Charlotte se encontraba sentada al borde de las escaleras por la mañana. Llevaba una hora y media mirando hacia la nada, esperando a que algo ocurriese.
—¿Cómo está? —preguntó Rebekah entrando a la sala.
—Aún no despierta. —Murmuró tristemente. —Se mueve como si estuviera en una pesadilla, tratando de huir de algo, pero no abre los ojos. No sé qué hacer, Bekah. No sé si podría vivir si Elisa no despierta.
—Ella estará bien, Lotty.
—¿Tú crees? — Preguntó con sarcasmo. — Lleva dos días dormida, Rebekah. James no para de llorar por su hermanita, y Kol está que se sube por las paredes del estrés.
—¿Y tú? —Interrogó la rubia sentándose a su lado.
—Yo... no lo sé. La echo de menos. Es mi hija. Soy su madre y no la he podido proteger... Oh, dios mío. Soy la peor madre del mundo.
—No lo eres, Lotty. Solo estás preocupada. Es normal. Tus sentidos maternales están saliendo a flote ahora mismo. Necesitas relajarte. Vete a dar una vuelta. Disfruta del día. Yo cuidaré de Elisa.
—Pero-
Antes de poder articular una palabra más, la rubia ya la había llevado a la calle y le había cerrado la puerta en la cara.
—No me lo puedo creer...
Indignada por el acto de la original, la pelinegra caminó por las calles de Nueva Orleans. Desde que habían llegado no había podido disfrutar de la tranquilidad de la ciudad sin ir acompañada por alguno de los originales, o incluso de Daniel o Marcel, quiénes ahora eran unos de sus mejores amigos.
Charlotte caminó alejándose de la multitud, siguiendo a una mujer de cabello pelirrojo que llamaba su atención. Su instinto le gritaba que corriera, pero era como si una fuerza invisible la empujara a seguir a la mujer.
—Buenos días, Charlotte. —Oyó esa voz que tanto odiaba, una vez que, casi sin ser consciente, había llegado al cementerio.
—Esther. —Miró directamente a la mujer rubia ante ella. La matriarca Mikaelson la miró con una sonrisa antes de acercarse, haciendo que la pelinegra chocara contra una pared—¿Qué quieres?
—No debes preocuparte, Charlotte. Solo quiero ayudarte.
—¿Por qué siento que vas a hacer lo contrario?
—Hablemos.
—¿Dónde puede haberse metido? —Espetó el híbrido furioso. —¡Son las once de la noche, por el amor de Dios!
—Calmaos. Es Lotty, estará bien. —Intentó calmar la rubia mientras sostenía a James en sus brazos.
—¿¡Cómo quieres que nos calmemos, Rebekah!?¿¡Tienes idea de lo peligroso que es que Lotty esté allí fuera sola!? —Kol interrumpió a Niklaus.
—Hermanos... —Elijah entró llamando su atención. A su lado, una chica morena caminaba muy segura.
—¿La has encontrado? ¿Quién es esa?
—No, no la he encontrado. Y no creo que podamos hacerlo. —dijo preocupado.
—¿Qué?
—Me han avisado que han visto a nuestra madre en Nueva Orleans. —Avisó, antes de que el sonido de un vaso estallando les sobresaltara.
—Y se ha llevado a Charlotte, ¿verdad? —preguntó haciendo que el noble asintiera. —¿Quién es ella, Elijah?
—Me llamo Allison. Allison Argent.
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Perdón por tardar tanto en actualizar. Acabo de volver a empezar los estudios y no tengo casi tiempo. Prometo actualizar cada vez que pueda.
Gracias por las 18k lecturas, espero que la historia os guste.
Att: la escritora.
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El Nuevo Mundo
FanfictionCharlotte Davis siempre ha sido una chica sarcástica y valiente. Cuando una luz blanca aparece en su dormitorio, lo único que sabe, es que no está en su casa y que tiene tres estrellas tatuadas en el brazo derecho. ¿Podrá Charlotte descubrir qué ha...