Amparas mi desamparo
abrazando los vestigios
de mi corazón apenado.
Ralentizas así el deterioro
de unas arterias que se han rendido,
y de un cerebro ya sin suministros.
Sin sol, sin paz,
sin la melodía
de tu voz contra la mía,
sin amor, sin alegría,
sin tu ternura al decir "adiós".
Quizá no ternura,
quizá decepción.
Gritas, rompes, lloras, oyes, sacas,
esperas, te hartas y todo explota.
El mundo tan suyo (y sucio)
y
nosotros tan nuestros (y hasta muertos).
Anochece en la calle "Santa Eulalia",
pero anochece aún más
en mis ojos marrón podrido,
marrón
veneno,
marrón fétido y gruñón.
Un marrón que en el fondo,
desearías no haber añorado.
Son las 22:22.
Las luces de las farolas tropiezan,
mientras, pido auxilio por ellos,
pues ninguna luna, ninguna estrella,
ni ningún cielo los cuidará;
están ocupados susurrandonos
poemas de Bécquer.
ESTÁS LEYENDO
Mi forma de (no) vivir nunca me deja(rá) dormir
Poetryun poemario lleno de tristezas, melancolías, dolores, sufrimientos, amores y polvo de hadas. *tw* (sin acabar)