𝐌𝐨𝐨𝐧𝐥𝐢𝐠𝐡𝐭 | 𝒅𝒆𝒔𝒄𝒆𝒏𝒅𝒂𝒏𝒕𝒔

VIII: Reunion familiar

08

— Niños, disculpen, como saben, se acerca el día de la familia en nuestra preparatoria. — — Y como sus padres no pueden estar aquí debido a... a... la distancia, arreglamos una sorpresa especial para ustedes.

Se acercó a la consola que estaba sobre su escritorio, presionó un botón prendiendo el dispositivo y el rostro de Maléfica apareció en primera plana.

— Aquí no hay nada. — se alejó dejando ver a los demás villanos. — Y no escucho nada.

— Chicos!.

Nos hizo señas para que nos acercáramos a ella, los villanos discutían sin saber que nos podíamos ver.

— Evie, es mami. — saludo la reina malvada. — Mira que hermosa. Ya saben lo que dicen, de tal manzana envenenada, tal manzanita.

— ¿Estás hablando de tu hija?.

Finalmente los villanos lograron encender la pantalla del dispositivo. Observe más allá de los padres de los muchachos. Gothel estaba en el fondo, cruzada de brazos con el rostro imperturbable, viéndome a mí, en su mirada noté un poco de nostalgia. En su hombro descansaba Owl, mi mascota, sus enormes ojos fijos en mí.

— ¿Quien es ese espanto?. — preguntó Cruella.

— Ella es el hada madrina. — respondió Mal.

Tomé mi tabique entre mis dedos negando con la cabeza.

— ¿Aún haces trucos con calabazas?. — se burló Maléfica.

— ¡El truco de la calabaza fue muy exitoso!.

— ¿No podías darle a Cenicienta hasta las una al menos? De veras ¿que? ¿Los hámsters debían volver a sus rueditas?.

Los villanos rieron por sus burlas.

— ¡No eran hámsters! De veras no lo eran. — nos miró a nosotros. — Eran ratones.

— Si, se lo agradezco mucho. Gracias. — dijo Mal apenada.

— ¡No eran hámsters!. — repitió antes de apartarse.

— Hola mamá. — saludo Mal.

— ¡Mal! — todos dimos un respingón por el grito. — Qué... que... qué bueno verte.

— ¡Chicos siempre pensamos en ustedes! — dijo Jafar.

— ¡Yo hablaré!. — interrumpió Maléfica. — ¿Cuanto tiene que esperar mami para verte?

— Se acerca una coronación importante y probablemente sea después de eso. — comentó Mal.

— ¡¿Cuándo?!

— Viernes. A las 10.

— ¿Estás segura que no puedo verte antes? No sé qué haré si no logro poner mis manos sobre... digo alrededor de ti, mi precioso bebé.

Rodé los ojos, Maléfica era igual que su hija a la hora de disimular.

Mal soltó una risa incómoda, como todos.

— Si, comprendo lo que sientes, madre.

— ¡¿Carlos?! ¡¿Qué haces con eso?!. — Cruella se adueñó de toda la cámara. — Uh, si bebé, tranquilo, entiendo, es del tamaño perfecto para unas orejeras.

— ¡Es el tamaño perfecto para ser una mascota!. — se defendió Carlos. — Este perro me ama y yo también lo amo. Y por si no lo sabes ¡tu perro es de peluche! déjame tranquilo.

Los villanos a través de la pantalla empezaron a discutir.

Jay presionó un botón y el dispositivo se apagó, cortando la discusión afortunadamente.