Diseñando Secretos [En Curso]

1: "Una rubia engreída"

Priya Dupain Wilson

Esta escuela está inmensa a pesar de que sólo tiene dos pisos, en la plaza están algunos mirando los carteles y murales que hay en todas partes. Uno de ellos contiene un mapa de la escuela para que así los nuevos puedan guiarse y saber donde estaban sus respectivos salones.

De alguna manera se me han quitado los nervios y la cara que tenía, como si estuviera en una película de terror, parece que se debe al ajetreo de la gente para no llegar tarde a sus clases y yo era una de esas que no quería llegar tarde.

Mientras me dirijo al salón revisando mi mochila para verificar que no se me haya quedado algo he chocado con alguien. Todos mis libros cayeron sobre mi hasta llegar al suelo, me agaché para recogerlos sin mirar a la persona delante de mi, sólo llegue a ver sus caros tacones negros no muy altos que seguían enfrente de mí. Sentí como si me observara con gusto al verme ahí a sus pies y, unos segundos antes de que pudiera levantarme, ya se había ido.

Seguro era alguien con un poco de ego por los cielos queriendo molestar o llamar la atención de algún modo.

Entré en el salón y me senté en la primera mesa a la derecha, sólo visualice al fondo dos o tres personas, los demás estaban todavía entrando. A mi lado no sé sentó nadie, me sentí un poco triste por eso y me dispuse a sacar mis libros para estar preparada antes de que la profesora comenzara, pero algo, o mejor dicho, alguien no me dejo continuar. Dos chicas estaban frente a mi, tuve que examinarlas de pies a cabeza porque era inevitable no mirar como estaban vestidas, parecía que iban a una fiesta. Entonces vi, esos zapatos que estuvieron por un buen tiempo delante de mi viéndome recoger mis libros del suelo.

La chica de los tacones negros apartó mis cosas a un lado al punto de casi tirarlas al suelo, y justo cuando iba a protestar sólo me dio tiempo a abrir la boca para decir: - ¡Eyyy! - ,porque se sentó en mi mesa.

¡ Encima de mi mesa !

Cruzó sus piernas con elegancia para que no se le notara ni un poco la ropa interior, ya que llevaba una falda un tanto corta de color rosa pastel.

No podía permitir semejante cosa, podía ser tonta a veces, pero en estos casos no.

Me levanté de la silla y me puse en frente de ella en modo defensa, aunque traté contenerme y parecer calmada.

- Podrías por favor bajar de mi mesa y buscar un lugar donde te puedas sentar que no sea aquí - señalo la mesa porque no es un lugar para sentarse.

Ella me mira como si me retara, en su cara estaban escritas las palabras "NO.ME.VOY.A.PARAR".

Hasta que al fin habló.

- ¡Oh! I'm so sorry darling.- dijo en modo de burla y señaló con sus manos mi puesto - Pero no creo que pueda moverme de aquí, este es mi lugar. Y... Yo estoy en una,- dirigió su mirada a mi ladeando la cabeza de un lado a otro con desprecio y arqueando una ceja -, clase social mucho más alta que la tuya.

¿Darling? Pero cuál es su problema.

No sé por qué razón tiene que hacer tantas pausas al hablar y a la vez unir las palabras, que irritante.

Volteo mis ojos y pienso mil maneras y formas de callarle la boca, no dejaría que nada arruinara mi día y decidí mejor; me senté en la silla.

- No. Yo lo siento. Creo que llegué aquí primero que tú. No me importa si te quedas en la mesa y tú amiguita parada, pronto llegará la profesora y creó que no querrás que te vea ahí.- jamás me sentí tan segura al hablar como ahora - No sé, piénsalo. - le di una sonrisa de boca cerrada, crucé mis brazos en mi pecho y me quedé mirando su cara de indignada.