7: "Menta cremoso"

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*Este capítulo va dedicado a Sashatara11 que me inspiró a escribirlo para publicarlo cuanto antes*

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Priya Dupain Wilson

Al salir de la escuela esa tarde de viernes acordamos reunirnos todos para comer fuera y luego ir al cine.

Quizás les parezca extraño, pero no he ido al cine en mi vida.

Según mi madre el primer intento de ir allá fue algo trágico, a pesar de ser yo la que les había implorado por una semama venir a ambos. Por alguna razón existente me eché a llorar en cuanto vi lo gigantesco que era y no llegamos a entrar. Tenía siete años y me encantaban las películas de Disney, principalmente de princesas como la que iban a poner en la pantalla grande recién estrenada "Frozen" -ni yo sabía por qué comencé a llorar-.

Todo el tiempo he amado las pelis románticas, totalmente ajenas a la realidad. Siempre he sabido que esos sucesos, pensamientos y diálogos se escriben como queremos que fuera y no como en realidad son; así es la vida: un sueño.

Esta vez antes de llegar a casa fui a por un helado almendrado junto con Amy. En unos dos meses llegaría el invierno, que es más bien el tiempo de frío porque nunca he visto la nieve; todo acá es tropical y por lo tanto nunca ha nevado. A pesar de tenerlo tan cerca aún hacía bastante calor.

Estuvimos un tiempo charlando sobre el vestuario que yo elegiría para la noche, algo que no es tan difícil pero por ser la primera vez en ir a ese lugar -sin algún temor- me lo tomé como si fuera el día de mi boda.

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- ¡Hola! - dije a la nada para el que estuviera cerca cuando entré en la casa.

- Cher, ¿qué tal tu día? - llegó a mi lugar mi mamá proveniente de la cocina.

- De maravilla. - hice una pausa antes de pronunciar las siguientes palabras que para mis oídos eran nuevas - Hice amigos... y acordamos salir hoy a dar un paseo. -

- Y vas a ir, ¿cierto? -

- Pues... si. - dudé.

- ¡Qué bueno, mi niña! - dejó lo que hacía para darme un abrazo - Ya comenzaba a hallar extraño tu soledad infinita encerrada en tu cuarto. -

- No es cierto, preferías verme en la habitación que no en la calle. -

- No, solo prefería que estuvieras tranquila en casa en vez de en un lugar donde yo no sepa. Pero aún así es extraño que te quedaras sin salir como los de tu edad. -

- Espera... ¿Me estás llamando loca? - dije con tono burlón.

- ¿Debería? - me siguió la corriente y nos reímos juntas.

- Bien, ya he terminado por hoy... - papá se adentraba en la cocina quitándose su delantal sin notar mi presencia - Ahora podemos seguir con lo que habíamos comenzado antes, mi amor. - dijo en un tono pícaro.

La oración quedó en el aire cuando mi padre vio mi cara con el ceño bien fruncido, la suya era de confusión; no esperaba verme ahí. Se estaría preguntando si escuché todo lo que dijo y principalmente si entendí. Así que se apresuró a corregirse.

- Hablaba de la ensalada... - dijo rápida y torpemente - ...para la comida.

Mi madre, al contrario del nerviosismo de mi padre, se veía relajada y se reía a carcajadas de la cara de él y su torpeza.

Diseñando Secretos [En Curso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora