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Tres días habían pasado. Tres días en que Jake prefirió no aparecerse por la facultad ni salir de su casa. Esos días se decidió a copiar los apuntes que HeeSeung le pasaba por fotos y adelantar trabajos. Podía seguir viviendo así por 40 años más.

El sonido del timbre y al mismo tiempo su celular vibrando hizo que se quejara en voz baja. No quería recibir a nadie. Estaba tan tranquilo con su pijama mirando televisión.

Una vez más, ambos sonidos insistieron. Miró su celular y era un mensaje de Bin avisándole que estaba fuera; casi se cae del sofá cuando leyó aquello y solo atinó a responder un 'ya va' mientras se pasaba los dedos por el cabello intentando no demostrar el estado lamentable en el que estaba.

─Hola─ su voz sonó agitada y no sabia porqué. Lo ponía nervioso tenerlo allí.

─Jake, te ves adorable ¿puedo pasar?

El menor sintió como sus mejillas se ruborizaban. Que Bin siempre sea tan directo provocaba que se quedara sin palabras. Se hizo a un lado dándole a entender que podía pasar y volvió a sentarse en el sofá, tapándose con su manitita.

─Traje esto y también algunas galletas ─ le alcanzó un latte tal como le gustaba y sus ojos se aguaron un poco. Estaba siendo muy dulce y no estaba seguro si merecía todo esto.

─Bin, no hacía falta que traigas todo esto, pero, muchas gracias.

─No te vi estos días después de li sucedido y me preocupé. Además no contestabas a tu celular.

─Lo siento. Lo tenía apagado la mayor parte del tiempo. Solo lo prendo cuando Riki un poco más avergonzado. Preocupaba a todo el mundo por sus tontos problemas amorosos. Un amor que nunca iba a ser correspondido.

─Te ves algo triste. No deberías encerrarte si lo estás.

─Lo sé, pero necesitaba pensar algunas cosas y por eso quería estar solo.

─Pero ya no lo vas a seguir estando. Hoy viene decidido a animarte y no me iré de aquí hasta lograrlo.

Jake sonrió genuinamente después de tres días de no hacerlo. Bin en tan poco tiempo se había vuelto un bien amigo. ─Podemos ver una película hasta que llegue mi hermano, luego podemos comer. ─lo invitó intentando que notara que ya estaba un poco mejor.

Pasaron las horas y Jake estaba cada vez más alegre, más él. Riki y Bin jugaban un nuevo juego en la consola y él reía a carcajadas por los enojos repentinos que tenían casa vez que perdían.

El timbre sonó y fue directo a abrir porque seguramente era el repartidor que les traía la pizza que habían perdido.

─SungHoon ─ susurró cuando lo vio parado frente suyo. Se quedó tenso en el lugar sin reaccionar. Bin se acercó preocupado cuando lo vio sin moverse.

─¿Qué haces aquí?─ Preguntó el mayor del lugar. Venía dispuesto a hacer las pases pero verlo a aquel chico lo hacía actuar de esa forma. Suspiró intentando controlarse.

─Yo debería preguntarte eso. ─ habló por primera vez Jake en un tono seco.

─Igual, me alegro que ambos estén. Necesitaba hablarles.

Jake lo dejó pasar aunque igual los tres se quedaron parados en la sala sin mirarse.

─Quería pedirte disculpas, Bin. Fui irrespetuoso contigo, peri la realidad es que mis celos hablaron ese día. Tenía envidia de ti.

─¿Celos?─ Fue Jake el que habló porque es palabra le sorprendió.

─Si, celos─ pensó bien sus palabras porque le costaba asumir esas cosas ─Celos de que mis amigos se alejaran de mi.

𝑩𝑬𝑺𝑻𝑭𝑹𝑰𝑬𝑵𝑫𝑺 | 𝑱𝒂𝒌𝒆𝑯𝒐𝒐𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora