Capítulo 8: En mis brazos otra vez

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Advertencia: Este capítulo contiene contenido violento o gráfico. Sin nada más que agregar, disfruten el capitulo de hoy! :)

Llegaron sin previo aviso, cubriendo la alguna vez hermosa noche con el aroma de la muerte. Vinieron trayendo caos e histeria. En un frenesí de pánico y terror, la gente trepa para salvarse. Se escuchan gritos espeluznantes por todas partes, pero a pesar de todo eso, su cuerpo permanece congelado en el suelo donde había caído gracias a un cuerpo que corría con tal de salvarse.

Fue entonces cuando Valentina se da cuenta de una cosa en este momento de absoluto desorden, en situaciones cómo está es que encontrarás el verdadero yo de una persona, quiénes son realmente en el fondo. A la hora de la verdad, ¿huirían o se quedarían? ¿Matarían o perdonarían? ¿Traicionarían o salvarían?

Una mano la agarra, haciéndola jadear y teme que este sea el final, toda su vida pasa ante sus ojos en lo que su alrededor se torna borroso.

Ella va a morir.

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Hace 9 horas

Valentina mira al techo como lo ha estado haciendo durante la última hora. No había dormido bien en todo el día, no cuando sigue despertándose con los sueños que la han visitado implacablemente durante los últimos cuatro días.

Cuatro días, ya ha pasado tanto tiempo desde aquel incidente en la mansión Du Pont. Cuatro días de abuso libre de Du Pont. Podía recordarlo tan vívidamente como si hubiera sucedido hace un minuto y no podía parar. La expresión del rostro de Juliana antes de levantar todas sus púas, apuntándolas a Valentina mientras se escondía detrás de las paredes demasiado altas para que uno pudiera escalarlas. Cada palabra que decía la morena ardía en su piel como veneno y ácido combinados. Pero a pesar de eso, todo lo que podía recordar era ese momento en que la morena la miró perdida y vulnerable. Al igual que la Juliana que conoció antes. Antes que Valentina lo arruinara todo.

Valentina cierra los ojos con fuerza.

Fue tu culpa, lo sabes.

Cuando abre los ojos, gira la cabeza hacia un lado y sus ojos se posan en la única tarjeta de invitación negra, diseñada con luces colgantes brillantes sobre un hermoso papel marrón oscuro como telón de fondo. Las palabras celebración del 18º cumpleaños, comida y música estaban escritas en una fuente elegante. ¿Lo más destacado? El nombre Isabella Valdés-Stein justo en el centro.

La joven Du Pont iba a celebrar su cumpleaños en un par de horas en el jardín de los Du Pont y Valentina estaba entre los invitados. Recibió la invitación hace dos días cuando la adorable Isabella se la entregó tímidamente. La joven morena la había seguido al baño sólo para poder invitar a Valentina. Es cierto que se había encariñado de la Du Pont más joven. Isabella era genuina, amable y la ayudaba en la cocina cada vez que hacía de esclava de... una tal Du Pont. Incluso se han compartido música y películas. Isabella era la hermana pequeña que nunca tuvo y de alguna manera también le recordaba una época hace diez años en la que había compartido... historia con otra morena Du Pont. De ahí su dilema. Tiene muchas ganas de ir pero claro, no era tan fácil. Aparte del hecho de que su presencia en una celebración de Du Pont volvería a llamar la atención, Valentina también tendría que verla otra vez.

Juliana, el nombre que sigue dando vueltas en su cabeza estos últimos cuatro días. Ella gruñe mientras una tormenta de emociones se enciende dentro de ella. Odiaba (lo cual probablemente sea exagerado porque en el fondo no es puramente eso) a esa Du Pont y era cierto que su falta intencional de límites era parte de vengarse de la joven heredera, pero nunca tuvo la intención de que sucediera lo que pasó. Juliana es grosera, muy sarcástica, egocéntrica y a veces insensible y Valentina ha sido la receptora de todo eso. Pero...

El Sol de la Luna // JuliantinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora