! —le interrumpió la señora Weasley.

—¡Lo estaban matando de hambre, mamá! —dijo George.

—¡Cállate tú también! —atajó la señora Weasley, pero cuando se puso a cortar unas rebanadas de pan para sus visitantes y a untarlas con mantequilla, la expresión se le enterneció.

En aquel momento alguien bajó las escaleras hasta llegar a la cocina, era una personita bajita con pelo rojo llameante y llevaba puesto una bata celeste con rosas.

—Mami, ¿Has visto mi vestido? —preguntó la niña bajita.

—Si, está colgado —contestó Molly.

Joe Scamander《El Joven Magizoólogo》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora