Observar

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Pasaron las semanas y Rui no cambiaba, siempre estaba igual de deprimido con Tsukasa, no importaba qué.

Se acercaba la semanas de las primeras pruebas del semestre y Rui no sabía nada, estaba muy desconcentrado pensando en otras cosas, para nada buenas.

Cada vez era menos el ánimo que tenía, solo quería quedarse en su casa sufriendo en su propia soledad y pensamientos.

Pero no podía, así que solo dejó sus pensamientos y se levantó, hoy tenía una prueba de economía, pero no había estudiado nada, así que solo iba con la esperanza de pasar.

Se arregló como era de costumbre y salió en dirección al colegio, sintiéndose miserable.

Él pasaba por las calles con desgano, los autos eran muy ruidosos y había olvidado sus audífonos en casa, estaba apunto de colapsar ahí mismo, pero logró contenerse y soportarlo.

Al llegar, se sentó en su puesto, notando que había llegado antes que Tsukasa.

Pasaron los minutos y Tsukasa llegó hablando animadamente con un chico, se sintió terrible, nunca lo había visto hablar con otro chico que no fuera él, pensó que lo cambiaría, que lo dejaría solo, su e comenzaría a darse cuenta sobre lo tonto y feo que era.

Sin darse cuenta comenzaron a salir lágrimas de sus hermosos ojos y Tsukasa no lo pasó por alto. Dejó de lado al chico con el que estaba hablando y se acercó a Rui.

— ¿Rui? ¿Por qué lloras?— No humo más respuesta que tan solo un pequeño sollozo.

Rui salió corriendo, sin importarle nada, dejó a Tsukasa ahí sin respuesta, confundido y preocupado. Se escondió en los baños y siguió llorando sin control, odiaba que siempre le pasara eso; él sabia que no era el único amigo de Tsukasa, pero por alguna razón se sentía tan mal.

— ¿Rui? ¿Estás ahí?— Preguntó en voz alta cuando entró a los baños.

Rui se tapó la boca, no quería ser visto así por Tsukasa. Suspiró y se limpió las lágrimas.

— Lo siento, es que había recordado que había prueba y no estudié nada.— Salió del baño con una sonrisa completamente falsa.

Y Tsukasa se dio cuenta, pero no dijo nada.

— Pero no debes salir corriendo como si nada, me preocupaste.— Se acercó a Rui.

— Perdón...— Miró a otro lado avergonzado, pero se sorprendió al sentir las manos de Tsukasa en su cara, girando su cabeza y obligándo a que lo mirara.

— Rui, mírame a los ojos cuando te hablo.— Dijo con un tono de voz tan serio que Rui tembló en su lugar.— No vuelvas a hacer eso.— Lo regañó y el contrario se sintió culpable.

No pudo evitar que sus ojos se llenarán de lágrimas otra vez.

— ¡Oh! No, no, no llores, no fue mi intención hablarte así.— Dijo rápidamente intentando evitar que Rui llorara.

Rui hizo un pequeño puchero y bajó la mirada, haciendo que el corazón de Tsukasa diera un vuelco, ¿Cómo era posible que Rui fuera tan adorable?

— Ah, Rui, lo siento.— se acercó a abrazarlo.— Te voy a ayudar a estudiar en los recreos que quedan antes de la prueba, tranquilo.

Eso fue todo para que Rui dejara de llorar, una tranquilidad enorme atrapó al más alto cuando Tsukasa lo abrazó.

Tsukasa ayudó a Rui y este pudo entender los conceptos básicos de la prueba.

Al llegar a lo hora de la prueba Rui estaba muy nervioso, era la primera del año y no le podía ir mal.

Respondió la prueba con tranquilidad y la entregó, tenía un nudo en el estómago porque él respondió todas las preguntas mal, incluso algunas las hizo al azar.

Miro a Tsukasa, quien a pesar de tener todavía la prueba, la respondía con tranquilidad y seguro de si mismo... Como deseaba poder hacerlo igual.

Suspiró y se acostó en la mesa, sintiendo una angustia abrumadora, quería llorar, otra vez, pero no podía, no podía soltar lágrimas cada vez que le pasaba algo, él tenía que ser fuerte.

  Estaba sumido en sus pensamientos hasta que cayó dormido en su mesa, todavía habían mucho que quedaban realizando su evaluación, así que tenía tiempo para dormir en paz.

Tsukasa al terminar su prueba solo lo observó desde el metro de distancia entre sus pupitres; separaban a todos los estudiantes para evitar copias.

El rubio sonrió levemente, siempre pensaba que Rui se veía adorable mientras dormía.

Él había aceptado sus sentimientos hacia Rui, pero le daba miedo confesarlo, prefería no arruinar su amistad. Tsukasa sabía que algo raro estaba pasando, Rui estaba muy raro, lo sentía más distante y triste, quería hacer algo, pero no sabía cómo ayudarlo, pensaba que el alto podría reaccionar mal.

  Suspiró y solo esperó a que la clase terminara, mirando por última vez a Rui antes de entrar a su celular y matar el tiempo que quedaba para que la jornada escolar terminara.

Cuando sonó la campana para poder irse, miró el lugar de Rui, pero este ya se había ido.

— Nunca se va sin mi...— Susurró apenado, pero sólo se resignó y se fue.

Al llegar a su casa intentó mandarle mensajes, pero no veía ninguno, estaba casi desesperado por saber que el pasaba.

El rubio estaba preocupado, solo quería que Rui estuviera bien y a salvo, pero el hecho de que no le contestara sus mensajes lo asustaba; ni siquiera podía dormir y eran las diez de la noche.

Por otro lado, Rui solo estaba triste y quería evitar a todo el mundo.

Incluyendo Tsukasa.

  Según él, pasar tiempo a solas tal vez lo mejoraría, pero era todo lo contrario. Solo lo hacía sentirse peor.

Esa noche durmió entre lágrimas, sintiéndose completamente inútil y vulnerables, deseando un abrazo de Tsukasa, que este lo consuele y por fin dormir en paz.

Pero con ese pensamiento de querer evadirlo, no lo iba a lograr, solo se sentiría más miserable e incapaz de todo.

Solo se enfermaba más, pero él no quería que Tsukasa lo viera así, él quería ser fuerte, ser valiente y poder aguantar todo, pero era tan difícil para él.

Rui solo quería estar bien para Tsukasa.

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Missing words • Ruikasa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora