Capítulo 52

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Tuve que despedirme de Max y llegar al club, mientras iba en camino lo maldecía, era un infeliz, pero no quería ni podía permitir que Samuel se quedará sin empleo, sabía que él era capaz de despedirlo sin importar su tiempo de servicio o su pequeña amistad, que se reducía al saludo y explicación diaria de trabajo, por otro lado, Samuel le tenía una gran estima.

En lo único que Hades era realmente bueno era en la cama y como padre, en la cama se le podía reprochar su agresividad, no eran justo que teniendo los centímetros que tenía, fuera tan agresivo, disfrutaba de hacer sentir algo que sin necesidad de ello se podía sentir, pero él disfrutaba de ver sufrir sexualmente a las mujeres.

Como padre era el mejor, tan protector, tan amoroso, lo cuidaba más que a su propia vida, no tenía como quejarme, siempre estaba pensando en él, en su bienestar, en su futuro, así debería ser en todo, pero está tan dañado, que no puede ver qué lástima a los demás, no le importaba pasar por encima de quién sea para cumplir sus amenazas, especialmente si de mí se trataba.

Había llegado al club y me organice, estaba por empezar con mi labor, mire a Samuel hablar por teléfono y me le acerque, le pregunté si era Hades y me confirmó con la cabeza, le quite el teléfono y le dije unos cuantos insultos, era un miserable y se lo hice saber, allí estaba hablando tranquilamente con el hombre al que hace poco iba a despedir.

Cumplí con mi labor y me quedé en el lugar, era tardé, me fui a la cama y revisé mi teléfono, me había escrito Joe. Mire si foto en el perfil, era tan lindo, no le respondí por lo tarde que era, pero justo en ese momento escribió hola.

Le respondí y nos quedamos hablando, no tenía sueño y al parecer él tampoco, me dijo que le encantaría verme bailar para y que estaba deseando que fueran medio día para salir y tomar ese café.

Era tan interesante sentir interés por alguien más, no sé qué era, pero me atraía mucho, sabía que era diferente a la confusión que un día llegué a sentir por Max, ese día era el de mi descanso, lo tendría libre, también llegaba mi bebé, tendría que lograr hacerme tiempo, aunque seguramente no le moleste si lo llevo, pero para evitar con Hades mejor no.

Nos despedimos y me preparé para dormir, eran las 5 de la madrugada, estuve media noche sin pensar en Hades y lo que pudiera estar haciendo, era un buen avance para mí, por supuesto que lo era, así poco a poco lo iré sacando de mí.

—Nena, nena, despierta, es casi medio día, Hades te ha estado llamando, dijo que no podrán venirse hoy, que su viaje se retrasó, por líos climáticos han suspendido los vuelos hasta mañana, deberías llamarlo, hablar con el saber mejor lo que sucede.

—Hola Samuel —saludé somnolienta—. Está bien, lo llamaré.

Busqué mi teléfono y llamé a la niñera, hablé con mi bebé y ella le explicó qué pasaba, me preocupó, pero sabía que estaban bien, que llegaría al día siguiente, después de haber hablado le escribí a Joe que había dejado muchos mensajes.

Me preguntaba si me había arrepentido, le escribí y no respondió, decidí llamarlo, me disculpé y le expliqué que me había dormido, él lo entendió y me propuso ir a un lugar en el centro de la ciudad, acepte porque había estado allí antes con Karen.

Me levanté, fui a ducharme y me organice, bajé comer algo no muy pesado por si me invitaba almorzar, solo tome una bebida y hablé un poco con Samuel, me estaba hablando del cambio de Betsy

Ella no me agradaba, así que no opine, solo me dispuse a escuchar lo que decía, eran cosas buenas sobre su cambio y las mejoras que le había hecho al lugar, que el amor que sentía por ese muchacho la había cambiado.

Sentí curiosidad por saber si él lo conocía y dijo que sí, que era un buen tipo, me daba gusto por ella, aunque no le agradará, ya no era ella la que me causaba celos, era esmeralda en quien no había pensado hacía horas, ni en ella ni en Hades.

Me despedí de Samuel, me preguntó a donde iría, pero no le dije nada, no quería que Hades se enterará, aunque me daba igual, seguramente a él también, le escribí a Joe y llegué al lugar, me senté y espere un poco

—¡Hola guapa! —saludó Joe con un beso a mi mejilla—. Me demoré porque están buscando la más hermosa rosa para ti, por cierto estás preciosa. ¿Cómo estuvo tu noche?

—¡Hola Joe! — exclamé emocionada—. Estuvo genial, aunque no hubo nada diferente a lo habitual, oh bueno solo hablar contigo. ¿Cómo estuvo la tuya?

—La mía aburrida, hasta en la madrugada que me respondiste, pensé que te habías arrepentido, pero le emociona saber que no ha sido así. ¿Qué te apetece ordenar?

—¡Que bien! No lo sé, no tuve tiempo de almorzar. ¿Te parece si almorzamos?

—Por supuesto, justo te iba a decir eso, me levanté tarde y no tuve tiempo de preparar nada. ¿Qué tal si probamos el especial de hoy?

—Sí, me parece perfecto.

Ordenamos y estábamos comiendo, todos estaba delicioso, él no dejaba de mirarme, me hacía sentir nerviosa, era tan gentil, habíamos almorzado y fuimos a caminar.

Estuvimos en muchos lugares, me estaba divirtiendo mucho, él me invitó a cine y acepté, la película duraba 2 horas, eran las 8 el tiempo había pasado volando, había estado desde medio día con él, había olvidado todo, el tiempo siguió pasando y la película había terminado. Habíamos salido del cine y se ofreció a llevarme a casa, le dije que iría en taxi, insistió y acepte.

—Oye, ya que estás soltera porque no me regalas una hora más, te enseñaré un lugar, puesto que me has dicho que no tienes que regresar temprano a casa, que tu hijo no está.

Acepté su invitación, sentí mi teléfono vibrar era Hades, lo ignore, no tenía nada que hablar con él, pero decidí responder cuando mire por segunda vez era la niñera, me preocupe y respondí.

—¿Dónde demonios estás? ¿Por qué no estás trabajando, ya deberías de estar allí? ¿Quieres acaso que te despida?

—¿Estás loco? Hoy es mi día de descanso, no tengo por qué estar trabajando. ¿Cómo está, Ares?

Se quedó callado unos minutos, como buscando la excusa perfecta, le colgué al ver que no decía nada, llamó de nuevo y no le respondí, siguió insistiendo, habíamos bajado del taxi y caminábamos, era tanta la insistencia que decidí responder de nuevo.

Estaba escuchando sus reclamos e imposiciones, Joe me preguntó si me gustaba el lugar y Hades escuchó, se puso cómo loco, preguntando donde estaba y con quién, escucharlo así me había generado placer.

—¿Dime dónde diablos estás? Zia, con quién estás a estas horas, llamé a tu casa y a Samuel y no saben nada. ¿Dónde estás? De quien es la voz que te pregunto, que si te gustaba y que es lo que tiene que gustarte.

Me retiré un poco de Joe discúlpenme por no estar prestando atención, hablaba con Hades mientras le brindaba una sonrisa falsa a Joe.

—Donde y con quién estoy no es asunto tuyo, Recuerda que ya no tenemos nada, a quien debes reclamar, debe estar ahora en tu cama, a mí déjame en paz, como dijiste, el único asunto del que tenemos que hablar es de nuestro hijo.

Lo escuché golpear algo, se había quedado callado.

—Vete ahora mismo a casa Zia, no me hagas molestar, no debes estar a estas horas en la calle, tú eres mi mujer y no lo voy a permitir, deja lo que estás haciendo y vete ahora mismo a casa, Zia es una orden, no me hagas molestar porque te juro que cuando vuelva a la ciudad no te va a gustar, ve a casa Zia.

SEÑOR CONTROLADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora