Nanami Sakura es una joven que fue abandonada en un orfanato cuando era apenas una bebé de tres meses de nacida. Pasaron los años he tiempos desde que dejaron a la menor al hogar, sin embargo un día llega una familia que decide adoptarla.
Aceptándo...
Las dos rubias se encuentran sentadas en una piedra mientras miran a los dos jóvenes apunto de empezar su enfrentamiento matemático. Y que Chrome le iba enseñarle algunas de sus técnicas increíbles sobre el tema de la aritmética, sin más que hablar le pregunta cuanto es 8x8; junto con Sakura e Kohaku respondieron la respuesta 64. Dejándolo con la boca tan abierta que lograba tocar hacia el suelo anonado.
—¡¡Maldito Senku!! ¡¿también sabían eso?! —dijo Chrome apunta a las dos rubias—. Y espera, ¡¿por qué ustedes también sabían eso?!
—Bueno, cuando estoy siguiendo bancos de peces, es la forma más fácil de saber cuantos hay.
—Y yo ya sabía sobre las respuesta de la aritmética, por eso siempre aprobaba esa materia. Y si no mal recuerdo también me gane una beca de intercambio hacia estados unidos para seis meses que tuve fuera de Japón.
—¡No se que es una beca de intercambio, pero da igual! ¡¿entonces que tal esto?! —dijo Chrome, para luego dice cuanto es 83x87— ¡¿Como supone que voy a saber eso?!
Senku mira a Sakura y ella asintió para luego dirigir su miradas hacia Chrome—. 7221 —el otro se quedo en blanco—. Vamos Chrome. ¿Estabas intentando mostrarnos este inútil método de calcular, no? Además Star también es buena explicando sobre este tema, así que —toma asiento—. Te lo dejo a ti que lo expliques.
—Esta bien —toma una rama para poder explicarlo mientras lo escribe en al tierra—Escúchame con claridad Chrome-Kun.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Todos se callaron al escuchar la explicación de la rubia viéndola que no borra su sonrisa de alegría. Mientras tanto que sabia que Chrome pierde la batalla por dos inteligentes frente de sus ojos.
—¡¿Cuál es el objetivo?! —preguntó Kinrou—. ¡¿Qué uso tiene la aritmética en una pelea?!
—¡¿P-poder de análisis de batalla?! ¡¿Puedes hacer eso?!
—Por ejemplo, no es por presumir, pero asumiendo que mi poder de batalla junto con Sakura-Chan es de 1000 —dijo Kohaku, para luego ellas chocan los cinco.
Sakura le conto a Kohaku que ella sabe también pelear en momentos de combates, por eso ellas algunas le pide que quiere entrenar con ella. Pero gracias al tobillo torcido no puede, sin embargo cuando se cure le prometió que entrenaría con ella algún día. Después explica que el de Kinrou sería de 500, de Ginrou sería de 100, de Chrome de 5.
—Y de Senku-kun sin duda sería de 3.
—Kukuku, para que negarlo Star, bueno si no cuentas la ciencia, eso sería así.
—Lo que dicen ustedes dos es válido, pero sus números están un poco lejos de la realidad.
Ellas se miran entre cada una hasta que miran a los chicos—. Si es cierto, entonces nos disculparemos pero primero ¿qué tal si hacéis un equipo vosotros y lo comprobamos? —Senku ve como Sakura se ata su cabello en una coleta alta, dándole entender que iba en serio.
—Fufufu, esa es una gran idea, cuatro hombres haremos un equipo y la rodearemos. Nos enfrentaremos con Kohaku y Sakura, así que difícilmente se consideraría injusto —dijo Ginrou.
Sin embargo, era todo al revés un golpe con golpe los cuatro hombres cayeron redonditos contra el suelo con unos par des chinchones en sus cabezas. Mientras tanto las dos chicas chocaron los cincos para darse al vuelta para tomarse un refrescante baño solo las chicas, y dejando a los chicos desparramados.
—Os lo dije —dijo Chrome todo chinchoneado.
—500 + 100 + 5 + 3 es menor que 1000. Es simplemente aritmética —respondió Senku, jurando que jamás quera tener una pelea contra su amiga de la infancia—. «Me e olvidado que Star fue la capitana del club de karate. . .» —pensó.