16. No te confundas

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-Becc ¿Crees que se vea bien este color?-volteé a verla, me mostró la pantalla del celular dónde podía ver una foto de unos pendientes color blanco.

-Claro, combina con tu vestido, se té verán genial.

Hoy teníamos el día libre, más sin embargo nos encontrábamos en un restaurante para hablar del viaje que haríamos en un mes.
Ya lo sé, aún faltaba mucho tiempo y no era necesario reunirnos aquí, pero Freen insistió y bueno, ya saben, no pude negarme.
Realmente me sorprendió su llamada esta mañana, recién me despertaba y escuche mi teléfono, era ella, habló animadamente conmigo por un buen rato y antes de colgar me invitó a este restauran, pasó por mi en su coche y ahora estábamos aquí.
Ninguna tocaba el tema de lo sucedido la noche anterior, si no hubiera sido por Nam que llegó a interrumpir, no se que hubiera pasado en ese baño, ni siquiera quería recordarlo, no quería que mi cuerpo empezara a responder ante esos pensamientos ardientes.

No estábamos incomodas, al menos no por eso, me sentía tan extraña, por supuesto que quería recuperar nuestra amistad, quería que volvieramos a ser las mismas de antes, pero justo ahora me resultaba tan extraño todo
esto. ¿Por que de la nada iba y me hablaba como si nada hubiera pasado? Fuese como si ella hubiera olvidado todo lo que me hizo sufrir, tal vez solo quería ignorar ese sufrimiento, pero yo no podía hacerlo y menos con lo que pasó ayer. Me encantó obviamente, extrañaba la perfecta danza entre mis labios y los suyos, pero no era esta la manera en la que deseaba tenerlos de vuelta.

-¿En que tanto piensas? Llevas callada todo este tiempo y ni siquiera me estás escuchando.

-Oye, ¿segura que quieres estar aquí?
Podemos irnos si quieres, déjame hablarle al mesero para que cancele la orden- Se levanto del su asiento en busca del mesero.

-No, descuida, vuelve a tu lugar, no es necesario, estoy bien- La sujete del brazo e hice que se sentara de nuevo.

-Seré directa... y diré que estoy pensando en el beso de anoche- Hablé mientras la miraba
a los ojos.

-Wow, em.. Que directa- Rió nerviosa.

-Quiero saber ¿Por que me besaste?..

-Tu me correspondiste- Respondió de inmediato.

-Lo sé, pero tu fuiste quien me besó- Miré su labios y al instante los recuerdos llegaron a mi cabeza.

-Ambas lo queríamos, apuesto a que lo deseabas tanto como yo- Seguí con la mirada su mano y vi como la colocaba sobre la mía por debajo de la mesa, los sillones que habían eran bastante cómodos, eran amplios, aún así, decidimos sentarnos lo más junto posible.

-Lo sabes de sobra- Me acerque a su oído-
Aunque debo decir que me quedé con ganas de más..- Susurré y mordí el lóbulo de su oreja, mientras paseaba mi mano por su pierna, escuché como un suspiro se escapó de ella, justo en mi ego, ver la manera en la que podía ponerla en cuestión de segundos era una maravilla.

-Estamos en un lugar público Rebecca- Se separó de mi un poco.

-¿Y eso será un problema ahora?- Me acerque a su cuello escondiendo mi rostro en el.

-Ayer parecía no importarte aquel baño publico- Su cuerpo se tensó ante las vibraciones que causaba mi voz en su cuello.

-Siempre hueles tan bien nena- Deje un beso en su cuello que la hizo estremecer.

-Basta Rebecca, aquí no- Me alejó un poco.

-¿Acaso no quieres?- La miré seductora.
Esto era algo nuevo para mí, anteriores veces me animaba a coquetearle, pero nada se comparaba a lo que estaba haciendo ahora, esto era otro nivel, me excitaba tanto tenerla tan vulnerable frente a mi.

𝒞𝒰𝒜́𝒩𝒟𝒪 𝒩𝒜𝒟𝐼𝐸 𝒩𝒪𝒮 𝒱𝐸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora