15. Enmienda◉

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Hermione no había podido disfrutar de las compras aquella tarde, y tampoco había podido participar en el alegre ambiente de la fiesta en la Madriguera aquella noche. Por eso había rechazado la invitación de Harry para el almuerzo de Navidad. Le había dicho que pasaría el día con sus padres, pero la verdad era que no le apetecía celebrarlo después de lo que había dicho Snape.

Suicida frustrado cuya vida no tenía ningún sentido....

Si no hubiera dicho aquello tan en serio, Hermione lo habría descartado como un oscuro sarcasmo. Todavía quería hacerlo, pero sabía que se engañaría a sí misma si lo hacía. Lo había dicho en serio, lo había dicho de verdad.

Hermione se acurrucó aún más en su sofá. Sujetó su taza de té con ambas manos, deseando que el calor se extendiera y la reconfortara.

No podía estar manipulándola, ¿verdad? Un destello de ira se filtró a través de la simpatía de Hermione. No le extrañaría que utilizara medios tan bajos para conseguir lo que quería.

Luego se olvidó de todo cuando recordó que aún tenía el anillo.

¿Podía este anillo significar tanto para él que por sí solo diera sentido a su vida? Eso era pesado incluso para ella. Snape no podía tener sentimientos tan fuertes por algo que una vez llamó un trozo de metal barato.

¿Y si había verdad entre todas sus respuestas sarcásticas? Tal vez este anillo había pertenecido a una esposa o hija fallecida.... Era una idea triste que dejó el corazón de Hermione lleno de culpa. Ya no había razón para dudar de Snape: este anillo era suyo.

Hermione abandonó el sofá y se dirigió al escritorio que daba al gran ventanal. Colocó su taza en el posavasos y abrió un cajón donde guardaba pergaminos y sobres en blanco. Escribiría a Snape pidiéndole otra reunión.

Ya habían pasado dos días y ni rastro de Snape

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Ya habían pasado dos días y ni rastro de Snape. Hermione no quería forzar una reunión, pero tampoco podía dejarlo ir. Si el anillo significaba tanto para él como ella creía, se arrepentiría de lo que había dicho y querría volver a reunirse con ella en algún momento.

Sus instintos la empujaban hacia Hogsmeade, gritando que debía ir tras él. Pero Hermione no quería ser invasiva. El hombre era reservado. ¿Cuánto tiempo llevaban escribiéndose y cuánto había revelado? Él atesoraba su intimidad y ella no la invadiría de esa manera.

Hermione se miró el anillo en el pulgar, observando el juego de la luz del fuego sobre sus piedras. Ni siquiera las distracciones del trabajo conseguían apartar su mente de Snape.

Le escribiría otra carta, esta vez asegurándole que no le pediría pruebas de que el anillo era suyo. Sólo quería volver a hacer las cosas bien; necesitaba conocerlo.

Preparó una carta y la enviaría de camino a casa de Harry a la mañana siguiente.

Preparó una carta y la enviaría de camino a casa de Harry a la mañana siguiente

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𝐸𝑙 𝑎𝑛𝑖𝑙𝑙𝑜 𝐶𝑙𝑎𝑑𝑑𝑎𝑔ℎ [𝑆𝑒𝑣𝑚𝑖𝑜𝑛𝑒]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora