17. Espera◉

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Hermione estaba en Sofía, capital de la Bulgaria muggle y maga, desde el domingo por la mañana, pero sus pensamientos y su corazón permanecían en Londres, con Harry y el anillo. ¿Había tomado la decisión correcta al enviar a Harry a Hogwarts? Lo sabría por la mañana....

Esperaba que Snape comprendiera que Harry era el único a quien podía confiar su anillo. Esperaba que él no adivinara que ella sabía que Snape cooperaría sólo para librarse de él... ¿pero cooperaría? Nunca un lunes había tardado tanto en terminar.

Echaba de menos el anillo. Era una tontería, pero lo echaba de menos. Hermione sabía que tenía un valor simbólico para ella, que significaba sobrevivir a la guerra y honrar a los muertos, pero desde la primera carta de Snape, había adquirido un significado totalmente distinto. Había significado que tenía algo que la conectaba a otra persona de una forma tan fuerte que la ausencia física de ella se sentía como la ausencia de él.

Una locura, lo sabía. Pero algunos sentimientos eran difíciles de explicar, si no imposibles. Seguramente no podía explicar por qué ver a Snape tan desdichado la había hecho sentir tan culpable. Él siempre intentaba hacerla desgraciada, insultándola de todas las formas posibles, y aun así ella se sentía culpable y preocupada.

Y ahora lo echaba de menos. ¿Cómo podía echarle de menos?

Tal vez el anillo realmente había sido maldecido y ella estaba bajo algún hechizo.

Hermione suspiró. No había nada bueno que pudiera salir de esta corriente de pensamiento. El auror Konsta Petrov casi había terminado de explicarle en qué se diferenciaba su sistema jurídico del británico. Tendría que leer en los libros que él le había prestado todo lo que se había perdido.

Acabó siendo algo bueno. Hermione se durmió leyendo y no tuvo ocasión de perder el sueño por lo que ella seguía insistiendo en que carecía de importancia: la reacción de Snape a su carta.

 Hermione se durmió leyendo y no tuvo ocasión de perder el sueño por lo que ella seguía insistiendo en que carecía de importancia: la reacción de Snape a su carta

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Hermione sabía que su plan había funcionado porque Harry le había enviado una carta diciéndoselo, pero eso era todo. Ni una palabra de Snape, ni siquiera un mensaje a través de Harry. Se sintió un poco decepcionada; había esperado algún tipo de respuesta.

Claro que, ahora que Snape había recuperado su anillo, ¿para qué iba a escribir? ¿Para darle las gracias? Ella no lo creía. Lo más probable era que no volviera a saber nada de él.

La idea le resultó tan agria que perdió el apetito, dejando la mitad de su desayuno sin tocar. Habían pasado tres días desde que Harry le había entregado el anillo, desde que Snape había leído su carta pidiéndole que contestara. Había sido una posibilidad remota, pero ella realmente quería saber su reacción ante el anillo. Se sentía mal por no poder entregárselo ella misma.

Hermione pasó el día melancólica por la ausencia tanto del anillo como de la respuesta de Snape.

Por la noche, había estado leyendo en la cama, esperando conciliar el sueño, cuando una lechuza golpeó la ventana.

Hermione saltó de la cama y casi corrió hacia la ventana. La brisa helada que enfriaba la habitación no le preocupó mientras desenredaba la carta de la pata de la lechuza, y el frío significó aún menos cuando reconoció su letra.

¡Ha contestado!

Rápidamente, abrió el sobre y leyó la carta de Snape.

Querida señorita Granger,

Su idea de enviar a Potter para que me atormentara era cuanto menos espantosa. Sólo le escribo porque no puedo entender cómo alguien tan inteligente como usted ha podido confiar mi anillo a semejante imbécil. Despreciable, señorita Granger.

Fue pura suerte que mi anillo volviera a mí sano y salvo. Y pensar que dijo que era precioso para usted. Me pregunto qué haces con algo que no te gusta.

Me alegro de que el anillo se salvara a tiempo.

Severus Snape

"Imbécil", maldijo en voz alta, pero tenía una sonrisa en los labios. No sabía por qué una carta tan insultante de Snape la hacía feliz. Tal vez fuera por el cumplido deslizado en ella. La había llamado inteligente. Se preguntó si se habría dado cuenta de lo que había dicho al degradar a Harry.

Hermione dobló la carta y se fue a la cama. De repente, estaba realmente cansada, y el sueño no tardó en envolverla. Unos ojos oscuros con una profundidad increíble era todo lo que recordaría de su sueño de aquella noche.


𝐸𝑙 𝑎𝑛𝑖𝑙𝑙𝑜 𝐶𝑙𝑎𝑑𝑑𝑎𝑔ℎ [𝑆𝑒𝑣𝑚𝑖𝑜𝑛𝑒]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora