Capítulo 10

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Pasaron varios meses en los que viví aterrada al imaginar lo que Jorge y Raúl podrían hacerme si llegaba a cometer un error o decir algo que no debía, meses en los que me costaba trabajo conciliar el sueño, en los que viví un infierno en cada momento que pasaba en la escuela y las abominables citas que tuve con decenas de maestros, estudiantes, trabajadores de la universidad y gente adinerada que ofrecía alguna clase de ventaja en favor de las ambiciones de Jorge.

En muchas ocasiones llegué a recibir costosos obsequios después de haber sido humillada, maltrata y sodomizada por horas; pero ninguno de aquellos regalos logró disminuir siquiera un poco lo miserable que me sentía por hacer lo que estaba haciendo.

Algo en mi interior se rompió dejando un gran vacío cuando entendí que mi vida estaba constantemente en riesgo y que mi bienestar dependía en gran medida de lo que esos perversos hombres quisieran hacer conmigo; y aun cuando me negaba a abandonar el equipo aferrándome a mi sueño con garras y dientes, una parte de mí dejó de disfrutar de las cosas que antes me importaban y ese vacío poco a poco se convirtió en un abismo infinito en la medida en que otros hombres y mujeres me usaban para su propio beneficio.

Perdí la cuenta de las citas a las que me vi obligada a acudir, de las veces en que algún hombre desconocido dejó su semilla en mi interior, de la cantidad de semen que me forzaron a tragar; ya no encontraba ni siquiera atisbos de felicidad en las cosas que antes disfrutaba, ni siquiera lograba disfrutar de los entrenamientos ni de los partidos, ya no había nada que me hiciera sonreír, sabiendo que me había convertido en un puta que vendía su cuerpo a cambio de la posibilidad de un sueño, sacrificando mi dignidad, mi estabilidad emocional, mi salud y mi tranquilidad.

Con Alma las cosas se rompieron por completo sin que ella entendiera del todo el por qué me alejaba constantemente de su lado, sin tener conocimiento del shock que me generó el haber tenido sexo con el hombre a quien mi mejor amiga amaba, sin comprender que fue demasiado para mí el saber que Alma estaba siendo cruelmente usada y que el hombre con quien planeaba una vida, era el mismo que me había sometido y torturado bajo la amenaza de cerrar la boca con respecto del crimen que cometió en contra de Noemí, y del engaño que estaba orquestando en contra de mi mejor amiga; después de todo eso no pude volver a mirar a mi amiga a los ojos, me resultaba imposible estar cerca de ella aun cuando ya me había perdonado por haber tomado mi lugar en el castigo que le infligió Jorge en conjunto con aquellos luchadores.

Aquel estado disminuido también influyo en otros aspectos de mi vida, como puede resultar obvio, mi rendimiento académico se vio afectado al igual que mi rendimiento en el campo, lo cual resultaba muy notorio al considerar la repentina decaída de los marcadores que lograba el equipo, no obstante, aun así seguía inamovible en la cima del goleo individual, un aspecto que en otro tiempo me hubiera llenado de orgullo, pero que en aquel momento para mí solamente significaba la oportunidad de dar sentido a toda la mierda en la que me encontraba hundida.

Fue de esa forma como llegamos a la final del campeonato, con la culpabilidad que sentía por guardar un secreto tan importante a quien consideraba mi hermana, cargando en la espalda el peso de cientos de recuerdos donde mi cuerpo había sido usado como recipiente de los fluidos humanos, como objeto del deseo de decenas de seres perversos a quienes no les importaba usar a una jovencita obligada a estar con ellos para satisfacer sus más inmorales y bajos deseos.

Aquella tarde en que la final tuvo lugar, me encontraba preparando los detalles finales para salir al campo, ajustando mis calcetas y las agujetas de mis zapatos, cuando Jorge entró en el vestidor y nos dio un par de noticias importantes, algo que lo cambiaría todo, que despertaría a la mujer que dormía en mi interior, aquella chica rebelde que comenzó un estado de ausencia en el momento en que se dio cuenta de la endeble situación en la que se encontraba, en el justo momento en que temió que el destino de Noemí se convirtiera en su futuro.

Diana: juegos perversosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora