Daño

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La semana siguiente en una clase de economía entregaron las pruebas.

Rui estaba nervioso, sabía que su nota había sido decepcionante, pero trató de actuar normal.

— Tsukasa... ¿Cómo crees que te fue en la prueba?— Preguntó con una voz casi inaudible.

— ¡Yo creo que bien!— Dijo con esa típica sonrisa radiante.

Claro, Rui le aclaró a Tsukasa el por qué se había ido sin despedirse ese día, pero con una mentira descarada: "Me dolía mucho la cabeza y solo quería irme, lo siento".

Y obviamente Tsukasa le creyó.

— Que bueno, Tsukasa...— Intentó sonreír, pero fue deprimente.

— Oh, no te preocupes Rui, ¡estoy seguro de que te fue bien en la prueba!— Intentó animar a su amigo con una sonrisa.

Rui se sintió tan afortunado de tenerlo, él lo amaba inmensamente, incluso quería pedirle un abrazo, pero su vergüenza era más grande.

— Rui kamishiro, venga a buscar su prueba.— Habló el profesor con una voz que lo hizo estremecer.

A paso lento y con temor fue a recibir su evaluación; El profesor lo miró con decepción y Rui se sorprendió al ver una nota tan deficiente, ni siquiera había logrado pasar.

— Eso le pasa por no prestar atención en clases, vaya a su puesto.— Dijo con una voz dura y cruel, dándole ganas de llorar a Rui.

Él se fue a su puesto con la mirada perdida y un dolor en el pecho.

— ¿Y? ¿Qué tal te fue?— Preguntó Tsukasa con una sonrisa.

— Un dos coma cinco.— Dijo sin más, de todas formas Tsukasa iba a saber su nota, no le beneficiaba en nada seguir ocultándole más y más cosas, incluso si eso implicaba verde tan patético frente al rubio.

— Uf...— Tsukasa miró hacia otro lado incómodo.— Bueno... En otra ocasión tal vez te vaya mejor, te ayudaré a estudiar.— Sonrió un poco y puso su mano en el hombro de Rui.

— Está... Bien.— Habló bajito, evitando a toda costa que su voz de rompiera.

No pasó mucho tiempo cuando le entregaron la nota a Tsukasa, fue hacia el escritorio del profesor y cuando vio su calificación sonrió, estaba claro que le fue bastante bien.

— ¡Me saqué un siete!— Dijo con una voz animada y una mirada de sucifiencia, a Rui le hubiese encantado tener esa nota, pero debía mostrar alegría por el logro de su mejor amigo.

— ¡Felicidades!— sintió ganas de llorar, deseaba que la clase terminara para poder ir al baño y esconderse.

Sonó el timbre y antes de que Tsukasa pudiera hablarle a Rui, él corrió al baño, quería alejarse de todos.

Tsukasa lo miró confundido, algo estaba mal, el rubio pensó que tal vez podía ser por su nota, pero debía averiguarlo por su cuenta.

Por ahora solo dejó que pasara un poco de tiempo antes de ir a buscarlo, no quería perturbar su privacidad.

Rui entró al un cubículo e instantáneamente comenzó a llorar en silencio, a pesar de que no hubiera nadie en el baño, prefirió prevenir.

Pasaron unos minutos y Rui notó algo brillar ligeramente en el suelo, cuando se agachó a verificar que era se encontró con una pequeña navaja, la que parecía ser de un sacapuntas. Una idea se cruzó por su mente.

Tal vez eso calmaría su tristeza, no importaba que se la hubiese encontrado en el suelo. La miró detalladamente, pensando si valdría la pena.

Finalmente se decidió, según él, era un castigo por ser tan estúpido; Rui sentía que de lo merecía.

Con cuidado llevó la parte con filo de la navaja a su antebrazo, el pequeño objeto rozó la suave y pálida piel de Rui, haciendo que el mismo sintiera un poco de ardor.

Respiraba pesadamente, Rui estaba asustado, su corazón latía rápido y tenía un ligero dolor en el pecho, sentía una adrenalina tan grande que incluso comenzó a experimentar una temperatura más elevada en su cuerpo.

— ¡Rui! ¡¿Estás aquí?!— El pobre se asustó tanto al escuchar la fuerte voz de Tsukasa que la navaja se resbaló de sus manos, haciendo un leve sonido al caer al suelo. Tsukasa vió el objeto y se dirigió al cubículo en el que estaba Rui.

— S-sí, aquí estoy.— Dijo con una voz temblorosa.

— ¿Estás bien?— Tsukasa miró a Rui severamente cuando esté abrió la puerta del baño.

Rui pisó la navaja para que el rubio no la viera, fallando ridículamente, ya que eso fue lo que Tsukasa vió para localizar a Rui.

— Completamente bien.

— Deja de mentirme, Rui, ¿qué tienes ahí?— Dijo apuntando hacia los pies de Rui.

— ¿A qué te refieres?— intentó seguir con su mentira, mirando para otro lado y sintiéndose avergonzado.

— ¿Vas a seguir haciendo eso? ¿Mentirme cada vez que me preocupo por ti?— Preguntó sonando molesto, Tsukasa sentía que Rui no valoraba ssu amistad al mentirle de esa forma.

Rui no pudo evitar sentir las lágrimas llenar sus ojos, odiaba tener que ser tan débil.

— Perdón... Yo...— No pudo terminar su frase al sentir a Tsukasa tomando fuertemente su brazo.

— ¿No te hiciste nada?

— Me asustaste... No alcancé.— Dijo mientras sentía la primera lágrima caer por sus mejillas ligeramente sonrojadas.

Tsukasa suavizó su expresión y suspiró, sentía más tranquilidad al saber que su mejor amigo no pudo hacer nada.

— Llegué a tiempo... Ven aquí.— Tsukasa atrajó a Rui hacia su cuerpo y lo abrazó.— No me mientas, Rui... Y más importante, no vuelvas a pensar en hacer eso, por favor...

— Perdón...— Dijo entre lágrimas mientras apoyaba su cabeza en el hombro de Tsukasa.

— Está bien, lo importante aquí es que te sientas mejor.— Acarició su espalda, sintiendo un alivio al darse cuenta de lo que logró evitar.— ¿Quieres ir esta tarde al parque?— Preguntó con una ligera sonrisa.

— ¡Sí!— Los ojitos de Rui se iluminaron y se limpió sus lágrimas; No había nada mejor que pasar tiempo con Tsukasa, eso lo haría sentir bien.

Tsukasa no pude evitar sonreír y le dio una palmadita suave en la cabeza de Rui, que hizo so contrario sonrojarse.

Se sentía más tranquilo, sobretodo sabiendo que a la tarde pasaría más tiempo con Tsukasa.

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Missing words • Ruikasa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora