𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐎𝐂𝐇𝐎

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La charla con su madre había sido mejor de lo que pensó, en algún punto creyó que su madre lo resentía, por el hecho de que su padre los abandonó cuando nació debido a su “condicion” ya que no era normal y para acabarla de joder le gustaban los hombres, algo que hacía que en muchas ocasiones su progenitora fuera juzgada por no darle una buena educación, pero ella nunca se mostró molesta o decepcionada, su amor hacia él nunca se vio afectado, nada más lejos de la realidad.

Park Yeji amaba a su hijo y así sería hasta el final fuera como fuera, le gustara quien le gustara, aunque nunca estuvo de acuerdo con aquella relación que mantuvo por años, con aquel bribón como le solía llamar a Heeseung. Sabía que lastimaría a su hijo tarde o temprano, sabía que no lo merecía y siempre supo que era un idiota, pero claro Sunghoon estuvo cegado por mucho tiempo y fue presa de la incredulidad ante sus advertencias, pero el mismo reconocía que estaba pagando caro no escuchar sus palabras.

Ahora ambos se estaban en el sofá, la cabeza del pelinegro se encontraba recostada en el regazo de la mujer que acariciaba su cabello con dulzura sin decirle nada realmente, Sunghoon sabía que Heeseung no era la persona favorita de su madre y que en muchas ocasiones le advirtió sobre él, pero aún así estaba agradecido de que no le dijera el tan famoso “te lo dije” cuando se había estado sintiendo tan miserable. Agradecía sus caricias amorosas y el cálido y pacífico silencio que le estaba otorgando en ese momento luego de haber sacado todo con ella. Estaba tranquilo y de a poco se estaba quedando dormido hasta que la misma se removió un poco debido al sonido de su celular.


—Cariño, es Junho…—dijo con una pequeña sonrisa enamoradiza— Voy a contestar— agregó poniéndose de pie saliendo hacia el pequeño balcón del estrecho apartamento haciendo que el pálido recordara la promesa que le había hecho al rubio coqueto, él lo llamaría. Tomó su móvil viendo la hora apenas eran apenas las nueve, aún no era muy tarde pero quizás tampoco una buena hora para llamar, Aunque luego de pensarlo unos minutos decidió llamar al joven.

Sunghoon había tomado su número de celular mientras veía algunos documentos de sus estudiantes, si miraba en retrospectiva no entendía porque lo había guardado en aquella ocasión, pero ahora le parecía como si su cerebro siempre hubiera sabido que lo necesitaría en algún momento.

Una, dos, tres y…

—¿Hola?— una voz ronca y apagada respondió al cuarto tono, era tan profunda y  aparentemente desinteresada que Sunghoon pensó en cerrar de inmediato, pero…

—Oh… ¿Te desperté?—pregunto sintiéndose como un idiota al hacerlo, reprendiéndose en su cabeza por preguntar algo que parecía ser  tan obvio.

—¿Señor Park?—Jake miró su móvil, obviamente no tenía nombre ni nada en particular más que el número que lo identificara, pero aún un poco adormilado sonrió para colocar nuevamente el aparato en su oreja, había sido un buen momento para que el mayor le llamara— Pensé que no llamaría— dijo acomodándose en el sofá en el cual se había quedado dormido notando que su mascota estaba al pie del mismo dormitando. Escuchó la voz del mayor dudar antes de hablar, un titubeo dulce pero inseguro, pareciéndole lindo de momento.

—Una pequeña visita me distrajo un poco— dijo en tono bajo, haciendo que al rubio se le agudizaran los sentidos, se preguntó que tipo de visita era…  buena, desagradable o si simplemente tenía que ver con ese tal Heeseung, aunque no permaneció tanto con esa incertidumbre, estaba más interesado en saber que tenía el pálido para decirle.

—Entonces…—inicio, alentando al mayor a hablar tranquilamente— Me llamo— agregó haciéndole reaccionar.

—Ah… si, creo que…—se detuvo por unos segundos que se convirtieron en minutos sintiendo arder su rostro de repente ¿Realmente que quería decirle? ¿Por qué lo había llamado? Si, fue un beso increíble pero no tenía porque ser más que eso, aunque deseaba que lo fuera, en realidad por aquello había sido la llamada aclarar, pero ¿Aclarar que?. Le estaba costando argumentar algo, quiso creer que por teléfono era más fácil aunque ahora claramente no era el caso— Disculpa, me está costando decir algo sobre lo que pasó entre nosotros está tarde, pensé que sería más sencillo si solo llamaba y decía lo que quería pero al parecer no lo se del todo, no es tan fácil como creí— dijo con honestidad, sintiéndose pequeño y vulnerable ante su propio actuar. Jake rio pero no con burla exactamente, quizás le había parecido tierno aquello.

—¿Le parece si nos vemos?— preguntó— Tal vez deberíamos resolver esto en persona—agrego esperando una respuesta positiva.

—¿Ahora?—Sunghoon miró hacía el balcón viendo a su madre hablar por teléfono muy sonriente.

—Si, ahora— respondió el rubio— Si no tiene inconveniente claro…

—Bueno, yo…— antes de que pudiera decir algo Yeji salió disparada hacia dentro interrumpiendo su llamada.

—Hoonie cariño, lamento tener que dejarte pero Junho… ¿Con quién hablas?— preguntó la mujer algo agitada.

—¡Ah! Sunoo, quiere que nos veamos— Jake rio en la otra línea por la mentira instantánea dada por el mayor, sintiéndose extrañamente aliviado por saber que la pequeña visita era la progenitora de su maestro.

—Mmm… ¿Sunoo?— cuestionó incrédula viendo las mejillas carmesí tornarse cada vez más rojas—No recuerdo que el fuera tu tipo—bromeo al darse cuenta de aquel rostro acalorado.

—¿Eh?—la pelinegra negó entre risas al ver la confusión en los ojos de su hijo.

—No es nada— soltó— Como decía, me tendré que ir, Junho me está esperando abajo quiere que cenemos juntos— dijo con una enorme sonrisa y un suspiro enamorado— ¿Cómo me veo?— preguntó dando una vuelta como si de una adolescente que iba a su primera cita se tratase. Sunghoon amaba verla de esa forma, parecía una persona diferente desde que había empezado su relación con aquel hombre, educado y dulce.

—Te ves hermosa—respondió con honestidad.

—¿Lo suficiente para obtener una propuesta de matrimonio?

—Mamá, hoy tendrás un propuesta de matrimonio asegurada— Yeji sonrió acercándose para besar su mejilla y tomar sus cosas.

—Gracias, bebé. Espero y si sea verdad— dijo mientras aplacaba su cabello negro adornado con finas hebras grisáceas ocultando su nerviosismo. Ella y Junho tenían un año y medio saliendo, pero tenía cincuenta y seis años ¿Por qué esperar más? A su edad era lo que se esperaba de una mujer como ella, elegante y con clase, aún con buena figura y en efecto esa belleza que le había heredado Sunghoon, el cual estaba inmensamente agradecido de ello, odiaría verse como el inútil que los había abandonado— ¡Ah! Por cierto, dile a quien sea que esté al otro lado que mientras no sea Lee Heeseung tiene mi aprobación — dijo en tono lo suficientemente alto para que en efecto Jake lo escuchara y sonriera para si mismo mientras intentaba no revolcarse en gusto por lo escuchado.

—¡Mamá!— exclamó el pálido cubriendo tardíamente el móvil.

—Ya me voy, te llamaré luego— respondió a su llamado saliendo rápidamente del lugar completamente emocionada.


—Dime que no escuchaste eso…— rogó y escuchó una risa con gracia pero apagada del otro lado.

—Pídame lo que quiera, yo solo cumpliré— dijo como si no fuera nada— Si quiere que le diga que no escuché nada, entonces… ¿A qué se refiere?— Sunghoon no pudo evitar reírse negando con resignación.

—¿Siempre eres así?— le preguntó mordiendo su labio inferior con ansiedad

—¿Asi como?—cuestiono de vuelta.

—Pues tan…—se quedó en silencio unos minutos— Como dicen… ¿Complaciente?—Jake soltó un suspiro tranquilo.

—Solo es porque es usted—soltó levantándose del sofá camino a su recamara — Simplemente quiero complacerlo.

—¿Y tú?— preguntó rápidamente mientras se dirigía a la cocina por un vaso con agua— ¿No quieres ser complacido?— cuestionó intentando encontrar alguna duda— Y no digas que no te interesan esas cosas, todos queremos serlo de alguna manera— dijo vagamente sin tocar explícitamente la noche en la que sus cuerpos se encontraron, porque claro, quien dice que Sunghoon no pensó un par de veces en qué quizás no hizo lo suficiente por el muchacho para que estuviera tan enganchado.

—¿Quien dijo que no encontré mi propio placer en lo que hice por usted?— preguntó identificando rápidamente el tema— Además soy alguien claro, si quiero algo lo diré, no espero que vaya a adivinarlo.

—¿Cómo tu…?

—Señor Park, incluso por teléfono es muy transparente… creo que eso me gusta mucho de usted— dijo como si hablara del clima.

—Y yo creo que quizás eres demasiado prepotente… eso no me gusta mucho— arremetió Sunghoon con diversión.

—Estoy seguro que incluso eso puede gustarle de mi— el pálido abrió sus ojos con burla como si el contrario pudiera verle mientras se servía el agua.

—Tu nivel de confianza no se cansa de fascinarme e impresionarme— dijo con toda la franqueza que podía ofrecer.

—Hay otras cosas que pueden fascinarle— hizo saber con el mismo tono altanero.

—Estoy seguro que si— dijo más para si mismo mientras que algunas imágenes comprometedoras pasaban por su cabeza, cosas que aún no ocurrían pero que le gustaría sucedieran pronto… ¿En qué carajos estaba pensando? Se reprochó bebiendo el agua servida, por alguna razón estaba más sediento que de costumbre.

—Señor Park…— el llamado lo hizo temblar provocando que lo regañara rápidamente

—No me llames así—pidió sintiendo un nudo en su garganta.

—¿Cómo lo hago entonces?— preguntó mientras se perdía en la oscuridad que envolvía su solitario hogar.

—Aun no tengo idea, pero no así— soltó con un suspiro cargado— Creo que está entre las cosas que debemos hablar—dijo sin emoción alguna.


—Entonces vendrá… —hubo un pequeño silencio que Jake no supo interpretar— O prefiere que vaya— agregó con suavidad. ¿Era prudente decirle que viniera? era su casa, su refugio, su hogar, pero… tampoco quería inmiscuirse en la privacidad ajena ¿Un hotel? Se preguntó mordiendo levemente su pulgar, no. Seguro el menor pensaría que cogerían y solo iban a charlar, al menos eso quería que a su cerebro le quedara claro ya que no paraba de soltarle imágenes en las que estaba arrodillado y no rezando precisamente.

—Deberías venir, siento que mi casa es más tranquila para conversar, no quiero que tú pequeña amiga esté merodeando — “buena excusa Sunghoon” se dijo así mismo cuando escucho al contrario reír, el cual se había levantado con pesar del sofá y preparaba la tina para darse un baño.


—Envíeme la ubicación, estaré ahí quizás dentro de una hora— le daría tiempo de  darse una buena ducha pensó Sunghoon ante lo dicho.

—Esta bien… tomate tu tiempo, pero no  hasta la media noche o te quedarás fuera— le hizo saber.

—No se preocupe querida hada madrina, estaré antes de las doce— se burló el menor cerrando la llamada antes de que el mayor le reprochase alguna cosa.

—Insolente— dijo viendo la llamada finalizada aunque una pequeña sonrisa involuntaria se asomó por sus labios.

𝐏𝐑𝐄𝐓𝐓𝐘 𝐋𝐄𝐆𝐒-JakeHoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora