Capítulo 9: Y tú regresas a mí

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Advertencia: Este capítulo contiene contenido violento o gráfico. Sin nada más que agregar, disfruten el capitulo de hoy! :)

Correr.

Siempre ha sido uno de los ejercicios preferidos de Valentina. Puede ser a primera hora de la tarde o después de que haya terminado todas sus clases. Además de ser un buen calmante para el estrés, también mantiene su cuerpo en forma. La mayor parte del tiempo, es Tessa quien corre con ella. Algunos días es Francesca. Valentina prefiere la compañía de Tessa ya que Francesca odia el café y el café favorito de Valentina es una parada definitiva para sus carreras matutinas.

Correr siempre ha sido uno de los puntos fuertes de Valentina. Ha participado en maratones y carreras benéficas. Es un ejercicio saludable, le aclara la mente, le enseña disciplina y la hace sentir bien en general.

¿Pero correr por su vida? Eso es algo completamente nuevo, porque correr es una actividad que se supone debes disfrutar y sentirte libre de hacer y no porque te obliguen a hacerlo. Sabe que todo este asunto de correr por su vida es serio cuando se dirige hacia la zona de prohibición de paso del Bosque de Invierno con su archienemiga de toda la vida, quien también es su ex mejor amiga, lo cual es una situación tan cliché cuando estás a punto de morir.

— ¡Juliana, espera! — Valentina exhala, sus piernas dejan de correr mientras su mano tira de de la morena, con sus manos entrelazadas hace que su compañera se detenga también. Este fue probablemente el contacto físico más largo que jamás haya tenido con Juliana.

— ¿Y ahora qué? ¿Dejaste tu teléfono en casa? ¿Necesitas un outfit para correr? — Juliana pregunta sarcásticamente entre respiraciones trabajosas mientras se gira para mirarla. Está oscuro, pero Valentina podía ver claramente la mirada de incredulidad que tenía la otra mujer en ese momento.

— No es eso. Yo- es solo que... — se detiene por un momento para cerrar los ojos antes de abrirlos una vez más — No puedo irme. Necesito regresar. Matt... — la rubia comienza pero titubea cuando siente que la mano de Juliana se escapa de la suya y Valentina instintivamente intenta agarrarla una vez más. Cosa que no pasa ya que la distancia entre ellas aumenta y de repente ella siente frío. Pero ya es demasiado tarde.

— No puedo dejarlos. Me necesitan. Matt me necesita — dice suavemente.

Escucha a Juliana suspirar antes de volver a mirarla una vez más — ¿No conoces el protocolo? — la morena pregunta, y no es una pregunta que Valentina estuviera esperando.

— ¿Qué protocolo?

Juliana deja escapar otro suspiro audible. La Du Pont no responde de inmediato y Valentina siente que está debatiendo mentalmente si debería responderle o no. De alguna manera, esta situación de "no saber" la hace sentir tonta. ¿De qué protocolo importante no le han hablado?

— La seguridad del heredero es siempre la primera prioridad, especialmente en situaciones amenazantes como ésta. La universidad ha creado un plan de contingencia de emergencia para garantizar eso — exhala finalmente Juliana.

— Si no me equivoco, el helicóptero de tu familia acaba de pasar hace diez minutos — dice antes de agregar en un tono mucho más suave — Junto con los Mori — y Valentina odia pensar en lo que ha pasado con los otros dos herederos de familias de élite. Pero Juliana está frente a ella en este momento, lo que le da la esperanza de que los demás hayan sobrevivido.

Sin embargo, se da cuenta de que si lo que Juliana había dicho era cierto, entonces significaría que Matt se había ido y, ya sea que lo obligaran o no, todavía le duele que la haya dejado.

Ella se sacude el sentimiento de pesadez mientras se reprende mentalmente por ser egoísta. Por supuesto, el heredero debe ser protegido a toda costa, por el futuro del linaje y por el futuro de su especie. Esto era a lo que se había apuntado cuando comenzó una relación romántica con uno. También se le ha ocurrido que no le había contado a Matt su verdadero paradero antes de que todo esto sucediera. Había pasado una velada celebrando con los Du Pont, una celebración que incluso ayudó a hacer posible. Ahora incluso se siente culpable y avergonzada por mentir, algo en lo que parece ser muy buena estos días. Está en el lema de los Vanderbilt el honrar sus palabras y, a pesar de eso, aquí estaba ella.

El Sol de la Luna // JuliantinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora