Capítulo 14

895 35 2
                                    

—Sé que todo esté tiempo, estuve mal ¿Puedes ver lo que me has hecho tú a mí? Zia me has cambiado, al punto de no disfrutar del sexo con otra mujer que no seas tú, me has cambiado al punto, de contratar personal para vigilar tus movimientos, tu bienestar y el de mi semilla, Zia me has cambiado al punto, de no poder dormir hasta no saber que están bien. A no dejarte ser feliz con nadie diferente a mí. Maldita sea, Zia me perteneces y no dejaré que otro tome el control de ti —dijo en voz alta—. Me hiciste sentir esto que siento aquí, en el pecho que no me permite dejarte ir, Zia siente como se acelere mi pecho cuando mencionas que te quieres alejar de mí. Todos parecen saberlo menos tu Zia, me has cambiado al punto de estar aquí, aun cuando sé que no quieres verme.

—Vete, me dejaste sola cuando te necesite, vete porque no te necesito, ahora Hades.

—No te he dejado sola, Zia también he sufrido por tu partida y estoy aquí si, porque quiero hacerte mía de nuevo, porque me hiciste adicto a ti y a la estúpida necesidad de sentir que me perteneces, sí, estoy aquí por ti, por nuestra semilla, porque te necesito como no tienes idea, por qué me cambiaste, porque muero por ver el fruto que plante en ti crecer. —Añadió— Porque quiero que siempre seas mía, porque quiero pertenecerte Zia, porque quiero estar en tu siguiente cumpleaños y poder darte mi amor tal cual tú me diste el tuyo, Zia estoy aquí porque no hay nada que me importe más y tú lo sabes. No me digas que es solo sexo Zia, allí afuera hay millones de mujeres y sabes que no tengo que buscarlas, ellas llegan a mí, pero es a ti que pertenezco, soy de ti como es de Dios, este planeta, te necesito, los necesito por favor déjame hacerte mía. Cédeme el control de tu cuerpo y emociones, entrégate a mí, sé que lo quieres y necesitas tanto como yo.

—Eres un maldito infeliz, Hades, ¿por qué me haces esto? —dije mientras intentaba apartarlo sin éxito alguno.

—Zia, no quieres eso, no quieres que me vaya, dímelo, dime qué no quieres que me vaya.

—No quiero que te vayas —dije como si hubiera implantado un chip, en mí—quiero sentirte, te extraño, Hades te odio por hacerme caer cada vez que te lo propones, te odió porque logras tus objetivos conmigo y no lo puedo evitar, te odio Hades porque no puedes ver que me lastimas, eres un egoísta, Hades no te pertenezco aun cuando lleve tu hijo en mi vientre no soy de ti, mira lo que me haces hacer, bésame hazme tuya, tú tienes el control.

—No digas eso, por favor, nuestro hijo escucha. No hagas que sienta tus emociones negativas, perdón por ser quien las provoca, por ser el infeliz que te hace sentir viva. Ven, déjame hacerte feliz, déjame tener el control de ti. Zia te ves demasiado hermosa con mi semilla allí dentro.

— Te odió, te odio Hades.

—Me encanta que me odies de esa manera Zia, Poner la mano aquí se siente bien, el latir de su corazón se siente maravilloso, me gusta que se mueva cuando escucha mi voz

¿Por qué le dijiste a Marcia que no sabías el sexo? Si sabes perfectamente que será un varón.

—Porque no merecías saberlo, Hades, porque me dejaste sola cuando necesite que sostuvieras mi mano, Hades no sé qué deba hacer, pero quiero dejar de pertenecerte, no quiero seguir así, me destrozas, te tomas tu tiempo y vuelves como si nada importará. Lo que tenemos no es sano, es un sentimiento enfermizo y deseo, como no tienes idea poder ser fuerte, no quiero volver a rendirme ante ti, no nos mereces Hades.

—Me destrozas el corazón, Zia sé que no los merezco sobre todo a ti, estoy muy consciente de lo que te echo pasar y estoy dispuesto a cambiar Zia. Iré con quién sea necesario, no quiero perderlos, doblegaré mi orgullo si es necesario, pero no te alejes por favor. No me dejes, sigue cambiándome, haré lo que sea necesario, incluso cederte el control, pero no me pidas que renuncie a ti al placer de ver crecer nuestra semilla.

Acaricié su cabello, su cabeza reposaba en mi panza, que por cierto estaba grande, parecía que le gusta escuchar el corazón del bebé, le habla tan bajo que no lograba escuchar, pasamos horas allí.

Nos habíamos dormido. Al despertar estuvimos un rato hablando, le mencioné el nombre que había escogido para el bebé le había gustado.

—¿Tienes algo con el doctor, te gusta? —pregunto

—¿No tienes que saber todo de mí, lo sabes verdad? No tenemos nada ya no soy tu acompañante, no tienes derechos sobre mí, puedo estar con quien quiera y eso no tiene que importarte.

—¡Lo sé!. Zia estás muy cambiada, pero te equivocas, llevas mi semilla, me perteneces y no dejaré que otro se acerque, ahora solo responde ¿estás con él, te gusta?

—Si te dijera que me gusta, que estamos juntos. ¿Qué es lo que pasara?

—Espero que solo lo digas y preguntes por curiosidad. Si estás con él lo mandaré a golpear podría ser peor, depende de que tanto admitas Zia. ¿Estás con él, te gusta? Y no me hagas repetir la pregunta.

—Eres un estúpido ¿Qué quieres que te responda después de lo que acabas de decir? Lárgate de aquí, seguiré viendo a Max, él será mi doctor hasta cuando yo decida. Si quieres no lo pagues, yo puedo hacerlo.—asegure —Hay muchas maneras de hacerlo.

Levantó su rostro y me sujeta del cuello, se veía tan molesto, me soltó cuando vio lágrimas rodar por mi mejilla. ¿Así es como cambiarias, esto es lo que me ofreces? Me decías hace unos minutos que harías lo que fuese necesario para no perdernos y ahora me lastimas sin importar que lleve a tu hijo en mi vientre. Estás enfermo Hades, lárgate y te juro que si le pasa algo a Max jamás volverás a saber de nosotros —asegure furiosa —Lárgate ya por favor y si no vuelves te lo agradecería.

Me había puesto de pies, estaba muy alterada y solo se quedó allí sonriendo mientras le gritaba que se largara.

—No te alteres Zia, le hará daño a la semilla, cálmate, ven, siéntate, iré por agua —dijo mientras se dirigía a la cocina —Lo siento, no quise lastimarte.

—No quiero que hagas nada diferente a largarte, Hades vete, no quiero que estés aquí. Hazlo por tu hijo, por favor.

Al ver que me ignoraba me moleste mucho

—Sabes Hades, si me gusta Max, él me pidió una oportunidad y estamos saliendo hace un mes y no me importa lo que pienses, tus amenazas me tienen sin cuidado.

Vi como se detuvo, arrojo el vaso levanto y tiró todo cuanto pudo, pensé que se acercaría para lastimarme, pero solo saco mucho dinero, lo tiro y salió sin decir una palabra como era costumbre en él.

No me sentí bien por lo que había hecho, no debí decir eso, mire por la ventana, era una zona comercial, puede ver como salía de uno de los lugares con licor, llame a Marcia para que le llamase y no le permitiera beber mientras conducía, pero no respondió.

SEÑOR CONTROLADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora