Misma clase

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Primer día de clases del año, algo emocionante para muchos estudiantes, Rui también lo estaba, quería ver a Tsukasa, su mejor amigo.

La noche anterior no durmió debido a la emoción; amaneció cansado y con ojeras, pero debía verse bien para Tsukasa!

Con mucho esfuerzo se levantó de la cama, dejando a un lado su adorable peluche de ornitorrinco y yendo al baño a paso lento. Prendió la luz y por poco pega un grito al ver lo horrible que se veía, no podía creer que realmente se viera así. Al instante se deprimió y se miró de cerca, sintiendo ganas de llorar, pero se aguantó y comenzó a lavar su cara. Se echó un montón de cremas para cuidar su piel, lo hacía todos los días sin falta, cosa que daba resultados; su piel era suave y sin ningún grano, completamente lisa y casi perfecta, claro, sin contar que había amanecido con unas horribles ojeras, lo que era extraño, todos los días se desvelaba y justo el primer día de clases amanecía con ellas.

Se aplicó un poco de maquillaje para cubrirlas y cepilló cuidadosamente su cabello para luego hacerse un pequeño moño. Se arrepintió al instante y se lo quitó, ¿como podía verse tan horrible con cualquier cosa que se hacía?

Dejó sus pensamientos atrás y fue a cambiar su pijama por su uniforme. Se miró al espejo, nuevamente sintiendo ganas de llorar, pero no podía arruinar su maquillaje.

Tomó su mochila, bajó las escaleras y saludó a su mamá para luego irse, quería llegar temprano a su primer día, lo malo es que olvidó desayunar.

Durante el trayecto estuvo con sus audífonos escuchando música y pensando en Tsukasa, estaba emocionado.

Al llegar, quería ir a su clase y luego preguntarle por mensaje donde estaba para saludarlo. Llegó a su sala y grande fue su sorpresa al verlo sentado en el último asiento junto a la ventana.

Sus ojitos se iluminaron, no pasó mucho tiempo cuando Tsukasa miró a la puerta y lo vió. Se quedaron quietos por un rato hasta que Rui sonrió y corrió a abrazarlo, siendo recibido con una cálida sonrisa del rubio.

— ¡Tsukasa! ¡Estamos en la misma clase! — Exclamó Rui emocionado de verlo. — ¿Puedo sentarme junto a ti?

— ¿Qué pregunta es esa? Claro que puedes Rui. — Sonrió Tsukasa y Rui con gusto se sentó junto a él.

Tsukasa comenzó a contarle como fueron sus vacaciones y Rui escuchaba atentamente cada una de  las palabras del rubio, mirándolo con admiración.

— Y así fue como casi me muero en un acantilado... ¿Rui? ¿Me estabas escuchando? — Preguntó Tsukasa al verlo perdido.

— ¡Ah! Lo siento mucho Tsukasa.— Rui desvío la mirada completamente avergonzado y con un sentimiento de culpa.— Es que dormí muy tarde, estaba perdido.— Perdido estaba en su mirada, a pesar de que estaba cansado, solo admiró la belleza de Tsukasa.

— ¡Rui! ¿Cuántas veces te he dicho que debes dormir bien?— El rubio puso sus manos en las mejillas de Rui, sorprendiendose cuando sintió lo suaves que eran.— Ah, Rui, tus mejillas son muy suavecitas.— Dijo alargando la última palabra, sonriendole al contrario.

Eso tomó por sorpresa a Rui, lo que hizo que se sonrojara un poco más.

— Hmm... Gracias Tsukasa.— Tartamudeó levemente por los nervios.— ¡En fin! ¿Cuantos minutos quedan para que comience la primera hora? Tengo miedo por saber quién será nuestro profesor jefe.Intentó desviar el tema.

— Comienzan en tres minutos, ¡que terrible!— Suspiró, era el primer día y ya estaba cansado.

— Tsukasa... Recién empieza el día.— Rui río suavemente y Tsukasa quedó cautivado por esa linda risita.

No pudieron seguir conversando, tocaron el timbre para entrar a clases y al instante llegó su profesora jefe del año escolar.

— Buenos días alumnos, soy Meiko, su nueva profesora jefe y de matemáticas.— Sonrío amablemente y se acomodó sus lentes.

  Algunos hicieron muecas, sería un dolor de cabeza que la profesora a cargo de ellos fuera la de matemáticas.

— Bueno, supongo que saben que la primera clase es de instrucción, así que no lo haremos tan largo para que al final de la clase puedan seguir conversando con sus amigos, supongo que no se veían hace mucho.— Ella volvió a sonreír y comenzó a explicar sobre los horarios, profesores de otras materias, actividades y un sin fin de cosas más que podrían servirles para el año.

Rui no prestó atención, pues estaba tan cansado que sin quererlo se quedó dormido en la mesa. Tsukasa estaba anotando el horario hasta que vio a Rui y no pudo evitar sonreí, se veía tierno; una de sus mejillas estaba levemente levantada por la presión que hacia contra su brazo y tenía su boca ligeramente abierta. Iba a poner su mano en su cabello, pero un silencio repentino por parte de todos lo asustó y miró hacia el frente, suspirando aliviado al ver que la profesora solo estába contando la cantidad de alumnos que habían.

  No mucho después comenzó a pasar lista, por lo que despertó a Rui suavemente.

— Rui... Despierta.— Le dio suaves palmaditas en su cabeza y Rui abrió suavemente sus ojitos.

— Mhm... Lo siento...— Suspiró y se levantó.—

— Están pasando lista, atento a tu nombre.— Le sonrió Tsukasa.

  Rui le devolvió la sonrisa y se frotó suavemente los ojos.

Tsukasa le mostró el horario y Rui lo copió en su cuaderno un poco avergonzado por no haberlo anotado él mismo, pero eso al rubio no le importó.

Ambos pasaron todo el día pegados como chicles, ellos estaban muy felices porque quedaron en el mismo curso.

Llegó la hora de la salida, Rui iba a despedirse de Tsukasa, pero este se adelantó.

— ¿Quieres pasar el rato en ese parque al que siempre vamos? Tal vez en un futuro no salgamos mucho por el estudio y esas cosas...— dijo con una sonrisa.

— Ah, si me gustaría, déjame avisarle a mi mamá.— Rui sacó su teléfono y en no más de 3 minutos lo guardó para mirar a Tsukasa sonriendo.— Si me dejó, vamos.

Dicho esto, ambos partieron en dirección hacia un pequeño parque que acostumbraban a visitar cuando eran pequeños. Pasaron toda la tarde ahí, conversando de cosas triviales y riendo bastante.

Llegó el atardecer y ambos se quedaron en silencio, disfrutando la compañía del otro.

— Mira Tsukasa, un gatito.— dijo Rui apuntando a un felino que pasaba por ahí, el pequeño animal cuando vio a Rui se acercó a él y se acomodó entre sus piernas.— Que confianzudo.— Rió un poco y Tsukasa lo miró fijamente, admirando cada detalle de su hermosa cara, desde sus lindos ojos dorados hasta su bella sonrisa, ahí fue cuando se dio cuenta:

Estaba enamorado de Rui.

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Voy a tratar de actualizar seguido, ando bastante inspirado

Cualquier sugerencia, petición, error o cualquier wea lo pueden decir aquí o no sé

Eso chao

Missing words • Ruikasa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora