5. No te vayas

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No sabía cuanto tiempo había pasado desde que llegue a casa, sentía todo esto como un déjà vu, temía que todo terminara como la vez anterior, temía por que se arrepintiera y me dijera que siempre no vendría a casa, temía por tantas cosas en este momento.
Esta vez, estaba en la cocina, necesitaba un vaso de agua, sentía mi garganta seca, justo antes de empezar a beber del vaso, el timbre sonó, mi pulso se aceleró y mis piernas de pronto no respondían, una vez más el sonido volvió a escucharse, me dirigí a la puerta y la abrí. Aún seguía con la misma ropa, se veía cansada, nerviosa. Me hice a un lado para que pudiera pasar y así lo hizo, cerré la puerta de tras de ella, Freen se quedó parada, como si para moverse necesitara de mi autorización, ¿en que momento llegamos a esto?

-Toma asiento, ¿quieres algo de tomar?

-Agua esta bien- No dije nada más y me dirigí a la cocina, también necesitaba un poco de agua.

-Toma- le extendí el vaso una vez llegue a su lado.

-Gracias- Esto se tornaba incómodo, definitivamente debíamos resolverlo.

-Entonces, ¿que es lo que quieres hablar?-yo Iba directo al grano, no quería más rodeos y que esto se tornara más incómodo.

-Es sobre, lo que paso... aquella vez, siéntate por favor- Estaba dispuesta a escuchar lo que tenía que decirme, así que tomé asiento en el otro extremo del sofá.

-¿Que hay con eso? Descuida, ya todo me ha quedado claro- Recordarlo me dolía, mis palabras fueron cortantes.

-Yo...No debí irme aquella vez, no debí dejarte así.

-No te preocupes, ya todo esta bien, ademas yo te lo pedí- Era verdad, aunque sinceramente me hubiera gustado que ella no se hubiera ido.

-No estuvo bien Rebecca.

-¿Qué? ¿Tu actitud o lo que dije?

-Ambas- Guardé silencio, no entiendo a que
viene todo esto, ya me quedo más que claro, no es necesario que me lo recalque cada que pueda.

-Freen, si viniste a decirme que esta mal esto que siento por ti, puedes ahorrarlo, en serio, me ha quedado más que claro, no tienes que ser tan injusta conmigo...me duele- Quería llorar, en cualquier momento iba a hacerlo.

-Becc, entiéndeme por favor- Se acercó un poco a mí, yo permanecía en silencio para escucharla.

-Eso que dices sentir por mí, no es amor, estás confundida, pro- La interrumpí.

-¿Tú qué sabes de lo que siento?

-Becc, eres una adolescente, estás confundida, no es amor lo que sientes- Me acerque hasta quedar junto a ella.

-Se perfectamente lo que siento freen-
Entrelacé sus manos con las mías- Se que no puedo estar sin ti, se lo mucho que me gusta estar contigo, se cuanto me gustan tus ojos, tú nariz tan perfecta, tu cabello, tu risa, tu cuerpo, se lo bien que encajan mis manos con las tuyas, se que cada que estoy contigo, mi corazón late tan fuerte que parece que se saldrá en cualquier momento, se lo mucho que deseo que sientas lo mismo- Dirigí una mano hasta sus labios y los rose con la yema de mis dedos- Se lo mucho que me gustaría poder besarlos.

Me acerqué aún más y junte nuestras frentes.
-No sabes cuanto muero por besarte-susurre.

-Becc, no- murmuró de la misma manera, podía sentir como su respiración se entrecortaba y se mezclaba con la mía, mi mente estaba nublada, no podía pensar en otra cosa que no fueran sus labios, entonces quise hacerlo, quise besarla, pero se apartó.

-No podemos Becc- A este punto ya nada me importaba, dejé que mis lágrimas salieran.

-¿Por qué?- Mi voz era apenas audible debido a mis sollozos.

𝒞𝒰𝒜́𝒩𝒟𝒪 𝒩𝒜𝒟𝐼𝐸 𝒩𝒪𝒮 𝒱𝐸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora