De leones y corderos

De leones y corderos - Tercera parte

----------PROLOGO------------

"Eso... eso... ¡Grrr!" Harry gruñó, prácticamente arrancándose el cabello por la frustración. Fue toda una sorpresa que la persona de la que hablaba fuera su propio novio, Jacob. Draco acababa de recibir una llamada telefónica de una Bella muy castigada. Había esperado que ella estuviera castigada; No te saliste con la tuya desapareciendo en Italia por un par de días. Lo que no esperaba era la otra razón por la que estaba castigada, lo que Charlie llamaba la razón más importante. Jacob le había hablado de las motos; había unido a Bella con su padre.

"¿Por qué tendría que hacer eso?" -Preguntó Draco.

"No lo sé, pero lo voy a descubrir, por Merlín", gruñó Harry, sacando su teléfono móvil y marcando el número de Jacob. Draco levantó a Teddy con quien había estado jugando en el suelo... bueno, curiosamente parecía uno de los jerseys de Harry... y se sentó en la cama del otro adolescente, mirándolo mientras caminaba por la habitación.

"Jacob", saludó Harry con su voz más severa, "¿En qué estabas pensando, en nombre de Merlín, cuando le contaste al padre de Bella sobre su pasatiempo? ¡Sabías cómo reaccionaría!... ¿Qué? Querías que ella se castigara aún más... joder, ¿por qué?"

"¡Harry! Orejitas", le recordó Draco al adolescente de cabello oscuro, cubriendo las orejitas de Teddy con sus manos. Teddy repetiría cualquier cosa que cualquiera de ellos dijera... en cualquier momento. Habían estado comprando comida hace un rato y de repente él le gritó "piqueros" a la mujer que estaba delante de ellos en la cola. Dónde había aprendido esa palabra todavía era un misterio, pero Harry sospechaba de Draco... y Draco sospechaba de Harry.

"¿Querías qué?" Preguntó Harry, sonando aún más enojado, "Sólo he conocido a uno de ellos, pero no me pareció una sanguijuela peligrosa chupa sangre que se aprovecha de una chica inocente. Estás hablando de un montón de..."

"Harry," interrumpió Draco suavemente, aún cubriendo los oídos de Teddy afortunadamente. Entonces Jacob lo había hecho por culpa de los Cullen...

"¡Suficiente! No quiero escuchar por qué los odias. Odio los prejuicios de cualquier tipo," Harry colgó bruscamente el teléfono, "Y si no puedes superar esta pequeña disputa con los Cullen entonces... entonces supongo Necesitamos repensar lo que somos el uno para el otro". Su voz se había vuelto tan baja que apenas era audible. "No, Jacob. Si los odias tan fuertemente porque tus antepasados ​​los odiaban entonces... bueno, no puedo... lo siento".

"Harry..." dijo Draco suavemente mientras el otro adolescente terminaba la llamada y cerraba su teléfono, arrastrándose hasta la cama y sentándose junto a Draco. Se acercó y levantó a su hijo, abrazándolo fuertemente mientras su expresión se volvía cada vez más triste.

"Lo hizo para que ella no pudiera ver a su novio, la 'sanguijuela sucia'", murmuró Harry, frotando su mejilla contra el cabello actualmente naranja de Teddy, "Dijo... dijo que su manada siempre había odiado a los Cullen. Los odia porque alguien en el pasado los odiaba..."

"Son lobos Harry, podría ser instinto", señaló Draco suavemente.

"No es instinto; van en contra de insistir al no atacarlos todo el tiempo. Tienen un fu-tienen un tratado con los Cullen para detener las peleas y las matanzas. ¡Eso descarta el instinto, Draco! Jacob no está actuando por instinto. !" Espetó Harry, con lágrimas acumulándose en sus ojos, "Solo está siendo un pri-" se interrumpió con un sollozo silencioso, "Oh Dios... no debería haber roto con él".

"Ven aquí Teddy", dijo Draco suavemente, levantando al niño lejos de Harry mientras comenzaba a sollozar, dejando al pequeño preocupado en el suelo con sus juguetes. "Harry..."