Shooting star ;; Keria x Gumayusi

✧ Capítulo XVII ✧

El sol de la mañana se colaba por las cortinas de la habitación de Minhyung, pintando un cálido resplandor sobre la cama donde él y Minseok yacían profundamente dormidos. Los primeros rayos de luz acariciaron sus rostros, despertando lentamente al par de amantes. Minhyung parpadeó somnoliento y luego miró a Minseok, que todavía estaba durmiendo pacíficamente a su lado. La visión de su rostro sereno en el suave resplandor matutino lo hizo sonreír, y se inclinó para darle un suave beso en la frente. Con un suspiro satisfecho, Minseok comenzó a despertar poco a poco, sintiendo la calidez del beso en su frente. Parpadeó somnoliento y luego sonrió al encontrarse con los ojos amorosos del mayor.

—Buenos días Minhyung —murmuró, estirándose perezosamente bajo las sábanas.

Minhyung le devolvió la sonrisa y le acarició suavemente el cabello. —Buenos días, ¿cómo te sientes hoy?

El menor bostezó ruidosamente y se estiró un poco más antes de responder. —Me siento mucho mejor después de anoche, podría acostumbrarme a dormir contigo siempre.

El otro rió con suavidad. —Eso suena tentador. ¿Y qué opinas sobre mudarte conmigo?

Minseok levantó una ceja juguetonamente. —¿Estás seguro de que podrías soportarme todo el tiempo?

El mayor fingió pensarlo seriamente. —Bueno, podría hacer el sacrificio si es necesario.

Ambos rieron, disfrutando de la intimidad de la mañana mientras se relajaban en la cama. Sin embargo, sus planes para el día eran diferentes, y pronto recordaron que tenían que prepararse para ir a la academia.  Se levantaron de la cama con reluctancia, reacios a abandonar la comodidad de sus brazos, pero sabiendo que tenían cosas que hacer. Después de una ducha rápida y un desayuno ligero que tomaron por el camino, se dirigieron juntos al edificio. La mayor parte del día transcurrió sin problemas, como siempre, pasaron horas practicando, revisando estrategias y mejorando su juego. La competencia era feroz, pero el equipo estaba decidido a mejorar y alcanzar sus metas.

Horas después, Minhyung recibió una llamada de su entrenador, quien lo necesitaba para una tarea específica, así que a regañadientes, se alejó de sus compañeros de equipo y se dirigió hacia la oficina del entrenador, dejando atrás la sala de entrenamiento. A medida que la tarde avanzaba, Minseok comenzó a notar un zumbido de emoción en la sala de entrenamiento mientras jugaba algunas partidas en solitario. Los susurros emocionados entre sus compañeros se volvieron más audibles, y el entusiasmo en el aire era palpable. Algo estaba sucediendo, y Minseok comenzó a preguntarse qué podría ser. No pasó mucho tiempo antes de que uno de sus compañeros de equipo se acercara a él con una sonrisa amplia en el rostro.

—Minseok, ¿has oído quién está aquí? 

Minseok frunció el ceño, sin estar al tanto de lo que estaba sucediendo. —¿Quién? ¿Qué está pasando?

—¡Es Deft! ¡Está en la sala principal!

El nombre de Deft resonó en su oídos con un impacto emocional, pues para él era un modelo a seguir para él, alguien a quien admiraba profundamente por su destreza en el juego. Los ojos de Minseok se iluminaron de emoción, la oportunidad de conocer a su ídolo era algo que no podía dejar pasar. Así que sin perder tiempo, se levantó de su silla y se dirigió rápidamente hacia la sala principal. La emoción lo inundaba mientras se acercaba, y su corazón latía con fuerza. Cuando entró en la sala, lo que vio casi lo dejó sin aliento, Deft estaba allí, de pie junto a algunos miembros del personal de la academia, con una sonrisa amigable en el rostro mientras saludaba a los jugadores novatos que empezaban a agolparse a su alrededor. El menor avanzó con cuidado hasta el borde del grupo, tratando de obtener una vista de su ídolo, él llevaba su uniforme de equipo y parecía algo tímido con la atención que estaba recibiendo. Los aficionados lo rodeaban, haciéndole preguntas, pidiendo autógrafos y fotos, y compartiendo anécdotas sobre sus momentos favoritos en el juego. Minseok observó con admiración cómo Deft interactuaba con los demás, su carisma y humildad eran evidentes. Era una experiencia emocionante estar tan cerca de su ídolo, pero aún no se atrevía a acercarse del todo. Además, tenía miedo de interrumpir la conversación que Deft tenía con otros jugadores y aficionados.