Capitulo 3

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A la tarde saliendo de ese infierno llamado institución, me dirigía al infierno, si, mí "hogar". No era de esperar que un adolescente cualquiera en estos tiempos o por lo menos no todos odien a sus padres, porque yo por mi lado odiaba con mi alma a mis queridos padres.

Al entrar a casa lo primero que recibí fue un grito desgarrador de mi madre que casi me deja sin tímpanos y sin escuchar –Seguramente estaba borracha– pero siendo sincero ya estaba acostumbrado a sus gritos, bofetadas y lo loca que ella estaba.

Tire mi maleta a la cama junto a mi chaleco del uniforme y me tumbe en la cama boca arriba y mirando al techo como si fuera lo único que estaba tranquilo en esa casa tan movida y llena de bastardos. Tristemente mis pensamientos fueron interrumpidos por una notificación de nuevo de mi móvil. Genial, ni siquiera pensar dejan –Obvio gritaría al maldito o maldita– Mire la notificación la cual era...De él, ése chico de Internet, pero lo ignore. Qué? No estaba de humores como para seguirle el juego a un chico, bueno aun que por otro lado si quería hablar con él, pero de que me serviría? No me podría desahogar con cualquiera de mis chats, no eso nunca, prefería estar ahogándome que decir todo lo que siento.

Mire de nuevo la pantalla del móvil indeciso si contestar o dejarlo en visto, el me dejo en visto la noche pasada el muy maldito, yo también podía cierto? Pero justo oprimí mal por casualidad y termine en el chat y respondiendo a los mensajes de ese chico, que casualidad, no?

Pasaron unas horas en las cuales no paraba de hacer rol con ese chico, él me distraía muy bien, pero tenía en mente solo dejarlo ilusionado, pues todavía amaba un poco a mi novio, aun que suene estúpido lo seguía queriendo pero un mínima pizca, lo juro. Quise dejar en visto a aquel chico, pero, el se despidió por fin de tanto tiempo, bueno, ya dimos un paso.

Pero cuando estaba a punto de decir un adiós justo, pero justo, apareció mi mejor amigo, Erick. Él venía con una pizza en su mano y una hamburguesa en su otra mano, pero lo mejor de todo, una cajita de cigarrillos.

– Hasta que por fin, no? –Dije con una sonrisa en mis labios secos–

– Cállate idiota, toma. –Dijo extendiendo la hamburguesa– Y un hola por lo menos no?

– Si como digas princesa. –Dije mostrando una sonrisa de angelito–

– Ya deja de decirme así. –Dijo el rubio ojos castaños, frunciendo el ceño, enfurecido–

– Como digas Kristoff. –Dije con una sonrisa victoriosa al ver la reacción del rubio–

A las horas estaba con Erick en la terraza de mi casa, era un lugar hermoso, la vista era buena para una buena vista de la cuidad, tenía muebles suaves y cómodos, una nevera de gaseosas y cerveza.

Erick fumaba su cigarrillo y yo por mi lado estaba ya borracho, fumando y mirando esa bella vista. Escuche una notificación y la mire, era ese chico, no sé que estaba pensando y le dije lindo como respuesta a algo que él me dijo que ni siquiera recuerdo, solo recuerdo que él me dejo en visto. Bueno la cague en grande, de seguro ese chico al otro día me bloqueo.


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