Capitulo 17

5 0 0
                                    


Alexander 

"Nadie nos advirtió, que extrañar es el costo de los buenos momentos"

-Mario Benedetti-

— ¿Cuándo piensas madurar? —Me pregunto fríamente Jonathan, exhalando el humo para volver a llevar el cigarrillo a sus labios.

— ¿Madurar? Ya he madurado bastante y más de lo que quería, Jonathan—Respondí volviendo mi mirada al atardecer— No entiendo a que te refieres con madurar.

— Hablo de que dejes de ilusionar, Alexis. ¿Crees que no me he dado cuenta que no has superado a Rowan? —Espeto, dándome una bofetada con sus palabras y con solo escuchar el nombre de él, fruncí los labios y lo mire con algo de irritación, pero, ¿por qué me irritaba?

— Mentiras, ya lo supere y si he dejado a mis anteriores parejas es por qué algo no me parecía o yo les parecía a ellas —Gruñí apretando los dientes al acabar.

—Alex, conozco bien tu mecanismo, sientes que te enamoras cuando en realidad solo es la maldita necesidad de saber que puedes intentar superar a tu ex y tus putos traumas en las relaciones. Y luego, de dos o tres meses, terminas rompiendo la relación porque no te satisface lo suficiente. —Dijo antes de volver a llevar el cigarrillo a sus labios, mirándome de reojo, sabía que me examinaba, y sabía que él tenía razón en varias partes, para no decir en todas— Mírate, por alguna vez mira tus defectos, Alex. Te duele ver a Rowan, pero lo ocultas con la excusa de que te hizo pasar las peores cosas, cuando sabes que solo es tu maldito dolor y tus putas creencias del orto.

Me quede en silencio, mirando al frente, apreté mis manos en el barandal y me mordí al mejilla internamente, sentía como mi cuerpo se tensaba, como cada palabra era un golpe a mi egoísmo y ego, para mi autoestima y más que todo...Para mi mente. Mire a Jonathan el cual ya había terminado de fumar y apago el cigarrillo contra el metal del barandal y boto el cigarrillo en la basura. Me trague como me iba a defender a sus palabras, pues no podía luchar contra la verdad.

 A veces sentía que Jonathan me tenía compasión, porque él captaba mejor mis señales que Erick y Lía, y no las decía para que yo me siguiera sintiendo suficiente.

— No haré lo mismo con Isaac, si es lo que me intentas decir —Respondí, sintiendo como esas palabras caían al acantilado con la mirada de Jonathan.

— ¿Estás seguro, Alex? Eres un perfecto mentiroso, incluso mintiéndote a ti mismo, claro, de vez en cuando.

— Ya calla, siento muchas cosas cuando Isaac está cerca de mí, y lo sé, lo siento —Respondí defendiéndome de sus palabras, y finalmente él no tenía razón, me sentía atraído por Isaac, sentía muchas cosas al estar cerca de él.

— Bien, ¿pero le dirás la verdad sobre tu primera vez, Alex? —Y nuevamente, otra bofetada más.

— Solo calla, la conversación se acaba y nos tenemos que alistar para la fiesta —Dije separándome del barandal y dándome la vuelta hacia las puertas del balcón para ir al pasillo.

— Alex, ya deja de huir tanto, pareces un maldito cobarde, ya te pareces a Miguel, tío —Gruño yendo tras de mí y tomándome del hombro para hacerme mirarlo. Pero gran error había cometido al mencionar a Miguel, un muy buen error. Lo mire y lo tome del cuello de la camisa dándole un apretón y jalándolo hacia mí.

— Cierra el puto pico, Jonathan, si quiero o no quiero decirlo no lo digo, ¿Bien? Es mi problema, no te metas, ¿Vale? Ya habíamos acordado de no hablar de Miguel hace mucho, y van varias que mencionas a Miguel —Ladre antes de empujar a Jonathan contra la mesa, pero cuando me iba a volver a abalanzar alguien me tomo de los brazos y me jalo hacia atrás, gruñí y mire por encima de mi hombro. Era Erick, quien estaba mirándome decepcionado— Erick, suéltame si no quieres que el golpe vaya a tu cara.

Lograremos seguir con esto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora