Atracción Fatal - Lawlu

Capítulo 3

Luffy

Pasaron algo más de dos meses antes de que pudiera relajarse; el descubrimiento del cadáver del hombre por fin se estaba apagando. Ya no lo veía en las noticias, ni oía a la gente cotillear en la cafetería. Si la policía hubiera encontrado algo, sin duda ya lo habrían detenido.

Se sentó en el sofá, apretando las rodillas contra el pecho. Su estómago refunfuñaba impaciente, aún no había cenado. Su teléfono se encendió a su lado. Iluminó la oscura habitación con una luz lúgubre y lo abrió para leer un mensaje de Usopp, uno de sus amigos y compañeros de trabajo.

'Iré con la pandilla se dirige a Shakky's, ¿quieres venir?'

Se quedó mirando el mensaje durante unos minutos. No, no quería ir, pero debería. No quería que sus amigos pensaran que estaba actuando más raro de lo normal.

'Vamos, ese sitio es un timo'

respondió, suspirando al enviar el mensaje. Era cierto, ese bar estaba completamente sobrevalorado. Usopp sólo tardó un minuto en responder.

'Zoro dijo que tenían la mejor bebida. Robin por fin tiene un día libre en el trabajo. Quiere verte, así que ven, por favor'

Se mordió el labio, moviendo las rodillas.

'Claro, nos vemos allí'

Respondió, suspirando una vez más y poniéndose de pie.

Se duchó rápidamente y se puso los primeros vaqueros que encontró y una camisa holgada. Por suerte era mayo y aún hacía calor fuera. Siempre había preferido las camisas a los jerséis.

El trayecto hasta el bar duró casi veinte minutos, y aparcó en el lado más oscuro del aparcamiento, casi vacío. Alguien tendría que estar loco para pensar que valía la pena forzar su coche, e incluso si lo hacían no conseguirían nada con ello. Así que se encogió de hombros y salió.

Lo primero que vio al entrar en el bar fue a una Nami borracha, agarrada a un hombre igual de borracho que le estaba invitando a otro chupito. Puso los ojos en blanco y se acercó a la mesa en la que estaban sentados sus amigos.

"Seguro que no pierde el tiempo". Bromeó, y sus amigos rieron a su vez. Le habían reservado un asiento, y cuando se sentó en él, también se acercó para robarle un puñado de patatas fritas a Zoro. "Cómprate las tuyas". Zoro frunció el ceño y apretó los labios antes de meterse todas las patatas fritas en la boca a la vez.

"Me alegra ver que sigues siendo tú". Robin habló a su lado y él se tragó las patatas, volviéndose para sonreírle. Ella no se acercó para abrazarlo; sus amigos habían aprendido hacía tiempo que no le gustaba que lo tocaran. Estaba seguro de que Zoro les había hablado de su pasado a sus espaldas, pero ninguno de ellos había intentado hablar de ello con él. Estaba agradecido.

"Siempre". Sonrió, ocultando su inquietud tras la sonrisa. No era el mismo; nunca sería el mismo. No después de lo que había hecho. "Me preocupaba que cambiaras, hace tanto tiempo que no te veo". Robin continuó, y giró su cuerpo hacia ella. "Ha pasado tiempo, ¿cómo te está tratando ese nuevo trabajo?" Preguntó.

Hablaron mientras él se pedía una hamburguesa con patatas fritas. Robin no paraba de hablar de su trabajo, de un compañero que le resultaba extraño y de su nuevo novio. Él se asombraba y se reía en las partes apropiadas. En realidad no escuchaba. Era difícil concentrarse en sus historias cuando tenía tantas cosas en la cabeza.

Cuando le pusieron la comida en la mesa, empezó a comer. Al cabo de un rato, Robin se calló y levantó la vista. "Lo siento." Murmuró, dándose cuenta de que la había estado ignorando. "No te preocupes, me doy cuenta de que algo te preocupa. Quieres hablar de ello". Hizo una pausa, a medio bocado. "No." Soltó y los ojos de Robin se abrieron de par en par. "Es personal". Dijo más suavemente y ella le asintió con una sonrisa tensa.