Capítulo 6.- Pláctica de paciente

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ESCUELA ACME-ENFERMERÍA18:59 PM

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Ya han pasado varias horas desde el accidente imprevisto, era casi de noche y Peluso estaba sentado afuera de la puerta de enfermería; esperando, esperando y esperando; todo para saber noticias sobre Calamidad, nunca había estado tan nervioso desde que tuvo que pelearse el otro día con un enorme bulldog para defender a sus amigos. Esto era algo mucho más que ello, sentía su pecho doler y la respiración era cada vez más agitada por su temor a lo peor. Jugaba con sus manos, se abrazaba a si mismo con la cola, se repetía muchas veces 'va a estar bien' 'va a estar bien'. Pobre del mínimo, estaba sintiendo tan estresado hasta que...

Abuelita: Peluso cariño, ¿Estás ahí?.

Tan pronto como la Abuelita llamó su atención, el peli-azul se levantó y se paró frente a la puerta, la cual fue abierta y casi sin perder un segundo quiso preguntar sobre la situación delicada del pequeño cachorro.

Peluso: ¡Miau, miau!.

Abuelita: Tranquilízate Peluso, ya pasó lo peor tranquilo.

La Abuelita coloco con suavidad una de sus manos sobre la cabeza de Peluso, logrando calmarlo poco a poco; curiosamente no era la primera vez que debía calmar a un Tiny Toon; los años de experiencia que tuvo en la escuela de la vida y sobre con cierto duo dinámico, le enseñaron a poder cuidar como una verdadera madre a todos quiénes la rodeaban. No faltaba por supuesto la mayor experiencia que recibió de cuidar a un canario y a un gato, pues ya estaba calmado y podría haber escuchado el ruido tan característico de los gatos al sentirse relajados.

Abuelita: Veo que ya estás mejor Peluso, ¿Quieres acompañarme a ver a Calamidad?.

Peluso: ¡Meow!.

La Abuelita sonrió al ver cómo Peluso mejoro, y tomándolo de la mano, entraron al consultorio de enfermería, allí Peluso pudo divisar al coyote reposando en una cama tapado bajo las sábanas de tela suave blanca que proporcionó la propia Abuelita. Por un momento sintió que se desmayaría al verlo asi. Por fortuna ahí estaba la mujer haciéndole sentir menos preocupado y ahora más atento al paciente durmiente.

Abuelita: Sabes, siento un pequeño deja vu en esto.

Peluso: ¿Meow?.

Abuelita: Oh creo que no te lo contó aún ¿verdad?, Calamidad estuvo aquí todo el tiempo cuando tú estuviste descansando igual.

Peluso solo de escuchar aquello sentía una enorme deuda que debía pagar por todo lo que el hizo el, no solo estuvo acompañándolo cuando el se desmayó el otro día; también el fue quien lo invito a su casa a pasar la noche allí. Hizo de todo a pesar de no haberse lo pedido, ¿Y qué fue lo que hizo a cambio?... Nada. Absolutamente nada, ¿Qué clase de persona era para considerarse un amigo de Calamidad?. Esto sin duda fue un golpe duro para el minino.

Abuelita: Peluso, ¿Te encuentras bien?.

Perdido en sus pensamientos más profundos, por poco olvida que el no estaba solo, tan solo soltó un pequeño suspiro y se soltó de la mano para acercarse en silencio al cachorro.

Abuelita: Oh, entiendo. Los dejaré solos, si me necesitas estaré en la junta de los profesores.

No contesto, solo asintió la cabeza en señal de respuesta mientras sonó la puerta cerrándose.

Peluso: meow...

Estaban solos, ahora estaban solos y nadie, nadie podría interrumpirlos...

UN SENTIMENTO DE TERNURADonde viven las historias. Descúbrelo ahora