Shooting star ;; Keria x Gumayusi

✧ Capítulo VIII ✧

Minseok se levantó rápidamente, aturdido por lo que acababa de presenciar. La sombra se detuvo momentáneamente, como si estuviera sorprendida por la acción de Minhyung, y luego retrocedió. Sin embargo, Minseok no podía permitir que su amigo sufriera solo. Corrió hacia al mayor, cuya respiración era agitada y entrecortada por el dolor.

—Minhyung...—intentó decir algo pero las palabras se quedaron atascadas en su cuerpo observando la herida en el brazo de su amigo.

Minhyung estaba pálido y respiraba con dificultad, pero aún así intentó levantarse. —Estoy bien. Pero... tenemos que salir de aquí.

La sombra pareció titubear por un momento, como si estuviera evaluando la situación, y luego retrocedió aún más, manteniendo una distancia prudente, era como si la herida de Minhyung hubiera tenido algún efecto en ella. Minseok ayudó al otro a ponerse de pie, y juntos, con mucho esfuerzo, continuaron avanzando hacia el borde del bosque. Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, emergieron del lugar donde las luces de la ciudad ya no se veían tan lejanas. El aire era más cálido aquí, y la opresión que habían sentido en el bosque comenzó a disiparse. Minseok miró a su alrededor, buscando signos de la sombra, pero ya no estaba a la vista. Con cuidado, ayudó al mayor a avanzar unos pasos más hasta que llegaron a un banco cercano. El brazo de Minhyung seguía sangrando y la palidez en su rostro se acentuaba.

—Minhyung, aguanta un poco más, estamos fuera del bosque. —Trató de mantener la calma, aunque su voz temblaba.

El menor asintió débilmente, pero sus fuerzas parecían desvanecerse rápidamente. Se tambaleó y luego se desplomó en el banco, su respiración agitada. Minseok se arrodilló a su lado, sosteniéndolo con delicadeza mientras revisaba la herida en el brazo de su amigo.

—Voy a conseguir ayuda. —Se levantó con determinación, pero antes de que pudiera alejarse, Minhyung lo sujetó por la muñeca.

—No... no te vayas Minseok. —Miró a su amigo con ojos suplicantes, su voz apenas un susurro.

Minseok lo observó con angustia, dudando, pero cedió y volvió a sentarse junto al otro, sosteniendo su mano con cariño. —Estoy aquí, no te dejaré solo. ¿Cómo te sientes?

Minhyung forzó una sonrisa, a pesar del dolor que se reflejaba en sus ojos. —Supongo que podría estar mejor, pero estar aquí contigo... me hace sentir mejor.

—Todo estará bien Minhyung. Te cuidaré hasta que podamos conseguir ayuda.—El más bajo comenzó a buscar en su mochila en busca de algo que pudiera servir, hasta que encontró una bufanda que podría usar como un vendaje improvisado. Con cuidado, aplicó presión en la herida mientras trataba de calmarlo con palabras cariñosas.

Minseok se sentía invadido por una oleada de culpa que lo atormentaba en tanto cuidaba del otro. Recordó todas las veces que su amigo había resultado herido o en peligro cuando estaban juntos, como si hubiera una maldición que acechaba sus momentos compartidos. Y mientras atendía la herida de Minhyung, no podía evitar pensar que, de alguna manera, él era la causa de todo esto.

—Lo siento Minhyung... Siempre que estamos juntos, pareces resultar lastimado. —Murmuró envolviendo la bufanda alrededor del brazo del mayor.—Además fue mi idea que viniéramos aquí.

Minhyung lo miró con ternura, a pesar del dolor que lo aquejaba. —No digas eso Minseok. No es tu culpa. Nadie podría haber anticipado lo que sucedió.—Tomó aire antes de continuar—Además, estar aquí contigo significa mucho para mí. No cambiaría nada de lo que hemos vivido juntos.

Las palabras de Minhyung reconfortaron al mayor en cierta medida, pero todavía sentía una pesada carga de responsabilidad en su corazón. Aunque estaba agradecido por la amistad y la conexión que compartía con Minhyung, también temía que su presencia fuera un peligro constante para él. Había algo inquietante en la forma en que la sombra había intervenido justo en el momento en que estaban a punto de cruzar esa línea entre la amistad y algo más profundo.