𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐂𝐔𝐀𝐓𝐑𝐎

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Jake se encontraba en la barra dándole vueltas a su vaso que solo contenía agua, realmente se cuestionaba a que había ido realmente, uso la terrible excusa de acompañar a Jay por si tomaba demasiado, pero su amigo tenia buena resistencia al alcohol y seguro hoy más que nunca la tendría ya que estaba bastante enganchado con una castaña desde que llego, aunque claro su querido amigo no era ningún tonto y aunque Jake no dio muchos detalles de su alocada noche en aquel club la vez pasada, al parecer había quedado prendado de su conquista, pero sinceramente no tenía ganas de molestarlo y solo lo dejo ser en aquella esquina, quizás tendría suerte y le viera de nuevo.

Agua y refresco eso había tomado desde que llego y es que no estaba de ánimos para beber, en realidad no era de tomar mucho, simplemente algunos tragos en su momento más feliz y eufórico, pero nada más. En ese momento agradecía lo calmada que estaba la música, quizás se debía a la hora, aun no llegaba la gente revoltosa pensó mientras veía a su alrededor. Miro hacia Jay quien aun estaba en una especie de burbuja con la chica de bonita sonrisa inocente y hoyuelos tiernos. Por un buen rato el rubio se estuvo debatiendo si volver a casa, se había admitido así mismo que en efecto solo estuvo ahí porque tal vez deseaba encontrarse con el pálido que solo daba vueltas en su cabeza, no podía dejar de pensar en él y verlo todos los días no ayudaba, aunque los días anteriores había pasado de su existencia por completo y solo le daba la palabra en el salón si de alguna participación se trataba, se sentía como un mero estudiante y sabia que era eso, pero debía admitir que ver al hombre que lo volvía loco desde esa perspectiva era agotador, negó lentamente al sentirse frustrado por ser el único que se había vuelto adicto a un recuerdo, se sentía un poco mal por estar tan aferrado a algo de una sola vez y en definitiva quería entender el porque. Solo fue un revolcón y encima por mero despecho, quizás el mayor ya hubiera regresado con esa persona, pero la realidad era que aun así Jake no podía sacarlo de su cabeza, no dejaba de pensar en él y eso lo estaba cansando.

Nadie podía negar que Sunghoon era hermoso y que su presencia era grata, con pocos días en el salón aun siendo un poco duro se había acoplado bien y los estudiantes le tenían respeto y un aparente cariño. para Jake era una tortura estar en el mismo espacio que él cuando ya le había besado hasta el alma, si fue una sola vez pero esa única ocasión lo había hecho esclavo del sustituto de hermosa cara pálida. Ver sus mejillas tomar color cuando sus ojos se encontraban era una maravilla porque Jake sabia que provocaba algo, fuera bueno o malo, pero de nada servía si aun así el mayor pasaba de el cuanto podía. El rubio suspiró y pensó marcharse del lugar pero cuando estuvo a punto de pedir la cuenta, lo vió.

El pelinegro se veía agotado, bastante cansado y un poco ido, llevaba una camisa blanca y unos pantalones de vestir negros, nada impresionante pero Sunghoon lo hacia ver de esa forma, no era exageración decir que el mayor hacia que todos voltearan debido a su atractivo, Jake lo vió tomar asiento ignorando todo a su alrededor y ordenar una bebida bastante fuerte. El moreno no intervino y se mantuvo en su lugar solo para observarlo, pidiendo más soda, ahora su sistema estaba inquieto haciéndole pensar por un momento que quizás fuera del territorio universitario tenia alguna posibilidad, aunque por su cabeza miles de escenarios se creaban el menor leyó el ambiente flemático y desgastado rápidamente, ese que envolvía a Park y se asentaba sobre él como una nube oscura cargada de una enorme tormenta.

Lo vió tomar uno, dos, tres… hasta perder la cuenta de la cantidad de tragos que bajaron por  su garganta, sintiendo algo de preocupación, notó como algunos se acercaron a hacerle conversación aunque Sunghoon los ignoraba olímpicamente, seguro se debía a los niveles de alcohol en su sistema, ya que mas que ignorarlos simplemente no estaba muy lucido, aunque las propuestas indecorosas seguían llegando, Jake se acercó tomando lugar a su lado ahuyentando a quien se le acercara con doble intención, no necesitaba hablar, mantenía su brazo rodeando el taburete sin tocar el cuerpo del mayor y daba miradas amenazantes a quien se acercara demasiado. Pensó en seguir de esa forma pero el pálido empezaba a cabecear y ni de esa forma dejaba de tomar, cuando este pensó en tomar otro trago de su bebida, Jake lo detuvo.

—Creo que es hora de ir a casa, señor Park— habló tomando el vaso y alejándolo de él —Es suficiente— dijo con tranquilidad.

—¿Eres tu, niño?— Jake suspiró viendo los ojos cristalinos entrecerrarse— supongo que si— dijo llevando sus manos con brusquedad al cabello rubio despeinándolo— Reconocería este color de pelo donde fuera— soltó con palabras atropelladas.

—¿Por qué?— preguntó —¿Es por que no puede olvidarme?— cuestionó curioso con un tono coqueto.

—No, es porque eres el único rubio molesto del salón— respondió hipando, soltando el pelo suave y haciendo ademanes desordenados que a Jake le parecieron divertidos.

—No esperaba esa respuesta— admitió con diversión.

—No deberías esperar nada mas— le aseguró — ¿O que? ¿Estabas aquí por mi?— preguntó con obvia burla e incredulidad sin mucha lucidez.

—En realidad… si, estuve por aquí con la esperanza de verle de nuevo— dijo con honestidad— Parece ser que es mi día de suerte— agregó escuchando rápidamente a Sunghoon reír frenéticamente.

—¿No te cansas de verme todo… el rato en el salón?— Jake negó— Por favor, niño, solo fue sexo— dijo— El mejor sexo  que tuve en mi vida— se atrevió a decir en tono bajo para él — Pero recuerda, es nuestro secreto así que … Shh— llevó su índice torpemente a los labios carnosos del rubio. Jake lo observo sin ninguna expresión solo estaba ahí viéndole actuar como un borracho sin filtro— En realidad luego de quince años, eres el único buen sexo que he tenido— rio sin gracia— Fuiste considerado y creo que eso es ardiente… también algo lindo…

—Señor Park, quizás… este hablando de mas— dijo con una ligera sonrisa

—¿No te gusta que sea honesto?— preguntó— Me siento muy mal cuando pienso en lo sexy que eres, eres… un— Sus palabras se alargaban debido al alcohol, mientras buscaba las palabras para completar la oración— Eres un niñato encaprichado conmigo… quizás eso me halaga y por eso es aun mas difícil verte en el salón.. — agregó.

—Señor Park…

—Ssh… estoy hablando, cállate— le ordenó, Jake hizo silencio viendo al mayor con atención y una chispa de diversión en sus ojos cafés— Verte en él salón en su problema… ¿Por qué eres menor?— cuestionó— Hubiera sido estupendo revolcarme contigo mas veces— dijo honesto sin aparente vergüenza.

—No es imposible…— Sunghoon cubrió sus labios con una expresión de sorpresa haciendo que el menor no comprendió.

—¿Cómo te diste cuenta?— preguntó Jake lo miró con extrañez.

—¿De que me di cuenta?— realmente el rubio se encontraba confundido por la pregunta.

—¿Como sabes que estoy caliente ahora?— Jake lo vio de arriba hacia abajo notando como el pálido apretaba sus piernas— tengamos sexo, Jake— soltó de golpe haciendo que el rubio empezara a toser.

—¿Cómo dijo?— preguntó aparentemente sorprendido aunque no tanto por escuchar su nombre en los labios del pálido.

—tengamos sexo, ahora— dijo sin más mas — Te lo estoy ofreciendo, en realidad… quiero tener mucho sexo contigo— susurró — Asi que vamos los dos atrás y has de nuevo lo que hiciste con tu boca— continuo susurrando haciendo el intento de levantarse

—No señor Park, no haremos eso— dijo ayudándolo a colocarse nuevamente en el asiento. Sunghoon se vio enojado por su respuesta casi colérico

—¿No?— Preguntó descolocado—¿Dices que no? ¿Como dices que no?— le cuestionó — Dijiste que querías estar entre mis piernas de nuevo ¿No?.

—Que buena memoria— dijo Jake viendo como la expresión de Sunghoon no se relajaba.

—¿Lo dijiste o no?— presionó.

—Si, lo dije— respondió con tranquilidad.

—¿Y ya no quieres?— preguntó el mayor ligeramente inclinado como si buscara la respuesta por su parte.

—Si, aun lo quiero— respondió con sinceridad—Pero no de esta forma — le hizo saber— Sugiéramelo de nuevo cuando este en sus cinco sentidos—dijo.

—Eres un idiota, cualquier otro hubiera dicho que si…— soltó con una extraña confianza.

—Cualquier otro hubiera sido un imbécil en aceptarlo si se encuentra en este estado— respondió con tranquilidad— Me gustan las cosas incorrectas y prohibidas— dijo refiriéndose a su pequeña obsesión por revolcarse con el mayor tocando el pelo oscuro con suavidad— Pero me gusta hacerlas de la forma correcta… —dijo por lo bajo viendo los labios entre abiertos del pálido que se movían reprochándole.

—Yo… recordare esto mañana— dijo ido entregándose a los dedos que tocaban mechones al azar de su cabello— Lo recordare, me reiré en tu cara y diré que fuiste un estúpido por rechazarme— Jake rio ante lo dicho asintiendo.

—Luego de eso, espero que me pregunte de nuevo…— dijo suave— le daré una buena respuesta entonces, señor Park— agregó.

—No me llames así— pidió apartando la mano del menor— Siento que arde mi pecho cuando lo haces… y es tan… me hace sentir tanto calor— dijo confundido mientras más se mareaba— Y eso no es bueno…

—Eso es… una información interesante- dijo el menor por lo bajo mientras lo dicho por el contrario daba vueltas de una manera maquiavélica en su cabeza—Se…— la voz de Jake se cortó al ver de nuevo al contrario cabecear posando su mano en la barra por instinto para evitar que el pálido se golpeara la cabeza— Genial…— suspiró viendo al mayor dormitar, su rostro estaba completamente enrojecido y su respiración parecía estar tranquila, Jake lo admiro por unos segundos, viéndolo tan quieto podía ver el cansancio en su rostro, unas ojeras no muy pronunciadas y su piel mas pálida que de costumbre, con su otra mano acaricio con suavidad la mejilla del mayor quien frunció el ceño por él toque pero se acomodó como si quisiera sentirlo aún más— ¿Que hare con usted…?

—¿Es el señor Park?— Jake retiró la mano rápidamente volteando para ver la confusión en su amigo.

—Ah!… si es— respondió— Se ha desmayado— agregó.

—¿Esta borracho?— cuestionó viendo al rubio asentir— Deberíamos llamarle un taxi entonces— dijo con tranquilidad—Se ve… cansado— Jake confirmó que no solo era su idea, al parecer era bastante obvio su estado.

—Yo lo llevare a su casa— dijo el moreno sin pensar retirando su mano para poder moverse.

—¿Sabes donde vive?— preguntó el pelinegro, Jake negó rascando su cabeza— ¿Qué harás con él?— le cuestionó.

—En realidad no tengo idea de donde vive— respondió— Tampoco se que hacer pero no puedo así aquí.

—¿Y si lo llevamos a un hotel?— preguntó el pelinegro.

—¿Un hotel? ¿Solo? — cuestionó con duda— No lo se Jay, no creo que sea una buena idea— dijo mirando la mayor— Si le pasa algo quedaría en nuestra conciencia, si esta borracho y solo puede pasar cualquier cosa— agregó

—Bueno, tienes razón pero… no creo que en su estado diga mucho— dijo obvio mirando al hombre con su cabeza recostado en la barra, Jake soltó un suspiro— Si quieres… lo llevamos a mi casa— propuso.

—¿Y la chica?— preguntó Jake mirando a la muchacha que parecía ansiosa, Jay la miró y su semblante decayó, el rubio rodó los ojos al ver esto— Olvídalo, vete con ella— dijo restándole importancia.

—Pero… ¿Que pasara con el señor Park?— le cuestionó

—Lo llevare a mi departamento— respondió sin mas— Solo ayúdame a llevarlo al auto— pidió.

—Pero…

—Nada, no quiero ver tu cara toda horrenda lamentándose porque no tuviste tu final feliz— dijo con un tono que irritó a su amigo

—Oye..

—Ya, solo ayúdame a llevarlo y es todo, puedes seguir actuando como un galán— dijo con burla.

—No me estés jodiendo—dijo moviéndose para colocarse a la par del mayor de los tres y ayudar a su amigo. 

Adentrar al mayor fue un trabajo forzoso, estaba pesado debido a la inercia de su cuerpo por lo que fue difícil pero no imposible, aun así Jake soltó un enorme suspiro cuando abrocho el cinturón de seguridad para el pálido y encendía el auto.

—¿Seguro que puedes solo?— preguntó Jay— De verdad no me gustaría dejarte todo a ti— expresó con algo de culpa.

—Tú tranquilo no pasa nada, yo puedo—le aseguró— Pásala bien.

—Bueno, pero llama si necesitas mi ayuda ¿Si?— Jake asintió despidiéndose rápidamente de su amigo para emprender viaje.


El pelinegro paso todo el transcurso murmurando, Jake entendía muy pocas, como la negación del mayor por no querer regresar a casa, pero un nombre peculiar se escuchaba claro “Heeseung” el cual era pronunciado casi con terror, el rubio no ignoro ese hecho y mantuvo en su memoria dicho nombre al parecer esa persona no era buena. Cuando estaciono vio al pálido acomodarse en el asiento sacándole una ligera sonrisa por la vista que desde cierto ángulo era tierna. Pensó en despertarlo, pero quizás eso lo espantaría. Como pudo lo llevo en su espalda hasta el ascensor que lo llevaría hasta su piso donde su amada Layla lo recibió bastante amorosa.

—¡Ey! Espera… no saltes— pidió sintiendo que se quedaba sin aire— Tranquila— ordenó suave haciendo que la canina se detuviera, aunque seguía animadamente al rubio mientras olfateaba el nuevo aroma, uno que al parecer le gustaba.

—Entonces… al final no te resististe— escuchó al pálido afirmar aun con su voz atolondrada pero con un tono que intentaba ser coqueto— Lo sabiaaa… no podrías, no podrías— Jake rio bajo ante los balbuceos.

—Ya te dije que no hago esas cosas— dijo depositándolo con cuidado en la cama que le pertenecía, aunque por esta noche no seria suya.

—No tomas las oportunidades…

—Las tomó de la manera que debe ser—dijo— Además... me gusta mi libertad— bromeó hasta que el silencio se adueño de la habitación y Jake se incorporó para ver al pálido mirando al techo con la vista perdida.

—Entonces… ¿Heeseung no lo hacia como debía ser?— preguntó sintiendo sus ojos arder— Él… ¿No amaba su libertad?— las lagrimas escaparon, quemando sus orbes, resbalándoles por la sien, se sentía molido, quizás el alcohol había sido demasiado, su lengua no dejaba de moverse y no podía evitarlo. Jake lo escuchó llorar hasta que sus parpados se cerraron por completo nuevamente, sintiendo el estómago revolverse. Cuando terminó de observarlo quito sus zapatos y lo cubrió con las acolchadas sabanas.

—Supongo que ese tal Heeseung es alguien que le hizo mucho daño— dijo para si mismo, aunque sintió a su mascota a su lado— Nos tocara dormir en el sofá esta noche ¿eh?— un pequeño gimoteo salió del animal— Oye… no es para siempre, vamos dejémoslo solo, comamos algo— dijo saliendo de la recamara cerrando la habitación.




𝐏𝐑𝐄𝐓𝐓𝐘 𝐋𝐄𝐆𝐒-JakeHoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora