Capitulo 4

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Desperté en una cama desconocida, en donde estaba? Mire todo mi alrededor con la mirada hasta que mire la puerta abrirse. Era una bella chica, muy bella. Cuerpo delgado, shorts cortos donde se notaban sus muslos, buenas caderas, cabello liso y ondulado en las putas pero...Su voz, oh no. Era la bruja, Lía. Ella se paro al lado de mí y me dio un buen golpe que incluso me dejo alucinando.

Tremenda mañana, me levante y adoro mi altura. Tome la cabeza de la bruja y la eche para atrás y Salí de la habitación cerrando la puerta y dejando a la bruja encerrada, por fin, paz mental. Fui a la cocina y agarre un vaso de agua sin captar bien si había alguien o no. No importaba, estaba con mi garganta seca. Pero mi asombrosa paz con mi vaso de agua no duro mucho, pues mi otro amigo Jonathan apareció detrás de mí y estrello mi cabeza con el mesón de la cocina.

– ¡Jódete maldito! –Dije enfurruñado y molesto–

– Que chillón. –Dijo burlón–

– Hmm –Dije mirando a Jonathan con una mirada fulminante–

A las horas yo fui quien preparo la comida, estaba con dolor en la espalda, me queme un dedo, me dolían mis labios y por ultimo estaba necesitado de echar un polvo o por lo menos tocar el cuerpo de una persona. Qué? Acaso es raro estar necesitado de sexo? Todos algunas vez tenemos esas ganas de echar un buen polvo en la cama con alguien.

Ya por fin podía disfrutar la deliciosa comida que prepare, obvio mis amigos encantados con su buen chef. Pero ni en mi desayuno me dejan quieto, otra notificación, pero no de ese chico. Era Samuel, mi novio, bueno sé que es normal que tu novio o pareja te escriba, pero para mi no. Mi novio me saludo con unos buenos días y de forma cariñosa, maldito. Él algo planeaba y creo que sabía que era, si, exacto. Sexo, ése idiota cuando me escribía muy cariñoso era por sexo y tener por lo menos un momento caliente y sexual entre él y yo, pero como siempre el andaría pensado en otras personas.

Pero de todas formas acepte –Tenía ganas de sexo– Me levante lo más rápido que pude y Salí a correr para bañarme y vestirme.

En absoluto, siempre yo era el idiota, ese maldito se estaba tomando demasiado tiempo. Yo estaba parado afuera de la casa de él esperando a que el abriera esa puerta del carajo.

Tuve que esperar como unos veinte minutos más, genial. El abrió la puerta y tenía que admitir que esa cara, ojos color miel, sus labios color rosa pálido, cuerpo trabajado eran increíbles...Pero el que los tiene es el peor de la vida, él mismo veneno del cual me era muy difícil escapar.

El me llevo adentro de la casa en donde solo me ofreció un vaso de agua, maldito tacaño. Pero era tener sexo o aguantarme las ganas por otros dos meses. Si, por que el casi nunca me hablaba, y eso que era mi novio.

Que buen novio.

Cállate, por lo menos puedo calmar mi lujuria.

Pero eso no es amor.

Obvio que no. Quien carajos cree en el amor?

Unos minutos de estar en la cocina ya estaba sin camisa y enojado. El maldito de mi novio se acobardo ya que yo no era mujer, entonces para que era mi novio? Todo el tiempo el me andaba esquivando, decía que el no tenia pareja, se la pasaba con una y otra y que él era supuestamente bisexual. Oh tal vez yo no era el chico indicado.

– Parece que fuera tu primera vez. –Dije enarcando una ceja–

– Cállate, puedo echar un buen polvo. Él problema eres tú. –Dijo buscando una excusa–

– Y porque yo? Acaso no es suficiente tener buen físico? –Dije frunciendo el ceño, enojado–

– No es eso. Sólo que no eres una mujer. –Dijo casi susurrando–

– Me estas jodiendo? –Dije molesto e insultado–

– No, es la verdad Alex. –Dijo en defensa–

Simplemente me quede en silencio. Sin saber si ponerme mi camisa, agarrar mis cosas e irme de esa puta casa.

– Jódete Samuel. Que te den. –Dije fulminando y destrozando a Samuel con la mirada–

El se dio cuenta de lo que dijo pero ya fue muy tarde. Yo ya estaba saliendo de esa estúpida casa.

– ¡Alex! Espera, no era mi intención. –Dijo a suplicas–

– Que no era tu intención? –Dije levantando una ceja y mostrando una mueca disgustada– Venga, que te den tus otras novias.

Me fui lo más rápido de ese lugar. Sin mirar ni arrepentirme de nada, ni de lo que pensé en esos minutos.

Qué relación de mierda, verdad?

¡Oh cállate! No ayudas.

Yo ayudo mucho.

¿Enserio? ¿En qué cosas?

Pensamientos pervertidos y sexuales.

Después de tener tremenda discusión conmigo mismo, ya estaba en casa, bueno otro infierno pero en ese infierno estaba mi hermosa camita.

Solo pude dormir una dos o tres horas. Pero lo que me despertó fue una estúpida notificación proveniente de mi móvil. Solo lo tome en una mano y con mi dedo pulgar oprimía la pantalla del móvil, estaba a oscuras en mi habitación aburrido y cansado

Mire por fin el mensaje y era otra vez ese chico, no estaba de humores pero el parecía apagado y triste...

Ni se te ocurra.

Oh claro que se me ocurrió.

Quise saber que le pasaba a ese chico y el pobre niño como estaba de confiado dijo que su novio estaba muy cortante con él y que lo trataba terrible. Bueno eso a mí que me importaba, lo único que quería era hacer rol caliente y que me distrajera un poco de todo lo que me paso.

Pero mis ideas fueron interrumpidas cuando el chico me envió pantallazos de las conversaciones con su novio, oh mierda. Ni yo trataba a las personas tan mal, pobre, pero siendo sincero, no me interesaba consolar a una persona que ni me interesaba en esos momentos, y mucho menos quería meterme en problemas de otras personas.

A las horas seguía intentando calmar al pobre niño de Internet, para mis gustos el ya no era una opción, no era el psicólogo de nadie, ni siquiera de mi mismo. Pero tuve un poco de pena por ese chico, odiaba que todos me contaran sus problemas, pero ese chico tenía algo que cualquier cosa que decía o escribía, para mí era entretenido y me interesaba, así que no tuve otra opción que calmar al chico por toda la noche.

Lograremos seguir con esto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora