Missing words • Ruikasa

Negación

Esa misma noche Tsukasa se fue a su casa bastante confundido, no podía parar de pensar en Rui.

Abrió la puerta de su casa con cuidado, no quería despertar a nadie. Subió a su habitación y se recostó en su cama, mirando al techo.

— No... No puede gustarme...— Dijo para si mismo.

— ¿Gustarte quién?

— ¡Ah! — Miró al lado de su cama y vio a Saki ahí parada.— Me asustaste...

— ¡Woah! ¿Quién te gusta? Dime, ¡por favor! — exclamó Saki con las manos juntas, casi rogándole a Tsukasa que le cuente quien era la afortunada.

— No me gusta nadie...— Tartamudeó Tsukasa con nervios mientras miraba a otro lado un poco sonrojado.

— ¿Te atreves a mentirme? ¡Te escuché Tsukasa! — Dijo haciendo una mueca de enojo.

— Bueno, escuchaste mal.— se cruzó de brazos.

— Tendré que adivinar...— Entrecerró sus ojos mirando a Tsukasa como si estuviese analizando su alma.— ¡Nene! ¡Esa chica adorable de pelo verde!

— ¡No! ¡¿Qué te hizo pensar eso?!— Exclamó sorprendido.

— No será...— Saki comenzó a buscar en sus pensamientos para llegar a una conclusión.— ¿Rui? ¿Tu mejor amigo?— Sonrió con orgullo, pensando que lo había descubierto.

Claro que lo descubrió, pero no podía ser posible que a Tsukasa le gustara su mejor amigo.

— ¿Qué dices? ¡Es mi mejor amigo! No me gusta.— Tartamudeó nervioso.

— Te conozco bien, Tsukasa.— Rió un poco.— Bueno, no te preocupes, yo te apoyo.

— Nada de eso, ¡Rui no me gusta!— Exclamó enojado.

— ¡Ya! ¿Para qué te enojas?

— Mejor vete a dormir, niñita.

— ¡No me digas niñita!

Tsukasa rió un poco y fue a abrazar a su hermana.

— Buenas noches, Saki, duerme bien.— Sonrió y se despidió de su hermana.

— Igualmente, ¡no sueñes con Rui!— Dijo con un tono de burla y salió corriendo antes de que Tsukasa pudiera protestar.

— Esta niña...— Suspiro negando con la cabeza.

Se levantó de su cama y fue a ponerse su pijama, luego se acostó en su cama y prendió la pequeña luz que estaba en su velador.

Comenzó a leer su libro favorito, siempre lo hacía antes de dormir. Miró la hora, eran las nueve con treinta y cinco minutos, podía leer un rato antes de tener que dormirse por completo.

Leyó media hora y cayó completamente dormido en la comodidad de su cama.

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Rui quería llorar, él estába hecho bolita en su cama mientras que luchaba con las lágrimas que estaban a punto de caer.

Aparentemente, al estar lejos de Tsukasa le hizo volver a pensar en lo insuficiente que era. Comenzó a ver todas sus imperfecciones y defectos; No era inteligente, no era bonito, tenía que usar unos estúpidos lentes que lo hacían ver horrible... Y peor aún, no sentía que tenía ninguno de los talentos que Tsukasa constantemente mencionaba sobre él.

Se sentía insuficiente para Tsukasa, no lo merecía, él era una estrella, que todos querían y admiraban, incluso le llegaba a dar vergüenza caminar junto a él, creía que todos lo miraban en menos y pensaban que Tsukasa merecía alguien mejor.

Eventualmente no aguantó y estalló en lágrimas silenciosas, el solo deseaba ser lo suficientemente bueno para Tsukasa, quería que el rubio se fijara en él.

Suspiró, era tarde, eran las tres con cincuenta minutos, debía dormir si mañana quería llegar temprano. Se levantó de su cama y fue al baño, evitando mirarse al espejo y solo lavándose su cara para limpiar las lágrimas.

Volvió a su habitación y se puso su pijama para acostarse en la cama, abrazó fuerte a su peluche y acomodó la gran cantidad de almohadas que tenía para finalmente caer en un sueño profundo.

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— ¡¿ Eres estúpido?! — Le gritó furioso en la azotea de la escuela.

— Lo siento... No debí decirle a Nene eso... — Tartamudeó con lágrimas en los ojos.

— ¡En primer lugar nunca lo debiste sentir! ¡No puedo seguir permitiendo que me vean con alguien como tú!— Exclamó mientras se acercaba a paso rápido.

— Por favor no me dejes...— Sin poder evitarlo lo abrazo sintiendo las lágrimas caer por sus ojos.

— ¡Sueltame!— Lo empujó lejos de su abrazo y tomó su mentón para que lo mirara.— De ahora en adelante no somos nada, ni siquiera amigos... Así que no te atrevas a volver a hablarme en tu vida.

— ¡No! ¡Por favor!

Rui se despertó agitado, llorando y sudando, le tomó un tiempo calmar su respiración y cuando lo hizo miró la hora, eran las siete de la mañana. Se levantó lentamente e hizo su rutina, sintiendo que no podía dejar de llorar, pero debía hacerlo, no quería que Tsukasa lo viera tan feo.

Esta vez bajó y tomo desayuno.

— ¿Hijo qué pasó?— Preguntó su madre al verlo con los ojos rojos.

— Nada, solo dormí muy tarde.— Mintió Rui para no preocupar a su mamá.

— Hmm, te voy a comprar melatonina para que duermas mejor.— Dijo preocupada.— Ya, partiste al colegio.— Se acercó a su hijo y lo abrazó.— Que te vaya bien, y anda con cuidado.— Sonrió y besó su frente.

— Está bien, adiós, mamá.— Intentó sonreír y tomó sus llaves para luego salir de casa.

Como de costumbre, se puso sus audífonos y se fue escuchando música durante todo el trayecto.

Al llegar, se iba a sentar en su asiento, pero vio a Tsukasa hablar con Emu animadamente y esta estaba sentada ahí.

Sin poder evitarlo sintió una punzada en el pecho, pensó que Tsukasa no se iría a sentar más con él, o peor aún, que lo iba a cambiar por Emu. Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero una voz lo sacó de sus pensamientos.

— Emu, ya llegó Rui, ve a tu puesto.— Tsukasa le sonrió y Emu se giró para ver al contrario.

— ¡Hola! Oh, Rui, ¿estás bien?— Preguntó Emu preocupada al verlo parado sin decir nada.

— Sí, lo estoy, perdón...— Dijo avergonzado mientras se sentaba en su puesto, cosa que extrañó a Tsukasa.

Emu regresó a su clase poco desanimada, pero se le pasó pronto al ver que sus amigas la esperaban con una sonrisa.

— ¿Es el segundo día y ya quieres que termine el año?— Pregunto entre risas Tsukasa, a lo que Rui también se rió levemente.

— Si... Quiero vacaciones.— Bromeó con una sonrisa mientras que su pena y tristeza desaparecía.

Tsukasa realmente hacía que todas sus preocupaciones desaparecieran, lo hacía sentir cómodo y feliz.

Él amaba a Tsukasa.

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Estoy intentando hacer q todos los caps tengan 1000 palabras o más...

Me voy a arrepentir en un futuro