♤Nuestro Omega Rebelde♤ 《Omegaverse》

🥀♡Capítulo 5♡🥀

El ambiente en el comedor era tenso e incómodo, al menos para Noah Smith, el cual estaba cenando en silencio y mirando a todos lados nerviosamente incómodo, pues todos los mayordomos, criadas, chefs y asistentes de cocina lo estaban mirando fijamente sin apartar la vista.

La razón era por dos cosas.

1: Era la primera vez que veían a un Omega en vida y tan atractivo.

2: Estaban atentos si le gustaba o no la comida que habían preparado los chefs.

Lastimosamente, Noah detestaba cuando la gente de este mundo lo miraba como algún objeto extraño, aunque sabe que ellos no habían visto a un Omega en casi 6 siglos, tampoco era educado verlo así de fijo como depredadores.

No pudo más, se levantó de la mesa deprisa, sorprendiendo tanto a los empleados como a Kilnis, quien lo acompañaba en la cena.

- ¿Sucede algo, Noah? ¿No te gusta la cena? - Pregunto, intrigado por su actuar tan repentino.

Noah quedo unos momentos en silencio, pensando rápidamente una respuesta que no fuera tan franca y grosera, pues aunque sea alguien rebelde e irrespetuoso, sabía modales y no podía enojarse tanto con ellos, pues no tenían la culpa de su curiosidad y fascinación por su casta.

Suspiro, tomo aire y miro a Kilnis con seriedad.

- No, la cena esta excelente y deliciosa, nunca había comida nada igual antes. - Su respuesta hizo que los chefs se llenarán de felicidad.

- Solo que me incomoda el hecho de que todos me están mirando tan fijamente, es molesto.

Inmediatamente todos se pusieron nerviosos, no se habían dado cuenta de eso, y ahora se sentían avergonzados, bajando la cabeza apenados.

Kilnis escucho sus palabras con atención, para después mirar a los empleados que habían estado mirando al Omega tan fijamente.

- Escuchen, sé que están muy sorprendidos y curiosos por la llegada del Omega al palacio, pero deben de respetar sus acciones y no incomodarlo. - Dijo con seriedad, pero manteniendo un rostro sereno.

Los empleados asintieron en disculpa y se dispersaron por el palacio a hacer sus deberes, dejando tranquilo a Noah.

- Gracias por eso, no soy bueno cuando tanta gente me mira tan fijamente.

- No debes agradecer, sé lo incómodo que puede ser tener toda la atención, pero me he ido acostumbrando, tú también lo harás. - Le sonrio para calmarlo.

Noah solo asintió por sus palabras, mientras volvía su atención a la cena.

En el interior de Kilnis, su lobo se movía ansioso por oler las feromonas de Noah, aquellas que olían tan bien, pero también soltaba gruñidos al saber que sus feromonas las podían oler otros Alfas que andaban por ahí. Kilnis solo le dijo que se calmara, pero no podía evitar sentirse celoso también, aunque lo ocultase bien por su expresión serena.

Noah no solo tenía buen olor, también era muy atractivo y con una gran personalidad, haciendo que tanto Kilnks como su lobo sintieran mariposas en sus estómagos.

Esos bellos ojos blancos, parecidos a perlas brillantes del mar. Su cabello tan peculiar de color negro y blanco, era una combinación tan única, parecida a la de algunos de sus animales acuáticos. Su piel tan blanca como la porcelana, que hacia que tuvieran tantas ganas de besarla, morderla, lamerla, dejar sus marcas en esa piel tan bella, de solo pensarlo se sonrojaba. Y esos labios, oh... deseaba besarlos día y noche, pues se veían tan jugosos y deliciosos, se preguntaba que sabor tendrían.

No solo eso, su cuerpo también era una belleza, una obra de arte inigualable. No era igual a muchos cuadros de Omegas que alguna vez vio de pequeño, no, Noah era diferente, tanto en mente como en cuerpo.