Capítulo 12: Un invierno (parte 03)

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Un mes más tarde todos nos preparamos para la ceremonia, la niña también quería ayudar, pero como no sabía si sería peligroso tuve que convencerla de que se quedara en casa, por suerte su madre me ayudo, aunque nunca vi a su padre, pero una vez preparado todo me dirigí con las mujeres del clan en el medio claro del bosque.

La luna llena estaba en lo alto y aunque era de noche me sorprendió que no hacía frío o yo estaba demasiado nervioso para notarlo vi el joven y le expliqué todo lo que había ocurrido.

Obviamente él se preocupó por que no quería que nadie terminara mal herido por culpa de un conjuro, pero le asegure que todos tomaríamos precauciones.

El señor monje empezó el conjuro con la familia mientras nosotros esperamos en el bosque, ya tenía preparada el cuchillo para liberar las ataduras, según él era un cuchillo mágico que ayudaría.

Notamos que el bosque se estaba iluminando y el árbol donde estaba el joven también, todo se ilumino más y más hasta que concentró en el árbol en un momento el joven desapareció dentro del árbol y vi unas lianas gruesas que ataban todo el árbol.

Fui hasta allí para cortarlas, pero pare en seco cuando vi una sombra negra que empezaba acercarse para atacarme, por suerte gracias al grupo no lo hico esa sombra tomo forma de un enorme lobo negro, con los ojos negros y una mandíbula grande.

- Es del conjuro. - Dijo una.

- ¿Que? - pregunte yo.

- La mujer esa dejo un guardián por si alguien sacaba el joven. - Dijo Asuna.

- Mierda, ¿podremos?

- Sabía que no sería fácil no es mi primera batalla ya todas venimos preparadas, vez a cortar eso tú no te preocupes. - Dijo Asuna.

- Me preocupo igual! Id con cuidado.

Corrí hacia el árbol y empezar a cortar las cuerdas, os aseguro que no fu fácil eran gruesas y costaba cortar, pero seguí y seguí hasta que puede cortar una pero el enorme lobo que estaba entretenido con el otro grupo no le gusto y empezó a correr donde estaba yo, pero Asuna y sus compañeras se la ingeniaron para cortarle el paso.

Seguí cortando otra más y después otra más solo quedaba una y estaba costando mucho no podía fallar eso dependía de un joven y de una familia y aunque solo hacía unos días que los conocía quería ayudarlos, gracias a mi tenacidad corté la última cuerda y el árbol brillo tanto que poco a poco se fue disolviendo en pequeños pétalos de flor blanco e igual que el lobo todo fue desapareciendo y entre el follaje una figura humana apareció.

Cuando estuvo a punto de caer lo atrape para que no se hiciera daño y todo volvió a la normalidad, el bosque dejo de brillar y el árbol y el lobo ya no estaban.

Decidimos ir al santuario con el joven y cogimos a Negri que era más rápido, en un momento estábamos ya en el santuario.

Llame a la puerta y Hayate nos abrió, entramos y otro monje cogió el joven para llevarlo a una habitación y ver como estaba.

- ¿Están todos bien? - Pregunte.

- Claro chico. - Dijo el padre de Hayate. - Siéntate y explicaros.

Nos sentamos todos el monje explico que ellos solo tenían que recitar unas escrituras y junto a los papeles y un poco de cabello de cada miembro podían recitar la escritura.

Nosotros explicamos sobre el enorme lobo negro y las enormes ataduras.

- El lobo era parte del conjuro. - Explico Asuna. - Lo he visto en otros sitios es un guardián, pero puede ser bueno o malo dependiendo de la orden, él no tenía la culpa fue ordenado a cumplir algo que tal vez no quería hacer.

El isekai que no quiere ser un isekaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora