Alma dinamita |LeviHan|

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Disclaimer: los personajes de SnK no me pertenecen, son propiedad de Hajime Isayama.

Advertencia: lenguaje vulgar, lime. AU.

Nota de autor: Ya nos falta un capítulo para concluir con esta historia. Para quienes no me conocen, me gustan las tramas rápidas y cortas. Primero porque es para lo que me alcanza el tiempo y segundo porque, en mi experiencia, las historias largas con cosas innecesarias a veces son densas.

Les comparto una canción que me gusta mucho y me inspiró para la historia.

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Alma dinamita
Nueve
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Aterrizó en Alemania después de un largo vuelo que la había llevado de vuelta a su tierra. La madrugada en Berlín era fría y tranquila cuando salió del aeropuerto. La brisa nocturna le mordía las mejillas mientras se apresuraba a enviar un mensaje a Levi para anunciar su llegada, consciente de que en Japón deberían ser alrededor de las diez de la mañana y él probablemente estaría en el trabajo.

Finalmente, recogió su equipaje y se dirigió hacia la salida del aeropuerto, donde su fiel asistente, Moblit, la esperaba. Él se encontraba recostado contra su vehículo, sosteniendo dos vasos térmicos que, supuso, contenían café casero.

— Señorita Zoë —saludó Moblit con un beso en ambas mejillas, demostrando su cortesía y afecto—. Lamento hacer que vuelva antes. Sé que estaba disfrutando de su estadía en Japón.

Sonrió, agradecida por la preocupación de su asistente.

— No te preocupes, Moblit. Hiciste bien en hacerlos llamar. Al fin y al cabo, yo pago para que la cuiden.

Con la ayuda de Moblit, colocó su equipaje en el maletero del coche, mientras que su bolso de mano, que contenía óleos, pequeños frascos de pintura y pinceles, lo llevó consigo en el asiento delantero mientras Moblit se ponía al volante. Mientras conducían por las tranquilas calles de Berlín en plena madrugada, Moblit la interrogó amablemente sobre sus actividades en Japón.

Su teléfono vibró en su bolsillo, era un mensaje de Levi.

Levi: Videollamada en la noche. Mantenme al tanto. 03:30 AM.

Sonrió ante la forma directa de comunicarse de Levi y asintió en respuesta al mensaje, tecleando una respuesta rápida pero más cálida que la de su amante. Moblit la miró de reojo y, al notar la sonrisa en su rostro, no pudo evitar hacer un comentario.

— Ese hombre del que me habló realmente parece hacerla feliz —asintió, pero sus pensamientos eran más profundos de lo que estaba dispuesta a revelar en ese momento.

— Lo hace, pero tal vez no pueda ser...

El asistente cortó su frase con una expresión serena.

— Si él quiere intentarlo, sé que usted dará todo de sí para que funcione.

Mientras la madrugada berlinense se extendía ante ellos, no pudo evitar pensar en lo que les deparaba el futuro y en la promesa de una videollamada en la noche que la mantenía llena de expectativas.