Capitulo 7

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Hay me encontraba, sentado en el sofá con la mirada baja y escuchando atentamente las palabras de mi novio. Me estaba pidiendo una relación abierta y eso yo no lo iba a permitir. El quería estar con sus otras novias, verdad? Pues eso iba a tener.

Me levante furioso y apreté mis puños. El también se levanto al ver mi forma de reaccionar y me abrazo por detrás de una forma tan asquerosa y repugnante que hasta la cosa más toxica y asquerosa, se hubiera asqueado.

– Suéltame. Samuel. –Dije enojado–

– Eres mi novio, yo te adoro Alex. –Dijo mintiendo descaradamente–

­–Era tu novio. Ahora suéltame, esto se termina. –Dije remarcando mi decisión–

–No, no, claro que no. Yo te am...

Me aleje del cuerpo de esa bestia y lo mire con una mirada fulminante y destrozadora. Tome mi chaqueta y mochila y me fui de esa casa.

Lo bueno es que había mejorado mi confianza con ese chico de internet, ya éramos cercanos. Incluso podía decir que teníamos atracción el uno al otro.

Y es verdad.

Claro que no, Bueno eso creo.

Lo ves?

Llegue agotado a mi casa pero por suerte mis padres no estaban. Tire mis cosas a un lado y me tumbe boca abajo en la cama agotado y frustrado por todo eso que había pasado. Escuche una notificación de mi móvil y pensé que sería Samuel, pero no, era ese chico de internet.

Le conté todo mi día y como me sentía, el me apoyo y me hizo sentir mejor. Le empezaba a tener un cariño algo exagerado para mi gusto, no me gustaba ese sentimiento para nada, las relaciones a distancia nunca sirven, nunca logran llegar a algo.

Aparte mi móvil de mí y solo me quede mirando al techo, frustrado y agotado, ahora estoy soltero. Hora de festejar, me libre de una relación la cual me estaba afectando en vez de hacer un bien. Hace rato tenía esa sed de sentir el verdadero "clic" Todos dicen que ese sentimiento es como si fuera algo asombroso, que se siente hasta el punto de ser como una apuñalada, pero que se siente bien. Pero obvio no tendría ese sentimiento, no lo merecía.

Ve a un lugar para distraerte, no crees?

Exacto. Donde Isaac. El por lo menos me soportara un poco.

Me levante de un tirón, me coloque una chaqueta a lo loco, unos zapatos, me peine un poco mi cabello y sonreí al espejo por alguna razón al sentir que volvería a ver esos ojos.

Algo por aquí vuele a amor.

Cállate. No es amor, solo es un poco de lujuria.

Como digas.

Llegué corriendo a la cafetería, y ahí estaba el. Me senté algo agotado en la silla y el miro con atención mis expresiones y acciones. El se acerco a pedir mi pedido como siempre. Exacto, había cumplido mi promesa de ir todos los días a verlo y tomar un café.

– Lo de siempre, verdad? –Dijo con una ligera sonrisa– O algo más?

– Si...

– Algo paso? Donde te quedo lo payasito?

– No sé si decirte. –Dije enarcando una ceja, desconfiado.

– Anda dilo, ya nos tenemos un poco de confianza.

– Mi novio y yo terminamos... –Dije frustrado­.

– Pobre, luego paso una mala pelea? O se entero de tu engaño? –Preguntó levantando una ceja.

– No. Al contrario, él fue quien empezó, que tuviéramos una relación abierta.

­– Relación abierta, eh? –Dijo, repitiendo.

El mostro una sonrisita de lado y fue a por mí pedido. El volvió y se sentó en la silla del frente cruzando su pierna mientras colocaba su mentón sobre sus manos las cuales eran sostenidas por sus codos apoyados en la mesa.

– Soy todo oído. –Dijo mostrando una sonrisa confiada.

– No me digas, Niño. –Dije tomando un sorbo del café.

– Como? No importa, solo dime plis.

– Valee

Le conté poco a poco a aquel chico, pero el parecía muy tranquilo, solo me miraba de forma tranquila y una ligera y linda sonrisa con sus labios rosa claro.

Al terminar desvié la mirada con ánimos hasta el suelo, pero él se levanto y tomo mis mejillas con tanta confianza. El me mostro una hermosa sonrisa y sus ojos me miraron de una manera tan...Tan hermosa.

Alguien se enredo en el amor.

Cállate, no ayudas.

El me miro por unos minutos más como si estuviera pensando algo, acaricio mis mejillas y beso de una manera tan encantadora a mí frente al punto de que mi corazón estaba latiendo al punto de que quería por salir de mi boca a toda marcha.

– Concéntrate soldado, la vida sigue. Cuídate, ya termino mi turno.

– Oye...Te puedo acompañar a tu casa?

­El lo pensó un poco, pero al final suspiro pesadamente y asintió con una sonrisa tierna en sus labios.

A los minutos ya estábamos caminando por las calles en las cuales las luces de los edificios y callejeras empezaban a prenderse para alumbrar los lugares oscuros y las calles. El iba tan tranquilo con sus manos en sus bolsillos y temblando ligeramente del frío. ¿Por qué carajos yo solo me podía concentrar en él? ¿Qué me estaba pasando?

Ay el amor, que viva el amor.

Cállate, nunca ayudas. Así que deja de decir cosas sin sentido.

Al llegar a la puerta de donde él vivía me iba a ir ya, pero él me tomo del brazo con tanta gentileza y me miro mientras sus mejillas tomaban un ligero color carmesí. Se acerco nervioso hacia mí para mirarme mientras yo notaba sus nervios. El apretó mi brazo mientras pensaba en que decir, que lindo se veía...¡DIGO EJEM!

Alex, el anti amor, cayó en las redes del amor.

El me miro y no dijo ni una sola vocal, pero se puso de puntitas y me beso en la mejilla... 

Te gusto.

Claro que no, ¿Cómo crees?

Te encanto.

¡Si, si me encanto!

Me quede en silencio y solo pude separar un poco mis labios mientras mis ojos demostraban lo sorprendido que estaba. El se echo a correr hacia la puerta de su casa la abrió y hay volvimos a separar caminos.

Lograremos seguir con esto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora