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Habían tenido un par de citas extras, conociéndose más a fondo y resguardando esos momentos en su corazón con la calidez que los envolvía. Para la cuarta cita, Harry se había atrevido a tomar de su mano mientras iban por la plaza viendo en que se podían entretener después de ir a comer; para la quinta cita, había sido más liberador los toques sutiles que había entre ambos, desde un roce entre sus manos los cuales las terminaban de entrelazar, como él envolvía su brazo en sus hombros para acercarla a su cuerpo con la excusa de poder protegerlo del frío. Aquellas miradas que compartían como si fuera dos colegiales escapándose de clases para irse pinta juntos y tener un día magnífico.
Pero en lugar de clases, escapaban por un rato de sus obligaciones como padres solteros que eran, sin darse cuenta de aquella mirada entrañable que sus hijos les daban cada que salían con la esperanza de que volvieran con aquellas palabras que añoraban escuchar.
Era de noche y estaban caminando por la avenida de su casa, Louis tomaba del dedo meñique el de Harry y se aferraban a ello como si de eso dependieran. Aquella noche Louis le había pedido si podían verse después de un ligero ataque de pánico que había tenido al encontrarse nuevamente con el padre de Mackenzie, haciendo que recordara los malos momentos en su ausencia.
Mackenzie se había quedado con su tío, queriendo evitar que su hija lo viera nuevamente desecho después del inesperado encuentro. Había sentido horror cuando él mencionó a su hija, y después de una discusión sobre que no formaba nada de parte suyo y terminando mal las cosas, se había marchado por donde vino mientras Louis sostenía el carro del mandado con un ligero temblor en su cuerpo, preso del pánico.
No había podido terminar las compras, solo recordó como había marcado el nombre de su hermano pidiendo que su hija se quedara con él mientras arreglaba unos asuntos, alegando que se encontraba bien, pero en cuanto terminó la llamada y sus ojos se llenaron de lágrimas haciendo que se le dificultara la vista, marcó el número agendado como Harry y con malas expresiones y titubeos, esperó a que llegara en su encuentro.
—¿Te encuentras mejor? —cuestionó el rizado cuando pudo visualizar que estaban a punto de llegar al hogar.
Asintió sin levantar la mirada, aferrada al suelo.
—Gracias, no quería molestarte, pero no sabía a quién recurrir.
—Está bien, no tienes porqué disculparte —mostró una sonrisa cálida aunque no pudiera verla. Cuando estaban frente a la entrada, detuvo su paso haciendo que también se detuviera y quedaran frente a frente— Gracias por recurrir a mí, por tenerme confianza. Sabes que no permitiría que él les hiciera algo, ¿Verdad? Estoy aquí para abogar por ustedes, ya no tienes que estar solo en esto.
Sorprendido con sus palabras, levantó la mirada para ver la seriedad en su expresión, la forma tan decidida en que decía esas palabras y la devoción que llevaban al expulsarlas de sus labios, haciéndole un nudo en la garganta.
—Tienes que entrar, no quiero que te resfríes. Además, mañana tienes turno desde temprano y no quiero que vayas desvelado al trabajo, ¿Bien? Si quieres recojo a Mack y la llevo a comer junto con Oliver, sacó buenas notas en sus exámenes y pienso festejarlo llevándolo a su restaurante favorito, así no te preocupas por Mack hasta que salgas.
—Esto... es demasiado —titubeó ante lo dicho, procesando lo que decía.
—Oliver quiere verlos, extraña ver a Mackenzie en la escuela desde que se cambió, creo que les vendría bien que se vieran y disfrutaran del día juntos —y cuando él mismo procesó sus palabras, abrió ligeramente más los ojos— ¡Oh!, espera, no quiero que pienses que voy yendo muy rápido, solo lo sugerí porque sé lo que se siente el tener que evitar que tus hijos te vean en un mal estado, solo quería ayudarte por si aún te sientes mortificado mañana y no tengas que preocuparte que salirte del trabajo y dejar que se quede contigo durante el resto de tu jornada.
—Eso sería fantástico, te lo agradecería mucho —sonrió apenado, permitiéndose recargar contra su cuerpo por un momento, cansado de ese día.
Harry asintió sonriendo de vuelta y pasó una mano por su nuca.
—Entonces está dicho, pasaré por ella y luego puedo pasar por ti cuando salgas, o me llamas cuando pueda traer a Mackenzie, a lo mejor quieres un rato a solas o simplemente quieres llegar y prepararte para cuando te vuelva a ver, no quiero parecer muy entrometido en tu vida repentinamente solo quiero mostrarte mi apoyo aunque a lo mejor y pueda exasperarte un poco... —antes de que pudiera continuar, Louis se acercó lo suficiente para plantar sus manos en sus mejillas y acercarlo hasta sus labios, saboreando el sabor de estos entre los suyos.
No era su intención callarlo, en cambio, sus palabras le hacían sentir bien, pero en ese momento se sentía tan abrumado que el besarlo le traía de vuelta a la realidad, donde Harry estaba delante suyo envolviendo sus brazos a la altura de su cintura para atraerlo a su cuerpo, tanto que no hubiera un solo espacio entre ellos. Sus labios se movían con parsimonia, sintiendo el deseo y la devoción que sentía el uno por el otro, recorriendo sus manos por las partes expuestas de sus cuerpos que encontraban al alcance y sintiendo sus almas unirse.
Todo a su alrededor desapareció, solo bastaba sentirse mutuamente para hacerlo mágico. Louis pasó sus manos por su pecho, causando escalofríos en el cuerpo ajeno mientras las manos en su cintura picoteaban por debajo del suéter que llevaba puesto, curiosas por sentir más.
La falta de oxígeno se hizo presente, por lo que tuvieron que separarse al sentirse sofocados y volvieron a respirar, juntando sus frentes con los ojos cerrados mientras trataban de calmar a sus corazones que latían desbocadamente en sus pechos.
—Lo que acaba de pasar, yo no... —ahora fue turno de ser interrumpido, sin poder seguir con su pequeña disculpa ante su impulso, ya que nuevamente aquellos labios se habían amoldado a los suyos para callar sus palabras.
Aquel beso duró menos que el primero, pero lo suficiente para dejarlos fuera de la racionalidad y tuvieron que separarse, tomando aire cada uno por su cuenta mientras se daban la espalda. Ambos tenían sus mejillas sonrojadas, sin creer lo que acababa de pasar y tratando aún de regular sus respiraciones agitadas calmándose con la nubosidad de la noche.
—Creo que es hora de irme, Oliver debe de estar esperándome para que lo arrope para que se acueste y su beso de buenas noches —murmuró Harry, escondiendo sus manos en sus bolsillos.
—Oh, claro. Sí, deberías de ir a ver a Oliver, no quiero ser el responsable de que se duerma tarde —sonrió apenado, rascando la parte de atrás de su cuello.
—Entonces, nos veremos mañana —asintió para confirmar, retrocediendo un par de pasos.
—Sí, mañana nos vemos.
—Buenas noches, Louis.
—Buenas noches, Harry —lo despidió con un gesto de mano antes de adentrarse para refugiarse de su bochornoso momento.
Y cuando cada uno estaba en la calidez de su hogar, fue cuando se percataron de lo que había sucedido solo un rato atrás, haciendo que fueran a dormir con una sonrisa enamorada en sus labios mientras miraban al techo. Sin pensarlo, esperaban que el día siguiente llegara más pronto de lo debido para verse nuevamente.
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𝐅𝐢𝐠𝐮𝐫𝐚 𝐏𝐚𝐭𝐞𝐫𝐧𝐚 [𝐋.𝐒]
Hayran KurguDonde el pequeño Oliver procura emparejar a su padre con el enfermero que siempre cuida de él en cada visita al hospital; aún y cuando su padre se rehúsa en aceptar sus sentimientos. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀▭𝅼▬࣪▭𝅼▬ׄ▭ ꒰🌼꒱ ▭𝅼▬࣪▭𝅼▬ׄ▭𝅼 ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀،، ⊹ ִֶָ hazz top...